6 - Entre Maizales

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Eran casi las seis de la mañana y mi objetivo era caminar por la vera de la carretera hasta encontrar algún pueblo que estuviera alejado. Allí pararía a pensar mejor e intentar entender para qué lugar debería seguir. Tomé mi mochila, preparé pan, queso y algunas galletas de manteca para aprovechar en el camino. Llené una botella con agua del filtro, tomé un cuaderno y una lapicera par hacer anotaciones, busqué algo de dinero y salí de casa lo más rápido posible. Hacía días venía pensando este momento, días sin dormir, aterrado y sin salir de mi habitación por las visiones que me atormentaban.

Tomé una carretera que estaba un poco desolada, ni siquiera sabía si me llevaría a algún lugar en concreto. Sin embargo, ese era el objetivo, cuanto más incomoda fuese mi situación, más mis miedos aflorarían fácilmente. En cuanto a los vehículos comenzaron a escasear y las casas a ambos lados se transformaron en plantaciones de maíz, pude sentir como algo me seguía el paso dentro de las plantaciones. Tal vez sería él, aquélla cosa horrible y desfigurada. Tres horas de paisajes en donde el pasto alto y las plantas de maíz de más de dos metros era todo lo que podía ver. Tres horas en las que la monotonía del sonido de algo que arrastraba los pies abriéndose paso entre las plantas a algunos metros de mí era lo único que podía oír.

Algunos quilómetros más adelante, percibí quealgunos cuervos graznaban a lo lejos. Aquello llamo mi atención y cuando losubiqué con la vista vi que todos ellos se encontraban posados sobre un árbol enorme,completamente seco y sin hojas. Debajo del mismo percibí una silueta. Era de unsujeto increíblemente largo y espeluznantemente raquítico. Parecía estardesnudo, sin embargo la distancia no me permitía distinguir sus rasgos, ni elrostro, ni el sexo, ni el color de piel de aquél cuerpo. Lo único de lo quetuve certeza era que aquél cuerpo de extremidades extrañas no llevaba ropas, noposeía cabellos y seguía fijamente mis pasos con la mirada, me observaba. Aceleréel paso y comencé a trotar, luego a correr. A mis espaldas podía oír lascarcajadas de los cuervos y la sensación de que algo todavía me seguía y meclavaba la mirada recorría de arriba abajo mi espina dorsal.

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