Super Parejas OS

Miedo (Stony)

El rubio se movía de una habitación a la otra, inquieto mientras tallaba frustradamente su rostro, sin saber que ya hacer.

Ese problema venía hacía unos meses, donde el moreno temía el estar con éste ya que pensaba que su imagen caería drásticamente.

Tomó su chaqueta, casi descolocando el perchero de su lugar.

Estaba molesto.

Mientras que por otro lado al menor le dolía.

Dolía no poder estar juntos, dolía que no pudieran ser felices. Solía pensar que las cosas cambiarían cuando Pepper terminó con el y se fue con Happy, que le haría bien, pero no fue así.

Cuando Pepper y el se distanciaron, el corazón de Tony se rompió. Ella era su mejor amiga, su consejera, su todo. Y lo abandonó por nadie más que por su culpa.

Y cuando Steve llegó de nuevo, su corazón se sintió como no lo había hecho en años. Y tenía miedo, miedo a que le rompieran el corazón una segunda vez.

La puerta sonó a lo que el filántropo alzo una ceja, extrañado.

Las luces se hallaban apagadas por su mismo gusto, intentando descansar.

- Anthony.-

Llama una voz grave detrás de la puerta, golpeando insistente.

Suspiró y abrió la puerta. -Steven...- lo miró y sintió sus piernas fallas un momento. Esos ojos lo debilitaban.

Steve miró el rostro de Tony, apretando su labios.

- Enciende la luz.-

Exigió, a lo que el moreno negó.

-Estaba por ir a dormir.- murmura. -Creí que había quedado claro el asunto, Steve...

Ignoró cada una de sus palabras.

- La oscuridad es una prisión para ambos, Anthony.-

-Creí que nunca te había molestado el no encender las luces.-susurra. -De todos modos, lo que hacemos no necesita de luz o si?.-

- Es la última noche.-

Murmuró con un tono roto.

- Me estoy rindiendo.-

Añadió, asustando al moreno.

-No puedes dejarme... no tú.- se aleja lentamente. -No tú por favor.- pusos sus manos en su cabeza, cerrando fuertemente los ojos.

- ¡¿Dejarte?! Anthony tú...- suspira desesperado. - Tú eres quien me ha dejado y he intentado todo lo imposible por tenerte.-

-Por favor...- su cuero comenzó a temblar, tapando sus oidos y respirando pesadamente. -No Steve, no entiendes....-

- ¡¿No entiendo qué?!.-

Grita en la oscuridas intentando acariciar el brazo ajeno.

- Anthony, enciende la luz. Ya no me quiero esconder.-

-Steve...- comienza a llorar desesperadamente. -No me dejes, no me dejes, te quiero.- solloza, abrazándose el mismo. -Tengo miedo...-

Sin rencor, el rubio prende la luz de repente sabiendo con lo que se encontraría.

El moreno se hallaba con grandes bolsas bajo sus adorables ojos color miel. Su rostro estaba pálido como nunca antes, sabía que no había estado comiendo de buena manera y que de seguro se pasó por horas en el taller.

Observó como el bajo se abrazaba a si mismo, rompiendole el corazón.

- Anthony, tú me impides amarte.-

-Porque tengo miedo...- lloriquea. -¡Tengo miedo Steve y no lo entiendes!- grita sollozando.

- ¡¿Miedo a qué, Stark?!.-

-¡Miedo a que me lastimes maldito idiota!- le grita en la cara, golpeando su pecho. -¡Miedo a enamorarme de ti! ¡Miedo a que te hartes! ¡Miedo a que te vayas y me dejes solo!.-

Dejó que el menor lo golpease con fuerza, descargandose.

- Tony..- susurró abrazando al exaltado. - ¿Cómo crees que haría eso? A ti...-

Lloró en su pecho, aferrándose a su camisa. -No quiero que te vayas...-

- Nunca te dejaría, mi pequeño.-

Depositó un beso en su corona, acariciando su cabello.

-Lo prometes?- susurra.

- Lo prometo.-

Alza el rostro ajeno, buscando contacto.

Chocó ambos pares de labios, besandolo con pasión y sentimientos puros desde lo más profundo de su corazón.

- Nunca vuelvas a pensar que te dejaría Stark.-

Sonrió entre lágrimas y asintió. -Lo prometo.-

Ambos se abrazaron, resolviendo con simples pero significativas palabras, cada uno de sus más grandes miedos.

-Te amo...- susurra, abrazándolo fuertemente.

- Y yo a ti Tony.- susurró.

Y un beso reconfortante cerró su noche.