Capítulo 4

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No puedo evitar hacer una mueca de sorpresa, el rostro que menos quería ver en este momento estaba justo en frente mío. Esto no era bueno.

–¿Qué quieres? –"¿Vienes a herirme de nuevo?"

–Robert, yo...–"No, no digas mi nombre, caeré de nuevo en tus encantos."–Quería disculparme por las cosas que te dije hoy en la tarde, no fui nada amable y yo, estoy muy frustrado, ¿sabes?

–Yo también lo estoy, Jimmy y no justifica nada eso.

–¡Ya sé que no! –Exclama exasperado, parece darse cuenta de que seguimos en la entrada de la casa, porque se sonroja al sentir varias miradas de personas que pasaban por ahí. –Robert, ¿puedo pasar?

Dudé, no estaba seguro de querer estar en la misma habitación que Jimmy, estos últimos días siempre terminaba en un desastre, pero al final accedo.

–Pasa.

–Gracias. –Se queda en silencio un momento.– Bueno, como te decía, lo que te dije-

–Era verdad, ¿o no, Jimmy? –Lo corto.–Eso es lo que piensas de lo que pasó y no puedo hacer nada contra eso, si tú quieres ver lo "nuestro" –Hago comillas con los dedos.– Como un puto error entonces, ¿Qué mierda quieres que haga? ¿Que te ruegue? ¿Eres de esos, Jimmy?

Iba a seguir insultándolo, me estaba desahogando pero cuando sus labios se posan sobre los míos mi mente queda en blanco una vez más. Pone su mano en mi nuca y presiona para que el beso sea más intenso. Mis manos pasan a estar en sus caderas, empujándolo aún más cerca mío.

Nos empieza a faltar el aire y ese es el momento en el que Jimmy rompe el beso y me mira con sus verdes ojos, tenía la respiración entrecortada, al igual que yo.

–No creo que haya sido un error, Robert, siento haber dicho eso, estaba asustado y sabes que digo estupideces cuando estoy bajo presión.

–¿Solo cuando estás bajo presión? –Me burlo de él.

–Cállate, Robert.

–Cállame, Jimmy.

Se ríe suavemente y yo lo abrazo, apoyando mi cabeza en su hombro y acariciando su cabello.

–Tengo que irme, Robert.

–Por favor, quédate hoy. –Le doy un par de besos en el cuello.– ¿si? –En las clavículas.–Por mí. –Le mordisqueo el lóbulo de la oreja.

–Mh, está bien, ah, Robert, para.

–Pero no quieres que pare, ¿verdad?

Lo tomo de la mano y lo llevo hasta el pasillo de mi casa donde lo acorralo en una de las paredes.

–Jimmy, quiero ducharme, ¿quieres ducharte conmigo?–Le susurro en la oreja.

–¿Qué estás diciendo, Robert? –Está muy sonrojado y lo siento temblar junto a mí. –¡Estás loco!

Trata de empujarme, pero sé que en realidad no quiere apartarme, no está haciendo fuerza siquiera, solo tiene sus manos en mi pecho.

Lo alzo tomando sus muslos con mis brazos, haciendo que el enrolle sus brazos en mi cuello.

–Robert, bájame. ¡Hey, hablo en serio, ya no juegues!

Abro la puerta del baño de una patada y lo bajo. Tomo su barbilla para que me bese y en medio del beso separa sus labios para quejarse, y aprovecho a meter mi lengua en su boca, que empieza a danzar con la suya.

Desabrocho de a poco su camisa y el está tan distraído que no se da cuenta, luego quito la mía y comienzo a desabrochar su cinturón, parece alarmarse pero lo tranquilizo acariciando su pelo y moviendo un poco mi cabeza para profundizar aún más el beso. Lo dejo desnudo y el acaba el beso, por lo que yo aprovecho para mirar su cuerpo de arriba a abajo, es perfecto.

El se da cuenta e intenta cubrirse con sus manos, avergonzado, pero yo agarro sus muñecas y lo miro a los ojos.

–No me mires, Robert. –Aparta la mirada.

–Jimmy. –Sigue sin mirarme.–Mírame. –Le ordeno, lentamente posa sus bellos ojos sobre los míos.– Eres perfecto, no te avergüences.

