Capítulo #14

1.1K 109 3
                                    


Pensando cada segundo en él, en como cada parte de su cuerpo reacciona a su cercanía, en como sus corazones laten al mismo ritmo mientras se abrazan, sobrevivir de esa manera fue un maldito infierno, cada mañana, cada tarde, cada noche y muchas madrugadas, durante cuatro meses, esperando el momento preciso para dejar todo por él, infiernos no iba a dejar que Jimin se alejara, no ahora, no nunca.

Tokio es un lugar maravilloso e imponente, todo el mundo sabe eso, ¿Cuantas veces estuvo aquí? millones y millones de veces viajo a Tokio por asuntos de la empresa, pero jamás se detuvo a contemplarlo, pasa, cuando te encierras en el trabajo y entonces nada mas importa, cuando dejas tu vida de lado, cuando mueres, pero ahora era distinto, el estar en Tokio sin apresurarse para no llegar tarde a una maldita reunión de negocios, le hizo darse cuenta de que hacía ya mucho tiempo había dejado de disfrutar el día a día, joder ¿Siquiera lo hizo alguna vez? siempre preso del trabajo, ese era su día a día, su rutina, monótona y seca.

Eso, hasta que llego Jimin, realmente todo había cambiado con su presencia, Jungkook lo dejaría todo 1000 veces si Jimin se lo pedía, ¿Por qué no lo hizo antes? quizás pensó que así estaba bien, o que Jimin necesitaba tiempo, o que él necesitaba tiempo, infiernos, él no era gay, jamás miró a un hombre con otros ojos, ¿acaso nadie entendía eso? ¿Por qué el mismo se juzgaba? para Jungkook, ahora estaba mas que claro que jamás necesitó tiempo, siempre fue él, desde que entró por la puerta de su oficina luciendo malditamente sexy, Jungkook siempre supo que era él, fue un idiota, pero el mismo error no se comete dos veces.

Apreció su alrededor, giró un par de veces y suspiró, era hermoso, no belleza, no paisajes, nada parecido, habló del caminar de las personas, de lo que reflejan sus rostros, algunos inexpresivos, otros realmente reflejan lo que es vivir la vida, su vista se clava en una pareja, ríen juntos, tomados de la mano, de repente un pequeño niño se suma a su diversión, terminan abrazados e irradiando felicidad, y entonces sucede, maldición, jamás vio nieve en Tokio, jamás vio nieve en Tokio en la noche, era impresionante, estaba pasando, era como un golpe fuerte en la cara, aún era muy joven, pero ¿Cuanto había perdido? pudo estar feliz, tomando la mano de su pareja y sonriendo mientras apreciaban la nieve caer, él quería eso, lo quería, con Jimin.

La nieve se dejó apreciar cada vez con mas fuerza, Jungkook entendió el mensaje y buscó un taxi, sonrió cuando encontró uno disponible, entró e hizo una pequeña reverencia al conductor, el señor, de edad avanzada le sonrió y preguntó a donde se dirigía, le entregó el papel en el cual había apuntado la dirección y sonrió cuando vio al hombre asentir a través del espejo, se sintió aliviado, estaba largo, la tormenta de nieve se intensificaba cada vez mas, no cualquiera lo hubiese llevado, realmente dudaba siquiera de que alguien mas estuviera taxiando en el lugar.

Estaba realmente cansado y con hambre, en todo su apuro olvidó desayunar y ya era demasiado tarde para pedirle al conductor que se detuviera, él solo necesitaba llegar a Jimin, el dolor crujiendo en su estómago podía esperar, durmió.

—Joven hemos llegado— avisó mientras lo removía en su lugar, Jungkook abrió despacio sus ojos.

—¿Que hora es?— Preguntó tallando sus ojos.

—11:45pm joven.— sonrió, se veía realmente cansado y aún debía viajar de vuelta a Tokio, una espinita de culpabilidad se clavó en el pecho de Jungkook.

—Valla, tardamos casi 3 horas.— suspiró.

—había mucho tráfico y las condiciones de la calle no son las mejores, no quise despertarlo— se defendió.

—Muchas gracias por traerme— sonrió mientras le entregaba lo que sería 10 veces su salario semanal.

—Jo-Joven no puedo aceptar tanto dinero— dijo avergonzado, extendiendo sus manos.

Only MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora