It's Time - Imagine Dragons

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No había visto a Antonio desde que se graduó del colegio. Él tenía 17 y yo 14.  Fue el primer hombre por el cual sentí algo, no era un simple deseo de besarlo, yo en realidad quería estar con él, quería que Antonio fuera mi primer novio. Sin embargo, un año después una de mis mejores amigas del colegio, Juliana, se encontró con él y decidieron tomarse un par de cervezas. Cuando ambos ya estaban algo borrachos ella le preguntó: 

- Oye, yo aún no entiendo  porqué te comportaste tan raro con Nicolás. Como que sí querías estar con él, pero no te atrevías. Dijo mi amiga balbuceando. 

- Juli... te voy a contar un secreto, pero no se lo cuentas a nadie. Nico me cae bien y todo eso, pero él a mi nunca me gustó. Sólo que yo estaba confundido, no sabía si lo que sentía era correcto, y él parecía tenerlo todo tan claro que me metí con él para confirmar si era gay o no. Confesó Antonio. 

Obviamente al siguiente día Juliana me contó apenas llegó al colegio. Me sentí burlado, con mucha rabia y sin esperanza alguna en el amor. 

Desde entonces me prometí a mi mismo no saber nada más de él... tanto que no sabía que él estudiaba en la universidad donde yo había decidido hacer mi carrera. Y ahora estaba allí, frente a mi de nuevo, luego de dos largos años.

Su barba ahora estaba completa, y había ganado un par de kilos. Eso nunca me molestó, de hecho me agradaba. Por esa razón en el colegio solían llamarlo 'La bestia' por su cuerpo peludo y gran estatura, de casi 1,90. Quizás por eso un día me dedicó torpemente 'Beauty and a beat'. Se veía lindo, no lo niego, pero eso no quitaba el hecho de que se había comportado como un completo idiota conmigo. Pensar que yo quise que él fuera mi primera vez... 

- No sabía que estudiabas aquí. Dijo Antonio mirando hacia abajo. 

- Yo tampoco sabía que tú estudiabas aquí. Respondí mientras me ponía de pie. 

- Oh, ¿en serio? Pensé que sí. 

- No, yo también continué con mi vida.

Se notó en su cara que no esperaba esa respuesta. Durante el par de meses que duró nuestra no relación yo siempre fui sumiso con él. Incluso si él se equivocaba yo era quien lo buscaba. En todo ese tiempo nunca lo contradije, nunca le hice saber cómo me sentía cada vez que él me ignoraba en el colegio, ni siquiera fui capaz de decirle que cuando me hizo sexo oral no sentí nada.  NADA. En ese entonces era un niño tonto e ingenuo  de 14 años que no sabía nada de relaciones pero sí sabía que quería estar con alguien en especial, y ese alguien era Antonio. 

A él nunca le importó darme una explicación de lo que había ocurrido. Recuerdo que nuestra breve historia pasó del chat de facebook a la realidad cuando un día de octubre él  me llamó al celular y me invitó a salir. No puse resistencia alguna y acepté de inmediato. Al fin de cuentas, era lo que había querido por varios meses. Fuimos a un bar en donde no ponían problema alguno porque fuéramos menores de edad,  nos tomamos un par de cervezas y me pidió que lo besara. Sus labios eran torpes pero suaves, no sabía besar y al parecer yo sí. 

La semana siguiente me invitó a almorzar en casa de una de sus mejores amigas. El plan era hacer el almuerzo los tres. Nunca me imaginé que todo era un plan estructurado en el cual  su amiga nos dejaría solos de aposta y yo me enfrentaría a mi primera experiencia sexual. A los 14 ya me masturbaba y veía pornografía, no obstante, nunca había pensado en tener sexo de verdad.  No hasta ese momento. 

Ese día tan pronto su amiga salió a comprar lo que cocinaríamos me senté en sus piernas. Lo besé con muchas ganas y después me cargó hasta la cama... de su amiga. Su cuerpo era mucho más grande y peludo que el mío, eso me gustó. No sé quien se quitó la ropa primero, pero los dos terminamos desnudos. Con un ademán trató de empujar mi cabeza había abajo y supe que era el momento, lo había visto antes en el porno: iba a chupar su pene. 

