Sin embargo tengo miedo, miedo hasta el punto en que mis piernas se vuelven débiles con el solo hecho de imaginar lo que puede hacer esta familia para separarnos, aunque la cuestión aquí es que sus padres me aceptan, al igual que sus abuelos, o eso me imagino ya que la expresión de su abuela no fue tan mala como imagine que sería con lo que me contó Grace.
-¿Se conocen?- pregunta por segunda vez la voz de Sean, insistente, y, curioso por saber aquella respuesta. Sin embargo Ezra me observa de una manera muy diferente a la que llegue a imaginar, ya que bueno, creí que me vería con odio justamente como aquella noche, pero no.
-Nos conocimos hace tiempo, quizás unos dos años atrás- respondo con una sonrisa, Sean se acerca rodeándome la cintura con su brazo, besa mi cabeza y sonríe.
-¿Enserio? Que pequeño es el mundo, jamás habría imaginado eso, aunque creo que era parte del destino. Te lo dije, tú y yo estábamos destinados-.
Sonrío como una boba, aunque suena cursi eso me encanta viniendo de él.
-Así es, es el destino. Y, es bueno volver a verte, Ezra- su mirada parece perdida, es decir, me observa y luego a Sean, pero hay algo en él, algo extraño. –Creo que el hecho conocernos me llevó hasta Sean, así que gracias- sonríe y se acerca más a ambos.
-Lo sé, esto es el destino- añade con seriedad, no deja de observarme lo cual me molesta ya que esa mirada me causa nauseas, aunque lo haya olvidado no quiere decir que sienta de lo mejor con su compañía.
Nos adentramos a un salón grande, en el techo hay candelabros demasiado elegantes y hermosos, las ventanas son enormes. A las orillas hay mesas con manteles finos y demás, el centro está libre, de repente comienza a sonar una melodía, una hermosa canción.
Mi corazón se acelera en el momento en que sus manos me abrazan por la espalda, besa mi mejilla y me hace girar hasta él. -¿Recuerdas esta canción?- pregunta con una sonrisa mientras sujeta mi cintura para comenzar a bailar.
-Por supuesto, nuestra primera canción, cuando me robaste un beso- abre los ojos de más fingiendo indignación.
-Así no lo recuerdo, estoy seguro de que fuiste tú quien me lo robó, yo jamás habría hecho semejante cosa con una chica que acababa de conocer-.
-¿Enserio? ¿Entonces porque buscaste a esa chica?- niega con la cabeza e inspira profundo.
-Bien, has ganado, yo fui quien te beso, porque como un loco me enamore de ti desde el primer momento en que rechazaste mis halagos sobre esos preciosos ojos-.
-Lo sabía, soy irresistible-.
-Oye, eres demasiado egocéntrica ¿sabes?, demasiado-.
Sonríe y me abraza más a él, por un segundo me doy cuenta de que todos nos observan pero eso no me importa, ni mucho menos si su familia no me acepta porque la única persona que necesito está conmigo ahora mirándome como si fuese lo único existente aquí.
Y con eso me basta.
-Gracias por estar aquí conmigo, justo ahora- dice en voz baja, sus ojos brillan como nunca y contrastan con la luz tenue del salón semejando estrellas en el oscuro cielo.
-Gracias por haberme encontrado-.
-Te amo Venus Helliwell, te amo tanto que voy a gritarlo ahora mismo- niego con la cabeza inmediatamente a lo que sonríe. –Entonces bésame, bésame para que selles mis labios de una vez porque si no yo...- me acerco de inmediato dando solo un beso, pero cuando me aparto me doy cuenta de que no ve mis ojos, sino mis labios, niega con la cabeza y sonríe –No, así yo no juego- sus labios se unen a los míos haciendo que mi respiración se vuelva acelerada al igual que los latidos de mi corazón, nuestros pies siguen moviéndose siguiendo el tono de la canción, sus manos se aferran a mi cintura y las mías a sus brazos.
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Siempre fuiste tú
RomansaSEGUNDA PARTE DE "MI DESTINO ERES TÚ" "El primer amor no es aquella persona a la que le das un primer beso, sino aquella con la que decides quedarte para siempre" ...