quatre

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Una semana, había pasado una maldita semana y no hubo una actualización sobre la ubicación de su ardilla. Aparentemente eso de ir a allanar la casa de Jisung era en serio, y lo pensaba ahora que estaba a un paso de tocar la puerta (porque mejor que lo corran a patadas y no arrestado), abrió la boca tomando una bocanada de aire y temblando acercó su mano, tocó la puerta preparándose mentalmente para ser agredido.

No pasaron más de cinco minutos cuando le abrió la puerta su tan temida suegra, quien lo miró interrogante.

ㅡ¿felix? ¿qué haces acá?

ㅡyo, eh, bueno verá, ¿está jisung?

ㅡno, pero... me dijo que vendrías a hablar conmigo

Alguien debía pellizcar a Felix para despertarlo de aquella pesadilla, ¿acaso Jisung lo odiaba? porque no sabía como sentirse al respecto en caso de que fuera así, es decir, se desaparecía, renunciaba al trabajo y ahora esto.
La madre del peliazul lo dejo entrar y lo invitó a sentarse en la pequeña sala que tenían, Felix aceptó la invitación nervioso.

ㅡ¿y bien?

ㅡbueno, supuse que jisung estaría por acá, ya que no ha vuelto al apartamento que tenemos y ya sabe, usted dijo que él podría volver a casa si me dejaba

ㅡera una de las opciones, pero jisung ya podía volver a casa desde hace medio año ㅡcontestó confundidaㅡ sus calificaciones ya habían mejorado y no debía ninguna materia

ㅡ¿qué?

ㅡ¿no te lo dijo? la razón por la que quería que te dejará era porque pensé que lo distraías de sus estudios pero parece ser que no es así, cariño

Ahora mismo sentía que su cabeza explotaría, Jisung jamás le había contado apesar de que estaban en el mismo curso, es decir, había notado que los maestros ya no le hablaban fuera del horario de clases pero esperaba que él le contará por su cuenta, ¿había hecho mal? una pequeña risa (muy parecida a la de su novio) no le permitió contestarse.

ㅡ¿q-qué ocurre?

ㅡtu cara fue muy graciosa, en fin, jisung me dijo que también pasabas a buscar algo de su cuarto, ya no te distraigo, ve a eso ㅡel menor asintió, se puso de pie y agradeció con una pequeña reverencia.

Caminó hasta el cuarto de su ardilla preferida y abrió la puerta lentamente, como si tuviera miedo de que hubiera algo dentro, sin embargo no fue así, no había nada. Tomó asiento en la cama, dándole la espalda a la única ventana que tenía y miró detalladamente la habitación, el escritorio vacío porque sus cosas se las había llevado, las marcas causadas por los posters que antes tenía pegados en las paredes y distinguió que aun quedaba una foto colgada de Han de bebé, era muy tierno.

Dirigió su vista a la ventana dándose cuenta de un florero con gardenias bien cuidadas que reposaba ahí.

Así fue como lo recordó, aquel día en que por primera vez presenció llorar a Jisung.

ㅡsoy un mal amigo, lix, soy el peor ㅡpronunció Jisung entre lágrimasㅡ me gusta el mismo chico que a changbin

ㅡ¿eh? ¿cómo lo sabes?

ㅡél me lo ha dicho ㅡcontestó sonando sus mocos en un papel su había lo ahí.

ㅡno creo que seas un mal amigo ㅡlo abrazó con fuerza hasta que se calmó.

ㅡhoy le regalé unas gardenias, ¿sabías que con darle gardenias a alguien puedes decirle que es dulce o precioso sin palabras? ㅡhabló en voz baja, tratando de no volver a llorarㅡ por otro lado... también pueden significar amor secreto, y creo que lo dejaré como eso pero... ¿podrías guardarlo?

Y cumplió la promesa hasta el día de hoy, no dijo jamás a nadie que a su preciado amigo (ahora novio) le había gustado la misma persona que a ChangBin. Aunque sinceramente en la actualidad se sentía algo agradecido de que fuera así, porque en ese entonces aun no sabía que tendría sentimientos tan fuertes por Han.

Tomó la foto junto al florero y la envió con el título "Han Jisung eras un llorón"  a pesar de saber que él fue más llorón que Jisung.

Y puede ser que sólo por un momento haya pensado que jugar a recordar los viejos tiempos no era tan malo.

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