Zéro

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Zéro

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Zéro

El omega corría por las calles de París como un loco, gruesas lágrimas deslizaban por su delgado y pálido rostro. Acababa de enterarse de una noticia que detuvo su vida, que casi la destruyó.

Quería llegar con su alfa, quería restregarse contra su cuello y esconderse en sus brazos. Su omega quería llorar hasta que esa pesadilla terminara.

El alfa lo recibió con los brazos abiertos, justo como el omega quería, respirando su aroma y hundiendo el rostro en su cuello buscando más contacto.

Lo separó de su cuerpo al escuchar los sollozos que atravesaron su corazón, su alfa gruñó y vio por todo su alrededor en la universidad buscando al causante de aquel dolor que sentía como propio.

—¿Qué pasa, amor? —preguntó apretándolo más contra su pecho, sujetándolo como sólo él podía. Protegiendo su vida.

El omega sollozó aún más fuerte en los brazos de su amado, por un momento quiso pavonearse del maravilloso alfa que tenía. Era realmente afortunado y eso lo devolvió a la realidad.

¿Amor, qué sucede? — el alfa comenzaba a perder la paciencia, necesitaba defender y tranquilizar a su omega de cualquier cosa que lo estuviera poniendo mal.
Con la mirada gacha quitó con lentitud los brazos que lo rodeaban y como pudo sacó ese pequeño plástico que cambiaría sus vidas.

Avergonzado se lo entregó. El alfa dejó de respirar, el mundo se detuvo pero sus instintos fueron más fuertes. Recibió el objeto y dos líneas estaban trazadas en él.

—¿Tú... estás en cinta? — la voz le tembló y en acto reflejo llevó ambas manos a los rizos que cubrían su cabeza.

El omega asintió, las lágrimas volvieron a caer, esta vez con más fuerza.

Harry levantó su barbilla con delicadeza, sus ojos se encontraron y el brillo en ambos decía lo que jamás podría ponerse en palabras.

Un bebé... tendremos un bebé — el alfa recorrió todo su cuerpo asegurándose de que estuviera bien, posando sus grandes palmas en el aun plano vientre del omega.

Un bebé, Harry — estaba tranquilo con las manos de Harry en él, pero nada era seguro —, tendremos un bebé y ni siquiera hemos terminado la universidad.

Tranquilo, amor, los protegeré. Ahora seremos una familia y ustedes serán mi prioridad.

Pero... mis padres — se atragantó

— Shhh... Ahora seremos una familia y te prometo que los amaré más que a mi propia vida — susurró al oído haciéndolo reír.

Estaban más felices que nunca, nada podría romper su felicidad.

Claro que ninguno de los dos contaba con todos los cambios que sus vidas estaban por dar.

**

Despierta agitado, el corazón parece querer salir por los fuertes latidos que los recuerdos provocaron.
Ahogó un sollozo mientras abrazaba ese suéter que siempre lo ha acompañado, aún guardaba su aroma y eso lo mantenía fuerte.

Cerró los ojos un momento permitiéndose soñar con la vida perfecta que dejó ir. Se permitió soñar con su casa llena de gritos y llantos de felicidad, y con esas palabras que nunca lo abandonaban.

"Papi, papi "

"Papi te ama, bebé" "Papi nunca te abandonará"

Y sólo con ese recuerdo que le desgarraba el alma logró dormir, soñando con lo que nunca tendría de vuelta.

Trataré de actualizar todos los días

Besitos y abrazos <3

Je te déteste parce que Je t'aime | l.s | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora