Matarlos o ser comida.

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La vida cómoda que una vez existió despareció, la plaga se fue esparciendo en todo el mundo, era una enfermedad que contagiaba a todo ser vivo, todos eran portadores.

Cuando inicio creían que era una promoción de una película, muertos por todos lados pero lo increíble apenas comenzaba, estos cadáveres iban resurgiendo, se levantaban cual humanos solo que lo que los hacía personas se desvaneció, solo eran monstros con hambre, el mundo se volvió un campo de caza donde los matas a ellos o ellos te comen a ti.

Los humanos revelaron sus verdaderas intenciones, gente buena se volvió la pesadilla para otros y otros que eran escoria para la sociedad se volvieron lideres natos, cualquiera cambia si se trata de sobrevivir.

Era de noche cuando una mujer cansada de huir de esos caminantes decidió enfrentarlos, "matarlos o ser comida" se repitió varias veces para agarrar valor.

Se escondió detrás de un árbol, el cual le sirvió de camuflaje gracias a la noche, el reflejo de la luna hacía ver por dónde iban, pasaba un caminante alarmando a otro haciendo que la horda fuera aumentando y por consiguiente más difícil de matar pero ella susurraba una y otra vez        "matarlos o ser comida".

Con un cuchillo eliminaba solo a los que se acercaban, no podía más, estaba cansada, sus brazos se sentían tan pesados, las piernas se iban debilitando, ella hizo caso omiso a lo que su cuerpo le decía y con un ataque de adrenalina gritó "MATARLOS O SER COMIDA". Esto hizo que no solo zombies se percatarán de su presencia, un grupo de sobrevivientes pasaba por ahí alertándolos.

-Rick, ¿Oíste?. Debemos ayudar - dijo una mujer de pelo platinado.

- No es asunto nuestro - Y sin más que decir continuaron su camino.

La mujer seguía peleando pero estaba claro que sus esfuerzos serían en vano si pronto no aparecía alguien a ayudarla.

Todo pasó tan rápido que apenas y recuperó un poco de cordura se hecho a correr, en un momento a otro tropezó con un cuerpo bastante robusto y fornido, este la hizo tambalearse, el hombre le frunció el seño preguntándose porque estaba tan alterada, al escuchar el ruido de los caminantes lo entendió todo. La joven con el escaso aliento que le quedaba le dijo - ¡Corre!- tomó la mano del hombre, este no lo dudo ni un momento, la siguió, al correr un poco más alejándose del peligro se zafó del agarre de la dama.

El hombre experimentó compasión, ella simplemente pudo haber salido corriendo y dejar que el problema se convirtiera el de él, aún no lo entendía, el mundo era una mierda y los humanos no se quedaron atrás, ¿Por que la decisión de ayudarlo?.

Podía ser alguien que podría atentar con su vida y ella aún no mostraba una pizca de alerta. Todos estos pensamientos tomaron un descanso al ver que la mujer pedía a duras penas un trago de agua, el hombre sacó un envase y se lo extendido, no lo dudo ni por un segundo, rápidamente empezó a tomar el líquido.

- Merle - dijo el hombre para presentarse.

La dama lo miro, se limpió la boca para evitar que siguiera escurriendo lo que se había tomado.

- (TN).

- Vaya que eres tonta muñeca, ¿Nadie te enseño que no debes confiar en extraños?.

- Bueno, Merle, corrí con la fortuna de que no fueras un bandido o algo peor.

- ¿Por qué estas tan segura?.

- Porque sino no me hubieras dicho tu nombre "muñeca".

Merle soltó una carcajada, él varón no era conocido por su gentileza ni mucho menos por su gracia, pero esta persona sonaba como su hermano, al hacerlo tan familiar se calmó, decidió que no le haría daño a la chica, después de todo le había salvado el pellejo.

- ¿Tienes grupo? - Preguntó Merle.

- Si tuviera uno créeme que no estaría en está situación.

- Quien sabe... Mi último grupo me abandonó.

- No te pedí que me contarás tus traumas, si me disculpas tengo que seguir sobreviviendo - interrumpió la joven acomodando los pocos recursos que le quedaban en su mochila.

- ¡JA!, Eres ruda, solo decía que no debes subestimar a las personas.

La mujer se le quedó viendo y se dibujo una medía sonrisa en su rostro, de su bolsillo sacó una barra de proteína y se la aventó a Merle, él la atrapó en el aire, estaba extrañado por su acción.

- Gracias - soltó la chica para retomar su camino.

Merle se le quedó viendo, no sabía si era efecto de no convivir por un largo tiempo con personas pero cuando la dama desapareció entre los árboles sintió como la soledad lo iba recorriendo. Tomó sus cosas y se fue por el lado contrario, no permitiría que una distracción lo desconcentrara de su objetivo, encontrar a su hermano.











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Hola, solo para recalcar que esta historia no estará 100% basada en la serie, como podrán haber visto. Espero disfruten de la novela, Gracias por leer.













Unidos por un idiota. |Daryl Dixon Y Tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora