Dulce Caperucita

Capítulo 2

Desde su nacimiento el joven fue educado y querido por su familia, tanto su padre como su madre eran grandes trabajadores, lo daban todo para que sus hijos no pasaran por ciertas necesidades.
Con un hermano mayor y tres menores, Morgan nunca se sentía solo o aburrido, es más, disfrutaba cuidar de ellos, hacer travesuras y jugar hasta el cansancio.
Todo era perfecto hasta que se le detectó cáncer pulmonar a su padre. Aquél hombre fumaba una cajetilla al día o incluso dos en sus tiempos de juventud, el estrés lo llevó a esa supuesta "solución" tan suicida que, a largo plazo había desarrollado un gran tumor. De haber sido atendido un par de años atrás podría haberse salvado pero "¿Para qué preocupar a la familia?" Pensaba el padre de Morgan horrorizado con la idea de que lo miraran con lástima, como alguien débil e inservible.
Mamá ya no volvía a casa por pasársela día y noche del trabajo al hospital y viceversa; el hermano mayor, Zed, y Morgan por suerte sabían cocinar, y con el dinero de su madre compraban arroz y fideos, lo más barato que hubiese y con eso se las arreglaban mientras se intentaba pagar las cuentas del hospital.

Tanto esfuerzo fue en vano y ese hombre falleció, colapsó en medio de la fiesta de cumpleaños de Morgan a la cual había asistido escapando del hospital y mintiendole a su esposa a cerca de su estado de salud, quería ver a todos sus hijos por lo menos una vez más y pasar un día tan especial con todos ellos.
Cayó al suelo repentinamente casi al terminar la canción del felíz cumpleaños y murió en la ambulancia. A partir de ese momento la familia pasó por un etapa oscura, los únicos que se habían salvado de todo aquello fueron los tres hermanos menores, de los cuales dos de ellos asistían a tercer y quinto grado en la escuela primaria. La madre de la familia obtuvo tres trabajos simultáneos que la consumían día y noche, Zed consiguió un trabajo de medio tiempo mientras terminaba de estudiar y Morgan se sumió en la violencia, en las peleas y el descontrol temperamental, a pesar de estar en secundaria su vida social estaba destruida, alejando a todos los que solían ser sus amigos con su constante ceño fruncido, su mirada y sus palabras cortantes.
Al pasar los años su temperamento ya no era tan explosivo, las peleas habían disminuido y tocaba comenzar la universidad.

Aquél primer día había comenzado con una pelea detrás del edificio de la facultad de ciencias, un pequeño empujoncito de hombro a hombro bastaba para comenzar la golpiza, en esta ocasión los atacantes eran un grupo de estudiantes de último año que iban presumiendo un fajo de billetes a donde sea que fuesen, enrostrando el dinero de papi en la cara de los demás y, claramente, con sus "perros de pelea" al lado.
El odio de Morgan hacia la gente adinerada era abismal, esa gente no tenía respeto hacia ningún ser que no tuviese el mismo poder económico, gente así abusa de su madre cuando trabaja de mucama, los jóvenes tiran la basura en el suelo a propósito y se reían al unísono o le jugaban bromas pesadas ¿Que hacían luego frente a papi y mami? Se comportaban como si de ángeles se tratasen.

Eran seis hombres contra uno, llevaría un poco de tiempo enfrentarse a todos ellos así que Morgan sólo se dignó a golpear en el rostro al dueño de todos esos perros y a salir huyendo para llegar a tiempo a sus clases, pero antes de poder atravesar esa pared humana recibió un par de golpes y tirones de ropa; pero eso no le importaba, estaba acostumbrado a ese tipo de dolor y hasta a uno aún peor. Fue perseguido durante todo el camino hasta la facultad de ingeniería en donde pudo distinguir una anomalía, algo nuevo...¿O alguien?.

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Perdón perdón perdón perdón
TT~TT no pude actualizar como debía, me distraje y anduve de vaga pero bueno, acá está el capítulo 2, bien cortito pero bueno, es que ando con otras ideas en la cabeza (sorry ;^;)
Si les gustó no se olviden de darle a la estrellita de acá abajo que no cuesta nada y hace muy feliz a esta escritora que tantas ganas le pone
Nos leemos luego~