Nadie sabe que pasa por sus cabezas. No se sabe si sueñan, si están enterados de lo que sucede o si viven en una completa oscuridad. La condena de los pacientes en coma es esa. Nadie sabe que quieren: si vivir como vegetales o morir de una vez por todas. Los que están a favor de la vida dicen que obligarlos a dejar de respirar es un pecado mortal, otros piensan que se trata de un acto de caridad y que el verdadero horror consiste en dejar que sus cuerpos se llenen de llagas y esperar un milagro que nunca va a llegar.
Quinn Fabray está en coma desde hace algunos meses, el 8 de marzo cumpliría 5 años de casada con su amada esposa. Quinn está en estado vegetativo crónico por lesión del cerebro superior. Algunos médicos consideran que en ese caso hay vida, otros alegan que no. Quinn Fabray es paciente de la neuróloga Brittany S. Pierce la cual discutía su caso con varios colegas y con la Directora general Dra. Sue Sylvester.
Doctor 1: No es claro si estos pacientes tienen o no conciencia, quien entra en un coma o estado vegetativo persistente, respira por sí mismo, el corazón late, puede parpadear, pero eso es todo.
Brittany: Conozco casos que rompen cualquier pronóstico, y que se vuelven noticia mundial, uno de los más impactantes fue el del polaco Jan Grzebski que despertó a los 69 años tras pasar 19 en coma.
Doctora 1: Puede estar sufriendo un síndrome de encarcelamiento, en el que el paciente tiene un mínimo nivel de conciencia, pero se encuentra atrapado en su propio cuerpo. No puede moverse. No puede comunicarse de ninguna manera.
Brittany: Algo me dice que la paciente está consciente, puedo sentirlo sin tan solo pudiera parpadear.
Sue: Pero la señorita Fabray no parpadea ni expresa otra señal de vida que no sean sus hondos quejidos. De no ser por ese sonido inquietante, se diría que ha muerto.
El día que sucedió el accidente Quinn Fabray estaba feliz ya que ella y su pareja habían terminado su última sección de terapia, y todo parecía indicar que habría reconciliación y lo celebrarían en un buen restaurant, para terminar juntas en su recamara de su hogar pero no fue así, ahora se encontraba en una cama de un hospital desde hace algunos meses, y ya en los últimos días su deterioro era muy notable. Las escaras le cubrían todo su cuerpo. Algunas eran tan grandes que la enfermera alcanzaba a meter el puno y tocarle el hueso a la hora de la curación. La gasa era cambiada dos veces por semana. Los panales tres veces al día. Hace menos de un mes tiene sonda para orinar. La alimentan de Ensure a través de una sonda gástrica y esta tan enferma de los riñones que tienen el cuerpo y la cara hinchados. Además del Ensure, las cremas, los panales, también está el medicamento contra los vómitos y la diarrea, los analgésicos para calmar el dolor, porque ella siente, o al menos eso parece indicar su única respuesta: los quejidos. Entre todo y esto las gasas, las sabanas, los productos de aseo, entre otras cosas, los gastos suman ya a más de medio millón de dólares al mes. Por lo mismo su esposa tuvo que irse a trabajar fuera de la ciudad para poder seguir consiguiendo el dinero para cubrir todos sus gastos médicos, mientras Elizabeth Barkley madre de Quinn se encargaba de cuidarla todos los días, le cambiaba y banaba a diario, le cantaba le platicaba para ver si algo en su cara reaccionaba pero no, ella ya había cerrado sus ojos, quizás para siempre.
Brittany junto a Sue y sus otros dos colegas entraron a la habitación de Quinn, habían llegado a una conclusión de que cuando hay evidencia científica de que el individuo no tiene posibilidad de recuperación, es legal no seguir adelante con tratamientos heroicos que lleven a reanimar una vida cuyo único destino es el estado vegetativo. Ahora era el momento de hablar con los familiares.
Brittany: Señora Berckley necesitamos hablar con usted, pero no aquí acompáñenos por favor.
Brittany junto a los demás doctores y la madre de Quinn se dirigieron hablar a un lugar más privado.
Elizabeth: De que desean hablar?
Sue: Tome asiento por favor.-indicándole que se siente.
Brittany le explico que cuando ocurre la muerte cerebral, ya no había salvación posible, y que en algún momento su hija dejaría de respirar por si sola y necesitaría de un ventilador mecánico. De igual forma, pierde todas las funciones y su subsistencia puede mantenerse con ayuda mecánica solo por unos días.
Otro colega interrumpió a Brittany para discutir sobre el derecho de morir dignamente, y que la única manera de aliviarla es propiciarle una muerte digna, a lo que Elizabeth lo interrumpió.
Elizabeth: La iglesia no acepta eso. Dios nuestro señor es el único que puede quitar la vida.
Brittany trato de hacerla entrar en razón.
Brittany: Su hija se alimenta por sonda, que va a pasar cuando ya no pueda deglutir alimentos?
Sue: Señora Berckley muy pronto su hija necesitara un ventilador mecánico, y los costos serán mucho más elevados. Cree que podrá seguir cubriendo los gatos?
Un enfermo terminal en cuidados intensivos cuesta casi doscientos mil dólares diarios y todo parecía indicar que Elizabeth y la esposa de Quinn ya no podrían pagar más para poder tener a Quinn con vida si eso se le podría llamar así.
Elizabeth: Yo no puedo tomar esa decisión. Con la que tendrían que hablar de esto es con su esposa!
Sue: Lamentablemente en nuestro estado el matrimonio de personas entre el mismo sexo no es válido, así que siento mucho que la decisión está solo en sus manos.
Poco a poco fueron convenciendo a Elizabeth, de que era lo mejor desconectar a Quinn, alguno de ellos le menciono la donación de órganos. De que su hija podría salvar a varias personas que están a punto de morir, con toda la vida por delante, en cambio su hija ya no tenía sus funciones cerebrales ni las volvería a recuperar, y por lo tanto ella estaba en condiciones de brindarles la vida a las otras.
Elizabeth: Si es así daré mi consentimiento- derramando algunas lágrimas.
Brittany: Bien, ahora mismo traeré unos papeles que debe firmar.
Elizabeth regresa a la habitación donde se encontraba su hija para darle el último adiós...

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Mujeres Asesinas
RandomTu marido te deja, conoces a una mujer en un bar , tienen una aventura y con el tiempo se hacen novias, en tu trabajo te culpan de la muerte de un paciente y la madre se quiere vengar de que no hiciste nada para salvar a su hija.