Me quito los pantalones y el bóxer y quedamos ambos expuestos ante la mirada del otro, pero estoy de todas formas tranquilo. El si me mira hasta que sus ojos se detienen en mi parte baja. Me río y el enseguida sube su mirada hasta que choca con la mía.

–¿Te gusta lo que ves, Jimmy? –Le pregunto para después reírme un poquito más fuerte.

–Deja de decir estupideces, Robert. –Levanta un brazo, de seguro para golpearme pero yo lo agarro y hago que se meta dentro de la ducha.

–¡Ay! Robert, ya basta.

Giro un poco el mango del agua caliente de la ducha y me giro de nuevo a mirarlo.

–¿Otra vez mirando abajo, Jimmy? –Le digo al ver que su mirada no había estado precisamente sobre mi nuca.

Se sonroja violentamente pero yo lo tomo del rostro y lo beso de nuevo, acaricio toda la piel que mis manos llegan a tocar y siento como la fricción entre nuestros miembros me vuelve loco. Nuestros jadeos se ahogan en el beso. El agarra mi cabello y enreda sus dedos en él.

Seguimos por un rato así hasta que lo doy vuelta y lo pego contra la pared, el gime en desacuerdo y gira su cara apenas para mirarme.

–¿Qué haces, Robert? –Suspira mientras yo muerdo su hombro.

–Nada, ¿por? –Pregunto haciéndome el inocente mientras mi mano se acerca a su redondo trasero y la otra a su miembro.

–Mh, n-no juegues.

Meto el primer dedo dentro de su cavidad, y el suelta un gritito de sorpresa y dolor. Luego comienzo a masturbarlo con la otra mano.

–¡Ah! ¡Robert, no hagas todo a la vez! ¡AH! ¡Mh!

–Sh, relájate.  –Le digo con mi boca sobre su cuello. Simulo un par de embestidas con el dedo y luego adentro el segundo, parece ya no dolerle tanto y segundos después gime de fuertemente, se corrió en mis manos. Tomo su cintura y lo giro, para que quedemos frente a frente.

Su cuerpo está empapado por el agua de la ducha y también por el sudor. Nos miramos unos segundos.

–Jimmy..

–Solo hazlo. Lo quiero.

No hace falta que diga nada más, lo alzo de la misma manera en la que lo traje y el aprieta mis hombros con sus manos y me mira de nuevo, le doy un profundo beso mientras lo penetro, para que no sienta tanto el dolor. Su agarre es aún más fuerte y cuando nos separamos sus ojos están cristalizados.  Apoyo su espalda contra la pared de la ducha y junto nuestras frentes.

–No me moveré hasta que me digas. –El asiente con sus ojos cerrados con fuerza. Le doy un pequeño beso en la mejilla y se relaja apenas.

Luego de unos segundos siento como mueve un poco sus caderas para profundizar el contacto.

–Estoy listo.

Comienzo a embestirlo de manera suave al principio mientras beso su cuello.

–R-Robert, más rápido p-por favor. –Jadea y habla con dificultad.

Lo empiezo a embestir de manera más profunda y rápida y Jimmy comienza a gemir cada vez más fuerte. "Estoy en el paraíso."

Gruño, y mientras me corro, con mis manos aprieto fuertemente sus muslos y muerdo su hombro, El lanza un grito de placer y rasguña mi espalda con fiereza.

"El mejor sexo que tuve nunca, lejos." Me sorprendo de admitirlo tan fácilmente pero mierda, es verdad.

Salgo de él lentamente, mi esencia chorrea por sus piernas, está sonrojado a más no poder y un hilito de baba baja por su barbilla, también guardo esa imagen en mi corazón.

No lo suelto porque sé que no está en condiciones de caminar, apoya su barbilla en mi hombro y no dice nada. Cierro la ducha, tomo una toalla para taparlo y lo llevo a mi habitación.

Lo acuesto en mí cama, cubierto por la toalla y lo tapo con las mantas, Jimmy ya se quedó profundamente dormido para entonces.

Beso su frente, me pongo unos bóxers y me vuelvo a fumar a la ventana, esta vez mucho más contento.

Heartbreaker (Jimbert)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora