capítulo dedicado a
Moon-Cosmic
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El frío invierno había cesado por completo en los rincones de la pequeña y movida ciudad, dejando solo el vago recuerdo en los habitantes de su estancia por ahí durante un par de locas semanas. Los árboles ya estaban anunciando el inicio de la primavera, y se podía observar como comenzaban a florecer adornando naturalmente las calles.
Aunque el ambiente parecía estar tornándose de colores rosas y cálidos para los pobladores anunciando un cercano y certero tipo de paz y tranquilidad en sus vidas, no era así para todos.
Claro, mientras unos ríen otro lloran.
Mientras John reía leyendo algún libro, por allá en la lejanía Freddie lloraba en las esquinas de su pequeña habitación de hotel.
Luego de la última vez que John fue al Emerald Bar su tiempo libre se volvió prácticamente inexistente, pues le habían asignado un número mayor de horas comunitarias debido a su "pequeña" escapada, los proyectos se habían duplicado y agregándole el nuevo deber de leer un par de libros a la semana, respirar era lo único que se daba con lujos de paz.
Sin embargo al pasar tres semanas aproximadamente por fin un maestro se excusó de su clase debido a una fuerte gripe, dándole así un respiro a los estudiantes. La mayoría corrieron a sus hogares a descansar, sin embargo era predecible el destino de John.
No se mentiría, no había podido dejar de pensar en Freddie, de ninguna manera, no sabía de qué forma el pelinegro movía sus pensamientos al punto de sentir hasta una pequeña reacción en sus pantalones. Es decir, apenas había charlado con él una vez sin tener el ojo morado.
¿Y ya causaba tales emociones de placer?
Claro, de igual forma no dejaba de pensar en cómo estaba sometido bajo órdenes del tal Paul. Probablemente nunca obtendría sus respuestas, eso si no investigaba.
Así que podría tomarlo como trabajo de campo el dirigirse al pequeño bar.
Su sorpresa fue cuando entró al lugar, nuevamente, en ésta ocasión el bar no estaba ni lleno ni vacío, habían personas bebiendo y conversando lejos nada más y sólo podías observar a un bartender despreocupado, que para sorpresa de John era Brian, no Roger.
—¡Hey! — Saludó llamándole la atención completamente al rizado quién le saludo de igual forma.
Comenzó a conversarle al rizado para romper el hielo, eso y porque John tenía educación, aunque el chico alto era un agradable sujeto que escuchaba y realmente demostraba prestar atención a cualquier cosa que decías, además de tener una tenue voz como bonus... Pero John y su pequeña obsesión y ansiedad por saber del pelinegro no le dió el lujo de perder más el tiempo divagando, así que sin más rodeos le había preguntado al rizado sobre el paradero del moreno.
Éste había llevado su mano a su cuello rascándose nervioso. — Él no se presentó hoy. — Se detuvo un momento analizando. — Realmente no lo veo desde hace dos días.
— ¿Y Roger?
— ¿Yo qué? — Chilló una voz metiéndose en la conversación, la persona rubia que había hablado venía saliendo de la puerta de la bodega cargando una caja de cerveza y con el gesto cansado.
John observó a Roger encorvado colocar la caja en una esquina de la barra y volteando a todas partes tomar una para comerzar a beber el contenido. Brian al ver aquello le había pegado un manotazo por la acción y le arrebató el envase.