Unos pequeños rayos de luz se colaron por la ventana semi abierta, abrió sus ojos con gran fastidio, - Déjenme dormir maldición- susurro la mujer de cabellos azulados.
Un dolor surgió abatiéndola, mientras sentía las arqueadas ir y venir, miro su alrededor, estaba en un sanitario, el cual estaba echo un desastre, se levantó de donde se había desvanecido.
- Estúpida tina de baño-.
Sus manos tallaron sus ojos, incorporándose salió de la tina, vio su silueta por un espejo colgado en la pared, sin titubear, se acercó a él.
- Wow, estoy hasta el coño, dios, mi cabello, mi maquillaje, mi ropa, jum, estoy en la mierda- exclamó mirándose cada detalle de su persona.
Al salir del baño, pudo ser testigo de toda la locura que había pasado la noche anterior.
- Jajaja carajo, le dije a Launch que era mala idea comprar más Vodka y no sé qué madres más- dijo en su floreado lenguaje.
Sin ver si alguien de los que estaban tirados estaban bien, buscó su bolso el cual tomo y se retiró del departamento sencillo pero completo de todas necesidades que el huésped necesitaba; proporcionándose unos lentes oscuros que había puesto días antes en su bolso, (como toda mujer despreocupada, la cual cargaba todo lo que es hasta inservible, de su bolsillo tomo una capsula la cual oprimió de un botón en la parte superior con un número, lanzándola apareció entre el humo un vehículo.
- Agh mi cabeza-.
Se coló dentro, poniendo la dirección se recostó en el asiento mientras aquel vehículo moderno se puso en marcha.
Una vez en casa, bajo de su vehículo, oprimiendo en cierto lugar del auto, desapareció, volviendo a su forma original, una pequeña capsula, se sentía, estaba cansada, adolorida, asqueada, desvelada, todo lo que odiaba de una fiesta llena de alcohol, arrastraba sus pies, deseaba solo recostarse y dormir hasta dejar de sentirse de aquella manera.
- ¡Bulma! - grito una voz femenina dulce.
- ¡Bulma! ¿Dónde estabas! ¿No dijiste a qué hora volverías o si volverías! ¿Otra vez volviste a tomar! Ya te hemos dicho qu...-.
- Calla ya mamá, estoy en la mierda, deja de gritarme, por favor-.
- ¿Bulma! Cuida tu lenguaje, santo dios, estas muy mal-.
- Me iré a dormir, así que no estoy en casa si me necesitan, ni siquiera si es el imbécil de Yamcha-.
- Bulma por favor, tu lenguaje, ay hija, bien, ve a descansar, p-pero discutiremos esto después- exclamo la mujer de cabellos rubios y chinos, mientras gestionaba una expresión de preocupación.
Al subir las escaleras y recorrer pasillos por pasillos para entrar en su habitación, que al abrir estaba echo un desastre, arrastro sus pies empujando la basura a un lado en el proceso, se dejó caer sobre su cama destendida, consiguiendo el deseado descanso, dejando caer su bolso y lentes.
Aquella humana despreciada por algunos y amada por otros era la hija multimillonaria de la familia más prestigiada de todo Japón, Bulma Briefs, que a los 16 años había dejado la escuela para poder viajar por el mundo como todo sueño de cualquier persona, el saber que ella tenía la oportunidad de hacerlo y ciertas personas no, le llenaba de orgullo sublime, "caprichosa, orgullosa, mimada, maleducada, sin valores, fiestera, etcétera" eran solo de los más educados insultos que le podían dedicar a la joven, pero tenía un gran punto a su favor, el cual era chocante, su increíble intelecto que gracias a él, tenía literalmente su vida hecha, con solo heredar aquella compañía y seguir inventando nuevos productos, podía jactarse de tenerlo todo a sus 26 años, eso ella creía.
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Recuerdos de un Príncipe
Misteri / Thriller-"La raíz de todas las pasiones es el amor. De él nace la tristeza, el gozo, la alegría y la desesperación"- pronuncio un melancólico Vegeta.