Frialdad confusa

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Siendo apenas las 4am un molesto ruido interrumpió mi siesta mientras soñaba con... Nada, en realidad, pero que me arruinarán el sueño ya era suficiente incómodo.
Estiré mi brazo hasta la mesita que tenía de un lado para acabar con ese horrendo sonido y me senté sobre la cama, miré a los lados en busca del control de la tv para al menos mirar algo entretenido, sin embargo, a medida que pasaba los canales, era una cosa más aburrida que la otra, así que decidí dejarlo en el canal de recetas. Podría jurar que el hambre que me causó fue infinita, por eso tomé la opción de cambiarlo, luego lo dejé en algo parecido a una novela, hasta que se volvieron excesivamente cursis, no comprendo la lógica de eso, darle el control de tus sentimientos a alguien más para que los destruya de la manera que mejor les parece, aunque, si en algo estoy segura es que los humanos somos tan masoquistas que nos gusta sufrir por amor o al menos volver al lugar en donde sufrimos, quizá con la esperanza de que todo vuelva a ser como antes, no lo se, son muchas teorías las que concluía a medida que transcurría el programa.
Después de un largo recorrido por todas mis secciones de canales, preferí mirar la NBA, tan descabellado como se lee, una chica que adora el basketball tanto como usar zapatos altos, seguramente porque mi familia adora ese deporte desde que tengo uso de razón y para más irónico, todos le vamos a equipos distintos, ¡juntos pero no revueltos eh!.
En cuanto al partido, iba muy parejo, no puedo creer que me haya perdido las semifinales.
Gracias al hambre que tenía por el programa anterior, decidí bajar a la cocina a preparar una hamburguesa, opté por romper mi dieta de la semana y servirme una coca cola fría, ¡vaya maravilla!, cuando estaba a punto de irme a mi habitación, apareció Allan con su gesto de amargado mañanero

-Buen día, cenicienta, que lindo de tu parte prepararme comida

-Querido hermanito... ¿Como haces para ser tan imprudente, molesto e insoportable?

-Jajaja Hermanita, mi misión es molestarte y darte abrazos

Ok... ¡Stop!, definitivamente Allan ya era lo suficientemente raro en estos últimos días, pero mencionar algo respecto a muestras de afecto, me preocupa y me intrigaba más de lo normal. Al cambiar el rostro de mi hermano supuse que notó mi ligera expresión, se acercó y sonrió

-Estoy bien, Haley.- dijo con cálida voz

-¿Qué?

- Que estoy bien... Pero no tanto como lo debe estar esa fabulosa hamburguesa que preparaste eh

Cuando apenas logré escapar de mi intriga, perseguí a Allan hasta su habitación, ya que el muy tonto se había llevado mi comida, en ese momento no imagine el ridículo que estaba haciendo tan temprano, con decir que hasta desperté a mis padres. ¡Bien Haley, un show tan temprano!

- ¿irás a mi partido de hoy?.- me preguntó mi hermano, con la puerta entrecerrada

Por supuesto!... ¿O acaso no quieres eso?

-Nada de eso hermanita y gracias por la comida.- procediendo a cerrar la puerta en toda mi cara

Genial, sin comida, sin respuesta y confundida...
Volví a la cocina para prepararme un desayuno más decente, al terminar decidí tomar una ducha, de esas donde te distraes pensando en lo más mínimo, hasta que oí mi móvil sonar, al percatarme rápidamente salí del baño para contestar pero cuando menos lo esperaba, ¡zas!, me resbalé y caí al suelo.

-oh... Dios.- me quejé, sentí como si me fuese partido un brazo, pero claramente no era para exagerar, más de un moretón no podía pasar, así que como pude me levanté y tomé mi celular.

-¿hola?, Haley, necesito urgente de tu ayuda y no me puedes decir que no.

-¿Margaux?, ¿está todo bien?.

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⏰ Última actualización: Jan 13, 2019 ⏰

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