3. VAINILLA

3K 299 26
                                    

Nuevamente caminando a paso lento y rodeando con mesura los alrededores de aquel detestable lugar, esta vez había escuchado que ese imbécil rondaba por ahí, así que se tomó la molestia de indagar antes de partir hacia sus territorios, después de todo él tenía algo que le pertenecía y estaba dispuesto a lo que sea por recuperar la herencia de su difunto padre, escucho replicar Jaken pero no quiso prestarle atención ya de por sí se le estaba complicando poder determinar que olores estaban en su cercanía como para otorgarle interés a su pequeño sirviente; se detuvo justamente en donde los límites de aquel sitio marcaban una cercanía con la aldea vecina, alzo la vista hacia el cielo azul e inmediatamente llego a sus fosas nasales el olor a demonio, no parecían ser muchos pero si lo suficientes como para arrasar con la aldea, sonrió, muy probablemente aquello llamaría la atención del híbrido provocando que saliera de su escondite, después de todo, era esa misma aldea en donde la antigua guardiana de la perla había vivido.

—Esperaremos aquí —le dijo a un Jaken contrariado por la orden sin embargo no replico, tomo asiento justo por debajo de la roca en la que él se había sentado, aspirando hondo, esperarían paciente.

No tuvo por qué esperar mucho porque a su fino oído llegaron los gritos de sorpresa y los rugidos de los demonios que él había olfateado desde hace poco, seguido del penetrante olor a hierro, sangre sin duda y humana, pero ninguna señal de aquel híbrido; los gritos, el humo, los llantos de súplica retumbaron en sus tímpanos, se puso de pie mirando hacia el lado contrario en donde estaba la aldea, resignado por saber que ese idiota no iba a parecer por mucha sangre humana que se derramara.

—¿Nos vamos Amo? —le pregunto su fiel sirviente que también estaba consciente del caos que se daba no muy lejos de donde ellos.

Iba a responderle cuando llego de golpe un aroma que jamás en su vida había olfateado antes en un humano; se quedó estático, con un pie por delante e intentando responderse en su interior a quién pertenecía tan enervante fragancia, era imposible que a un humano pues consiente de su simplicidad dudaba pudiera ser de aquella forma.

El olor a vainilla que solo tenía esa magnífica planta y que tanto le gustaba lo poseía alguien más, lo demostraba la estela de esa dulce esencia impregnando en todo el aire. Sorprendido, percibió entonces que se movía cerca de donde ellos estaban e incluso se combinó con un penetrante olor a sal y casi por detrás, venía acercándose un putrefacto olor a sudor, sangre y muerte, sin duda estaba siendo perseguido o perseguida.

Tuvo curiosidad, una cualidad poco palpable en su persona pero la necesidad de contemplar la identidad del dueño de ese magnífico olor fue lo que detuvo de su marcha, al menos necesitaba saber de quien se trataba antes de partir. De repente la tierra que había justo en la barranca que estaba por enfrente de ellos se desmorono, Jaken se echó hacia atrás pero él se quedó fijo en su lugar al saber que ya estaba ahí el dueño de la vainilla; de reojo pudo ver como cayo de bruces hasta los pies de su sirviente: herida, sollozando y sin energía se sostuvo apenas por las extremidades y la decepción cayó en su estómago como una dura piedra, al reconocerla como una sucia humana.

—Es solo una humana, Amo —la afirmación de su sirviente solo dio por confirmar lo que él mismo veía por el robadillo de su hombro, entonces le dio la espalda pero si escucho como se ella se levantaba para caer nuevamente de espaldas; ya no tenía caso seguir en ese sitio.

—Vámonos, Jaken —sintió como la mirada de la mujer se clavaba en su nuca pero no volteó ni un apéndice.

—¡AHÍ ESTA! —escucho gritar por detrás de él —¡ESTA CON UNOS DEMONIOS! —fue lo provoco que su atención se desviara solo un poco hacia atrás, mirando con saña a los demonios-cerdos que tenían la osadía ahora de moverse con amenaza —¡ENTREGANOS A LA MUJER Y LES PERDONAREMOS LA VIDA! —vocifero uno de ellos.

Sesshōmaru (Sesshome)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora