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- Les agradaste.

Fue lo primero que le escuché decir aquel lunes, cuando se sentó a mi lado en la mesa que se había convertido en nuestra de forma silenciosa ya que nadie más buscaba ocuparla.

- Aunque les hubiese gustado hablar más contigo.

Empecé a juguetear con mis manos y mordisquear mis labios.

Quería cambiar esa parte de mí pero, simplemente no podía. No podía hablar normalmente como cualquier chico de mi edad. La lengua se me trababa y tartamudeaba, el corazón se me agitaba y mis pensamientos iban lentos porque no quería responder algo inadecuado.

Y vaya que no respondía algo inadecuado porque al final mis ganas de hablar naturalmente con alguien se quedaban en eso. Ganas.

- No hagas eso, vas a lastimarte.

Su mano se posó en mi mentón y con su dedo pulgar jaló desde allí, sacando suavemente de entre mis dientes mi labio inferior.

- El hecho de que no hables por demás no significa que tu compañía no sea agradable. Me gusta que seas así.

Y mi corazón latió, lo hizo con tanta fuerza que sentí ahogarme con el aire que apenas y respiraba, mis mejillas calentaron y mis manos temblaron.

- No digas esas cosas.

Mi susurro llegó a él porque no hizo nada más que sonreír.

Heaven Of Smiles. |Noren| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora