Alissa estaba en la ducha, sentada, abrazando sus rodillas, dejando que el agua de la ducha cayera sobre su cabeza, molestaba al principio, incluso dolía, su espalda aun no cicatrizaba bien, pero luego de unos minutos ya no sentía casi nada, solo la presión del agua, no paraba de llorar en silencio, el día apenas empezaba, no pudo dormir en la noche, estaba asustada, pensamientos y posibles escenarios en los que probablemente podrían hacerle daño no abandonaban su cabeza, se estaba volviendo paranoica, quería consuelo, quería que alguien la abrazara y protegiera, no recordaba como sentirse amada. Su abuelo le había arreglado una habitación, cómoda, espaciosa. De repente alguien toca la puerta, era su abuelo preocupado.
-Cariño, tienes casi una hora debajo del chorro de agua de la ducha, sería bueno que me acompañaras a desayunar algo, - esperaba respuesta, luego de unos segundos de silencio, escucho una quebrada voz, que a la vez era suave.
-No tengo hambre, solo... solo quiero dormir. - apenas era audible su voz, pero Adam logró escucharla.
-Te preparare un rico chocolate que te hará dormir como un tronco. - chocolate, recordó a la anciana que le ayudo, recordó cómo le hizo sentir aquel chocolate caliente hace menos de solo 24 horas, quería chocolate, se puso en pie despacio, dolía todo su cuerpo, pero aún se sentía sucia, sabía que nunca dejaría de sentirse así.
-Me gustaría mucho... por favor. - hablaba con pausas un poco largas, sentía miedo al hablar, hace tanto que le habían reprimido el expresarse que era incluso extraño hacerlo, pero no tuvo tanto miedo, la puerta del baño estaba cerrada, lo peor que podría pasar es que él le dijera que se callara, pero Adam nunca haría tal cosa. De repente Adam escucho un golpe seco en el piso, fue más que obvio, entro de inmediato al baño. Encontró A su pequeña Alissa tirada en el piso del baño, corrió a ayudarla, intento despertarla, pero no pudo.
-Mi pequeña Lissi, necesito que abras tus preciosos ojos ya cansados de llorar, - Adam la tomo en brazos y la llevo a su habitación, mientras la acostaba, despertó, comenzó a abrir los ojos lentamente, sintió que alguien la cargaba, su primer pensamiento fue que ya la habían encontrado, que se la estaban llevando a un horrible lugar donde le harían daño, se alteró, intento zafarse, pero cuando pudo abrir los ojos lentamente pudo ver que era su abuelo.
-Tranquila pequeña leona, no soy tan fuerte como antes. - la termino de dejar en la cama. - te traeré tu chocolate caliente, pero necesito llevarte a un hospital, no estás bien, estas muy pálida y débil, tienes golpes y heridas por todo tu cuerpo, necesitan ser limpiadas profesionalmente y ni hablar de tu espalda. - inmediatamente Alissa se puso alerta.
-NO, NO...NO- se sentó en la cama, sus heridas dolían, pero tenía que hacerle entender a su abuelo que no iría a un hospital, si hiciera algo así, el la encontraría, no sabía mucho pero si sabía que si registraban su nombre, él la encontraría. - Es malo, no quiero ir. No, por favor.
Adam acomodó a Alissa en la cama mientras esta hablaba, tenía miedo de lastimarla, se veía tan frágil, era tan frágil.
-Después hablaremos sobre eso, ahora te traeré tu chocolate caliente y podrás descansar, ya luego veré como te convenzo princesa.- Adam estaba sentado junto a ella en la cama, acariciando su cabeza, demostrándole que estaba en un lugar seguro, que ya no tendrían nada que temer,
Luego de que Alissa se tomara el chocolate caliente, a los minutos se quedó dormida, el agotamiento la venció, necesitaría semanas para poder recuperarse.
La mañana paso de ser radiante a nublarse, el cielo estaba gris, el frio incrementaba, Alissa estaba acurrucada, cubierta con mantas que la mantenían caliente, dormía después de tanto tiempo, plácidamente,
-Adam, he venido por mi revancha- Joshua, el vecino más cercano de su casa de playa, un ingeniero de 32 años, que le encantaba vivir cerca de la tranquilidad de las olas del mar, todos los días jugaban, cartas, ajedrez, damas chinas, eran buenos amigos. - Así que busca las cartas amigo.- le estrecho la mano, cada vez que se juntaban sentían tranquilidad y que se desahogaban del mundo.
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Deseo Enterrado
RomanceAlissa no tenia a donde ir, sabia que debía huir, no soportaría mas explotación por parte de su padre, quizás su cuerpo estaba lastimado pero su corazón se mantenía inocente, sin odio, solo con dolor, por eso tenia que huir, no podía permitir desani...