Lo contemplé por un buen rato, no sabía qué carajos hacer. Tanto mis padres como mis profesores en el colegio no me habían enseñado mucho sobre sexo, y lo poco que había aprendido era sobre relaciones heterosexuales: el pene se mete en la vagina. Nada más. En ese momento deseé haber recibido buena educación sexual. Antonio, que supongo  se sintió incómodo con un chico mirando su miembro tan cerca sin hacer nada preguntó:

- ¿Pasa algo? 

Ese era el único empujón que necesitaba, por primera vez después de meses enteros en los que él ni siquiera me determinaba ahora tenia toda su atención. Al parecer la forma más efectiva que un chico te presta atención, es cuando tiene una erección. Sin pensarlo más  metí su pene en mi boca. Era peludo como el resto de su cuerpo y tenía un extraño sabor... ¿a pene? Pero no me disgustaba, al contrario, cada vez me gustaba más, y por sus gemidos supe que lo estaba haciendo bien. Luego fue su turno, él también me lo hizo durante un rato y pensé ''¿por esto es que se mueren en las películas porno?'', porque no sentí nada en absoluto. 

Él se puso un condón que amablemente le había regalado su amiga y yo me puse en cuatro. Nunca entró. Antonio era tan virgen como yo y no sabía donde estaba mi ano, ni mucho menos como entrar en él. Me decepcionó, era tan brillante en el colegio y tan torpe a la hora de estar con chicos, primero fue el beso y luego nuestro fallido intento de dejar de ser vírgenes. 

A la semana siguiente nos volvimos a ver a la salida del colegio - a escondidas de sus amigos por supuesto-,  fuimos a casa de su amiga y tratamos de ver 'A tres metros sobre el cielo'. En un momento nos cambiamos de habitación, su amiga siguió con la película y nosotros volvimos a nuestras sesiones de sexo oral. Al terminar me despedí porque ya debía ir a casa y eso fue todo. Al día siguiente sin explicación alguna, Antonio dejó de hablarme.

Lo busqué durante mucho tiempo, al principio quería volver a estar con él, quería volver a sentir su efímera compañía, después lo único que quería era una explicación. Durate meses le mostré lo mejor de mi, y solo cuando le mostré mi cuerpo desnudo fue que me prestó atención y aún así eso no le pareció suficiente.  Dejé de buscar dicha aclaración cuando me di cuenta que para el momento de su graduación,en noviembre,  ya tenía novio y yo seguía llorando por él. No me pareció justo. Desde entonces no lo había visto, hasta ahora... 

- Me alegra saber que la continuaste, ¿qué estudias aquí? Preguntó de manera sarcástica luego de un silencio incómodo. 

- Estudio Comunicación social y periodismo, ¿y tú? Respondí sintiendo la mirada de mis amigos en mi espalda. 

- Estudio Finanzas y Relaciones Internacionales... Ya sabes, se me dan bien los números. 

Sí, Antonio era tan inteligente como para aprender cómo sostener una multinacional pero tan estúpido como para saber que no debes experimentar con una persona para salir de dudas de tu sexualidad. O al menos, dejarle claro que lo quieres como a ratón de laboratorio y nada más. 

- Sí, siempre fuiste un buen estudiante. 

- Nico, debo decir, estás muy lindo. Te sentaron bien estos últimos años en el colegio. Declaró. 

La verdad es que mi aspecto sí había mejorado, la barba me empezaba a salir y había crecido un poco más desde que nos habíamos conocido. También mi cabello era más largo, ya que en el colegio, gracias a un estúpido manual de convivencia, debía permanecer corto. Y ese nuevo corte me sentaba bien. 

- Gracias. Respondí de la manera más apática posible.

- Quisiera verte de nuevo, ¿me darías tú número? Exclamó mientras me daba su celular. 

Wou. Así que ahora sí valía la pena para Antonio, ahora sí me veía realmente guapo y ya no me veía como una herramienta  para resolver sus dudas .Pues las cosas habían cambiado, porque desde ese momento y por primera vez, el control lo tenía yo. 

- Claro, aquí está mi número. 

S.I.N.G.L.E (Un lugar en donde la vida real es la protagonista)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora