LA NOCHE DE HALLOWEEN

Parte 1

Hace mucho tiempo en un barrio pequeño situado en Almería mientras unos niños llamados Daniel y Esteban que vivían con su madre viuda. Daniel era un niño de 12 años, Esteban es su hermano pequeño de 9 años.

Decidieron ir a buscar caramelos con sus disfraces de vampiros sobre las nueve y media de la noche. Aunque a la madre no le hace mucha gracia por los malos rumores que habían de el barrio, se rumoreaba que el barrio era muy peligroso hace unos años.

Pero como era el día de Halloween les dejo ir solos pero solo si no salían del barrio y que volvieran a casa a las once de la noche como muy tarde.

Así que Daniel y su hermano fueron a las casas de sus vecinos muy contentos y ansiosos de conseguir muchos caramelos. Después de ver que recibieron pocos caramelos pensaron en competir entre ellos para ver quién conseguía más caramelos durante 1 hora.

Esteban se fue corriendo por la calle contraria que estaba Daniel, al rato encontró una casa muy decorada de Halloween, las paredes de aquella casa son de madera vieja pero no se atrevió a entrar ya que además estaba un poco alejada del barrio, situada en la montaña.

Al pasar la hora volvió con su hermano y discutieron sobre quién había ganado pero Esteban se recordó de aquella casa y interrumpió a su hermano mientras hablaba y le comentó de ir juntos a visitarla. Le pareció buena idea pero al llegar Daniel que se sabía todo el barrio le comentó a Esteban que nunca había visto esta casa, pero aun así que finalmente picaron a la puerta.

No recibieron respuesta así que se marcharon pero antes de que se fueran la puerta se abrió con un chirrido bastante fuerte, entraron en la casa por curiosidad pero en la entrada no vieron a nadie y de repente el teléfono de Daniel comenzó a sonar.

La madre les estaba preparando una gran sorpresa llenando sus habitaciones con caramelos por todo el techo, que al entrar se caería todo al suelo. Cuando termino de prepararlo llamó por teléfono a Daniel preguntando:

Madre: Hola Daniel, ¿Como va todo?

Daniel: Hola mama, nos va genial, ¡Ya tenemos casi trescientos caramelos entre los dos!

Madre: Me alegro mucho por vosotros recordar que en 15 minutos ya teneis que estar en casa.

Daniel: Si mamá, nos vemos en un rato.

Fin de la llamada

Daniel ignoro que no hubiera nadie en la casa y comenzaron a pasear por los pasillos llenos de telarañas hasta que llegaron a una habitación oscura en la que entraron con miedo y al dar los tres pasos vieron a un señor muy mayor tirado en el suelo, fueron a ayudarle pero la madera de el suelo se rompió y cayeron en un agujero profundo sin nada de luz.

Esteban cogió el teléfono de Daniel y activo la linterna y se encontraron muchos huesos de niños.

La madre preocupada llamó a Daniel pero no recibió respuesta, la línea estaba ocupada pero nunca supieron quien estaría usando el teléfono.

Pasaron meses y no se encontró rastro de ellos, intentaban volver a llamar pero el numero ya no existía. Finalmente la madre perdió la cabeza y se suicidó ahorcada en un árbol situado cerca de su casa.