Perdido (BakuTodo-Omegaverse).

Capítulo 3.

—¿Seguro que vendrá? —Preguntó el rubio—. Para mí que te mintió.

Todoroki lo miró de reojo y después volvió a checar la calle.

—Sí —Aseguró—. Me llamó en la mañana, me dijo que pasaría por mí.

Ambos estaban en la puerta principal de la preparatoria. Era viernes y como Shouto tenía su entrenamiento especial, iba a irse directo a su casa. Bakugou hizo lo que siempre, recargarse en la puerta de los vestidores hasta que Todoroki terminara de asearse, pero lo que le sorprendió al omega es que Bakugou viniera con él a esperar a su hermano.

—¿Y por qué mierda no te puedes ir solo?  —Le preguntó, frustrado por la necesidad de sentarse.

Shouto se encogió de hombros.

—Él siempre viene por mí —Comentó—. Es como un acuerdo.

Bakugou lo miró con cara de asco, para después suspirar.

—Lo que sea, que se apure de una vez, no aguanto las jodidas piernas.

Conectaron sus miradas, haciendo que el alfa de Katsuki gritara internamente.

—No te pedí que vinieras a acompañarme.

El comentario de Shouto lo tomó de sorpresa, haciendo que se pusiera rojo. Agradeció que Todoroki haya volteado al frente de nuevo, alejando sus iris de su avergonzada expresión.

—Allí está —Shouto habló.

Bakugou volteó, viendo a un alfa más grande que él —Tanto en edad, como en altura—, tenía la cabellera negra, pero los ojos turquesa como el ojo izquierdo de Shouto, como Endeavor.

Con una apariencia de desinterés, diferente a la del profesor Aizawa, más bien como si no le importaría arriesgar todo, como si estuviera jugando un simple juego. Uno jodidamente atemorizante.

Cuando esos iris azules conectaron con los suyos, sintió como su cuerpo se puso a la defensiva. Fue extraño. Nunca le había sucedido algo así, regularmente los otros alfas se doblegaban al suyo sin ningún problema, pero ahora hasta mantener la mirada con el otro era un puto problema.

No supo si podía aguantarla más tiempo, ya que el alfa volteó con la persona que tenía al lado.

—Shouto —Habló con una voz calmada y dulce, aunque también con ese irritante tono juguetón—. Ya llegué.

Bakugou puso los ojos en blanco con ese comentario tan imbécil.

Sintió la mirada de reojo del alfa y su cuerpo se tensó de inmediato. Gruñó cuando vio la media sonrisa divertida del mayor.

—¿Interrumpo algo? —Se acercó más, Bakugou se obligó a no dar un paso atrás.

El hermano del chico tenía un aura pesada, poderosa ¿En serio Shouto entrenaría con él? La molestia llegó cuando reconoció la preocupación en su pensamiento.

Shouto volteó a verlo y luego al Todoroki mayor.

—Nada —Le sonrió levemente a Bakugou—. Gracias —Murmuró.

Touya le dedicó una última mirada a Bakugou antes de encaminarse con Shouto a su casa.

En cambio Bakugou no sabe que lo mandó a la mierda: La mirada aterradora del pelinegro, o la pequeña sonrisa del bicolor.

Se recordó nunca ser amable otra vez, era un jodido fastidio.

                                ×

La ida a casa era tranquila, Touya estaba centrado en su celular y el menor lo miraba de vez en cuando, procurando que no se cayera o chocara con algo.