Carta a Emma Swan

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Querida Emma:

Después de tanto tiempo de habernos despedido frente a aquel portal, después de tantos meses sin saber cómo estás o cómo sigue tu embarazo, y después de haberme convencido de que te había superado, me das una pequeña señal, y vuelvo a pensar en ti. Y como duele pensar en ti. Te juro que habías dejado de doler, pero vuelves a pasearte por mi mente sin piedad alguna. Ha pasado el tiempo y parece que sigue sin importarte el dolor que le causas a mi alma. O quizás es culpa mía que aún me duelas. Ya no quiero sentirlo más, no quiero que mi voz se quiebre al hablar de ti con Henry o con quien sea

Escribo éste texto agónico para desprenderme de ti, o desprenderte de mí. Porque honestamente, he perdido media vida en el intento de arrancarte de ella; y ya no quiero que me cueste y me haga tanto mal.

Hoy en camino a una nueva misión con nuestro hijo se me vino tu imagen a la cabeza, te juro que intenté sonreír, pero no pude hacerlo con el corazón. Mis ojos comenzaron a brillar porque algo me hizo recordar que ya no eres parte de mi vida, pero siempre serás un pedazo de mí. Recordé que ahora estás tan lejos; y no hablo sólo de la cantidad de kilómetros, hablo de tu corazón y el mío; ya no lo escucho latir. Tu alma va lejos de mi ser. Y tus manos, ya no se entrelazan con las mías. Las yemas de mis dedos ya no acarician suavemente tu cara. Mis uñas ya no se deslizan por tu cabello y espalda haciéndote erizar. Ya no eres mía, y aunque lo tengo claro, de vez en cuando a mi corazón se le ocurre imaginar que podrías volver.
Me pregunto si has logrado amar en verdad al pirata, pero le temo a la respuesta. No voy a negar que me gustaría recordar el sonido de tu voz y el aroma de tu piel, aunque me mata la idea de que ese olor jamás volverá a quedar impregnado en mi ropa. Todo esto me duele de una manera especial. Es que ni siquiera entiendo porque aún me duele tanto. Quizás sea porque honestamente, tú marcaste mi vida, te llevaste una parte de mí que seguramente jamás volveré a recuperar. Porque te has ido Emma, ya no caminas a mi lado, ya no me ves en tu futuro y yo ya no logro verte en el mío. Me has dejado con el corazón un poco más frío, después de lograr que volviese a latir, y es que después de ti no he vuelto a querer a nadie con tanta intensidad, ni siquiera Robin en su momento logró atravesar todas mis barreras. Te dejo libre, aunque tú siempre lo has sido. Quiero decir que hoy decido soltarte, arrancar tu recuerdo para que ya no me queme tanto. Dejaré de comparar a las personas contigo. Dejaré de agachar la mirada cuando Henry hable de ti. Quiero ser feliz otra vez y que lo único que me quede de ti sea un hueco; porque te has llevado algo de mí que jamás recuperaré.
Te deseo lo mejor.

Regina.

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