Inmediatamente me levante del suelo donde estábamos sentados y fui hacia la ventana para ver que sucedía, por suerte nuestra era solo un auto que había pasado, así que volví a sentarme y seguimos hablando hasta que cambiamos el turno.
-Meg... despierta, Meg... despierta- Decía Leila para despertarme
-¿Qué pasa Leila?- Le dije un poco adormilada
-En unas horas debemos irnos- Dijo Leila dulcemente
-¿A dónde?- Le pregunte confundida y ya un poco más despierta
-No lo sabemos, pero debemos irnos de aquí, anda, levántate- Me dijo Leila
-De acuerdo, ya voy- Dije levantándome poco a poco
Una vez que me levanté fui al baño por una ducha caliente. Cuando salí de la ducha me vestí, me lavé los dientes, me cepille el cabello y salí para encontrarme con los chicos.
-Buenos... ¿días?- Pregunté al no saber qué hora era
-Buenos días- Dijo cada uno, no al mismo tiempo, ya que sería un poco raro
-¿Qué hora es?- Pregunté
-Son las 6 am en punto- Me respondió una chica de cabello rojo y azul
-Gracias am...- Dije al no saber su nombre
-Emma, me llamo Emma- Dijo con una sonrisa
-Bueno, entonces muchas gracias Emma- Dije devolviendo la sonrisa
Necesitaba un poco de aire así que decidí ir a buscar un saco a mi bolso, por si alguien pasa y reconoce mi cabello. Una vez que ya tuve mi cabello atado y mi gorro puesto salí a caminar un poco por la pradera, obviamente nadie se interpuso. Caminé hacia un viejo árbol que había por allí.
Recuerdo que de niña estaba bajo la sombra de ese árbol cada vez que podía, me ayudaba a pensar y aclarar mis ideas, era un perfecto lugar para leer un libro o dormir una siesta. Recuerdo que una tarde caminando por ahí encontré una goma enorme de tractor tirada, así que la llevé hacia el árbol y con una soga creé esa hamaca que tanto me gustaba.
Cuando estuve parada frente a ese árbol no podía creerlo, estaba justo como lo recordaba, sin pensarlo me senté en esa hamaca bastante gastada y comencé a ir de un lado a otro, amaba sentir el aire en mi rostro, era como volar... era libertad.
Estuve allí sentada por un largo rato, hasta que siento que alguien me empuja desde la espalda, elevándome cada vez más, yo comencé a reír mientras miraba hacia atrás para ver a esa persona, era Emma, también riendo conmigo, baje de la hamaca y comencé a correr, ella me perseguía mientras que ambas reíamos, parecíamos niñas pequeñas. Nos pasamos así un rato, jugando y riendo juntas.
-¡Meg! ¡Meg ven aquí!- La oí gritar Leila desde lejos
-¿Que pasó?- Pregunte completamente desconcertada
-Es una emergencia, ya- Siguió gritando ella
-¡Ya voy!- Le grité a ella
-¿Quieres que vaya contigo?- Me preguntó Emma
-Esta bien, vamos- Le dije ya preocupada
Ella se levantó del suelo y me ayudó a pararme, sentía que algo pasaba, pero no sabía que era.
Salimos corriendo. Necesitaba saber que estaba pasando, tenía un mal presentimiento y la mayor parte del tiempo mis malos presentimientos se cumplen. En cuanto llegamos vi que Leila estaba nerviosa, lo notaba aunque tratara de disimularlo.
-¿Estás bien Leila? ¿Qué pasó?- Pregunté preocupada
-Uno de los chicos... no sé qué le pasa, creo que fue un accidente, necesita ayuda, rápido- Dijo hecha un saco de nervios
-De acuerdo, de acuerdo, vamos a ver- Dije antes de echarme a correr hacia dentro de la cabaña
En cuanto entre vi una muchedumbre de personas, en seguida me abrí paso entre ellas y lo que vi no me gustó nada. Había un chico de cabello rojo tirado en el suelo, pero lo peor fue que en las palmas de sus manos había quemaduras, eran tan graves que podías ver la carne viva en ellas.
-¿Qué fue lo que pasó?- Pregunté desesperada
-No lo sabemos, estaban todos empacando hasta que olimos a quemado, en cuanto giramos él estaba así en el suelo- Dijo una chica de cabello rojo y blanco
-Entiendo... ayúdenme a llevarlo hacia el sillón por favor- Les dije a unos chicos ya que sola no podría
De inmediato los chicos lo levantaron y lo recostaron en el sillón, yo me arrodillé a su lado y comencé a revisar sus manos. Era una mezcla de olor a carbón con olor a carne quemada, estaban rojas y negras, necesitaba curarlas antes de que se infecten. Me levanté y fui a buscar un botiquín de primeros auxilios, volví con él en mis manos, me arrodillé de nuevo a su lado, abrí el botiquín y comencé a curarlo. Luego de ponerle desinfectante y todo lo que necesitaba le vendé las manos y se las deje sobre su pecho. Agarré la botella de alcohol, puse un poco de su líquido en mi mano y rosé suavemente su nariz. Luego de unos segundos vi como abría sus ojos, necesitaba saber que había pasado y no dudaría en preguntarle.
-Hola amm...- Dije al recordar que no sabía su nombre
-Me llamo Greg- Respondió el un poco adormilado
-Bueno Greg... dime ¿Cómo estás?- Le pregunté tranquilamente
-Un poco cansado... y me duelen las manos, ¿Qué me pasó?- Pregunto al ver sus manos vendadas
-Eso mismo quería preguntarte, ¿Recuerdas algo antes de que te desmayaras?- Le pregunté
-Amm... recuerdo que me había despertado hace unos minutos y estaba haciendo pequeñas llamas con mis dedos como siempre, hasta que una de esas llamas perdió el control e intenté apagarla con mi otra manó, pero no me di cuenta que mi otra mano tenía alcohol en ella hasta que toque la llama, lo último que recuerdo fue ver mis manos hechas fuego, y luego de eso todo se hizo negro- Me relató lentamente tratando de contar hasta el último detalle
-¿Dices que alguien puso alcohol en tu mano mientras dormías?- Pregunté sorprendida
-Sí, eso creo- Respondió un poco confundido
-De acuerdo... ¿Quién de todos fue?- Pregunté mirando hacia todos los que estaban detrás de mí
Todos comenzaron a mirarse entre sí, parecía que nadie iba a decir nada, entonces me levanté y pregunté otra vez más.
-Les ordeno que me digan quien fue- Dije mirando a todos completamente molesta
-Nos dijiste que te tratáramos como a una más- Renegó una chica con cabello rojo
-¿Acaso eso importa ahora? Pusieron la vida de uno de los nuestros en peligro- Dije más molesta que antes mientras todos se miraban entre sí con caras preocupadas, será mejor que hablen
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Prohibido Infectarse ©
Khoa học viễn tưởngMe llamo Megan Trixon y tengo 21 años. Hace unos cuantos años en mi país se desató un virus llamado "Phonixet", es uno de los virus más peligrosos que se ha inventado en este país. Todos los de aquí lo llaman virus, pero yo no creo que sea así...