Eran las 12:00 pm y estaba cenando como siempre en mi casa, sentada en el sillón frente al televisor, comiendo comida china con una gaseosa. De pronto escuché que una maceta en mi patio trasero se rompía, y sin pensarlo salí a ver qué pasaba.
Me levante del sillón y fui acercándome hacia la puerta, en cuanto llegué vi mi maceta completamente rota en el suelo y toda la tierra esparcida por todos lados.
Al salir tuve cuidado de no pisar los pedazos afilados de la maceta, ya que estaba descalza. No veía casi nada, excepto por lo poco que alumbraba la luna de esa noche. Una vez que me encontraba en medio del patio, quise empezar a buscar algo, o alguien; en eso una sombra me llamó la atención. Era como una sombra humana, parecía la de una chica. Fui acercándome poco a poco, pero cada vez que me acercaba un paso, esa sombra se alejaba dos.
-No, espera, no huyas, no voy a hacerte daño- Le dije con la vos más tranquila que pude
Extendí mi mano hacia la sombra y fui acercándome de a poco, vi que la sombra ya no se alejaba tanto como antes.
-Estas a salvo conmigo, no voy a lastimarte... acércate por favor, al menos déjame verte- Le dije dejando de avanzar por un momento
Comencé a acercarme hacia la sombra que ya no se movía, parecía de piedra aunque escuchaba su respiración. Sabía que estaba corriendo peligro, pero mi intriga era mucho más grande que mi miedo.
-Dame tu mano, déjame ayudarte- Le dije acercándome de a poco, estirando mi mano hacia la sombra
Vi que esa persona estiro su brazo y apoyo su mano sobre la mía, lentamente fue acercándose, fui caminando hacia atrás de a poco llevándola conmigo, una vez que pude verla bien no podía creerlo.
-Tu estas infectada... ¿Verdad?- Le pregunte lentamente, al ver su cabello corto de color verde azulado
-Sí, lo estoy- Dijo ella bajando la cabeza
-Y dime... ¿Agua o tierra?- Le pregunte sonriendo
-¿De verdad quieres saberlo?- Me pregunto con una sonrisa queriendo salir de sus labios
-¡Claro! Me interesa mucho este "Virus"- Dije haciendo las comillas con mis dedos y con un poco de gracia en mi voz
-Soy ambas- Dijo después de reír un poco a lo bajo
-¡Increíble!-Dije sorprendida y emocionada al mismo tiempo
-Eso creo- Dijo riendo
-¿Quieres pasar para que te cure esas heridas?- Le pregunté al ver las cortadas en sus brazos y cara
-No, no quisiera molestar- Dijo queriendo irse
-Me molestaría más si no me dejaras ayudarte- Le dije agarrando la parte sana de su brazo para evitar que se fuera- Por favor, déjame ayudarte
-De acuerdo- Dijo sonriéndome
-Ven, pasa...- Dije guiándola hacia mi casa, por alguna razón sentía que debía ayudarla, y eso haría
Una vez que entramos a mi casa hice que se sentara en una silla mientras iba al baño a buscar el botiquín de primeros auxilios.
-Entonces, cuéntame... ¿Cómo terminaste en mi patio trasero?- Le pregunté con intriga
-Estaba buscando un lugar donde esconderme de los que me persiguen- Dijo un poco triste
-Lo siento mucho... oye, si tienes hambre o sed puedes agarrar lo que tú quieras, haz como si fuera tu casa- Le dije lo más amable posible
-Muchas gracias amm...- Dijo, supongo, al no saber mi nombre
-Me llamo Megan, y tú?- Dije un poco curiosa
-Oh. Megan, yo me llamo Leila- Dijo sonriéndome mientras me acercaba con el botiquín en mis manos
-Bueno Leila, tienes un hermoso nombre- Dije amable y devolviendo la sonrisa mientras sacaba lo que necesitaba para curarla
-Gracias, oye muchas gracias por ayudarme, de verdad, hoy en día pocos lo harían- Dijo agradecida
-No agradezcas, a mí me gustaría que me ayudaran, así que ¿Por qué yo no debería hacerlo?- Le dije un poco obvia
-Tienes razón, ojala más personas pensaran como tu Megan- Me dijo con un poco de dolor en su cara y su voz, ya que estaba curando sus heridas y obviamente debía doler un poco
-Dime Meg por favor, y gracias por el cumplido- Dije guardando las cosas devuelta en el botiquín- Listo, ya estas curada
-Gracias otra vez... Meg- Dijo divertida
Ambas miramos directamente a la puerta al escuchar como la golpeaban, ella asustada se paró rápidamente y empezó a dirigirse hacia la puerta trasera, yo corrí a detenerla.
-No te vayas, sube a mi habitación, yo no dejaré que pasen ¿Si?- Le dije tratando de tranquilizarla
-¿Estas segura? Estarías en peligro si me descubrieran- Dijo nerviosa
-No lo harán, ahora sube antes que derriben la puerta- Dije al escuchar como los golpes en la puerta se hacían cada vez más fuertes
-Está bien- Dijo y subió corriendo las escaleras lo más rápido que pudo
Apenas la perdí de vista fui corriendo a abrir la puerta, en cuanto la abrí unos hombres de traje intentaron pasar, pero con mi mano y la puerta logré detenerlos.
-¿A dónde creen que van? No pueden entrar así como así a mi casa- Dije verdaderamente molesta, odiaba que hicieran eso
-Disculpe señorita, pero estamos buscando a una infectada que anda suelta, y andamos tan desesperados que olvidamos nuestros modales- Dijo un hombre que parecía avergonzado
-Está bien, pero yo no la eh visto, de hecho acabo de enterarme ¿Cómo se les pudo escapar?- Pregunte entrando en mi papel de "ciudadana que odia a las personas infectadas", no quería que sospecharan de mi
-No lo sé señorita, pero esta infectada es una de las más poderosas que hemos capturado- Me dijo el hombre, al parecer nadie hablaba excepto él
-¿Ah sí?¿Y por qué?- Le pregunté realmente intrigada
ESTÁS LEYENDO
Prohibido Infectarse ©
Science FictionMe llamo Megan Trixon y tengo 21 años. Hace unos cuantos años en mi país se desató un virus llamado "Phonixet", es uno de los virus más peligrosos que se ha inventado en este país. Todos los de aquí lo llaman virus, pero yo no creo que sea así...