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Ninguna señal.
Han Jisung llevaba cinco días sin darle ninguna señal de vida a Felix, no aparecía en el trabajo, no le contestaba las llamadas ni los mensajes y tampoco había llegado a aquel pequeño apartamento que la pareja había logrado mantener. Comenzaba a entrar en pánico, ¿había hecho algo mal para que decidiera dejarlo? quizás se había hartado de que no tuvieran tanto tiempo para estar juntos y había decidido volver con su familia.
No. Descartó la idea de su mente, la madre de Jisung le había dicho que no podría volver hasta que mejorará sus calificaciones o tan siquiera él pagará las materias que debía rendir, era eso o dejar a Felix (por lo que llamar a sus padres, no era opción). ¿Jisung habría preferido volver? ¿Le habría pasado algo?

Entonces recordó que ahora era más fácil rastrear los celulares, corrió por su laptop y la encendió, tan sólo habían pasado 2 minutos y se sentía completamente desesperado, no recordaba que su laptop fuese tan lenta hasta que lo pensó bien y le llegó a la mente el momento en el que Jisung le pidió permiso de descargar juegos en ella. Hizo click al menos unas 20 veces en Google Chrome hasta que se abrió, tecleó en la primera ventana que estaba en servicio "rastrear mi celular", rogando por qué cargará rápido la búsqueda; aparecieron los resultados pero el primero era el único que le importaba, pero palideció en cuanto se dió cuenta que necesitaba tener la cuenta del peliazul.

¿Cuál era su contraseña? Sabía que no era algo difícil porque Han le había dicho que ya la había olvidado muchas veces y no quería que se repitiera, entonces decidido tecleó lo más fácil que le vino a la cabeza, "contraseñadehan", dió click a acceder pero la clave fue incorrecta. Intentó lo mismo pero ahora con un 123 al final, sorprendentemente había sido más sencillo de lo que esperaba; volvió a buscar en Google y casi llora de felicidad cuando ve que ya puede rastrear el celular de su amado Jisung, lástima que la felicidad no le duró mucho.

ㅡúltima vez ubicado hace 2 días ㅡleyó en voz alta haciendo lo posible porque las lágrimas de angustia no salieran.

Analizó bien la ubicación, ¿era la tienda en la que trabaja Jisung? se sintió idiota por tener que ir a Google maps para verificarlo, cosa que era correcta. Ahora sí no dudó en dejar la laptop de lado, tomar sus llaves e ir corriendo hasta allá con todas sus fuerzas, sin importarle que unas cuantas veces los carros estuvieran cerca de atropellarlo. En cuanto llegó abrió la puerta del establecimiento y se sorprendió al notar que no se encontraba la dueña, sino que en su lugar había un chico de cabellos dorados, tez pálida y aparentemente mayor que él.

ㅡ¿Y la señora Bang? ㅡpreguntó después de que su respiración se regulará.

ㅡSalió hace rato a un mandado, ¿ocupas algo en especial o vienes a recoger un pedido? ㅡle respondió con una sonrisa.

ㅡEn realidad... busco a alguien, trabaja aquí y llevo días sin verlo

ㅡ¿Buscas a Jisung? ㅡel rubio cenizo asintió rápidamenteㅡ No lo he visto desde que vino a dejar un pedido antes de renunciar.

¿Renunciar? Dios santísimo, Felix colocó sus dedos en su cuello para checar su pulso, quizás le daría un infarto por lo rápido que iba cosa que probablemente el otro chico notó, ya que volvió a cuestionar.

ㅡ¿Eres Lee Felix? ㅡvolvió a asentirㅡ Han dejó algo para ti

En definitiva creyó que moriría por un infarto, ¿Cómo es que Jisung le había dejado algo? ¿Era de despedida?, el mayor fue al cuarto donde Félix ya sabía que guardaban los pedidos, y regresó con un ramo de lo que parecían ser dalías rosas, con una nota pegada.

“buscame”

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