⸙┆cinco

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capítulo dedicado a
ILoveAKindOfMagic

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El sujeto delante de él frunció el ceño confundido.

— Hijo dame el apellido, al menos con eso podría decirte la habitación. — Le respondió bajando su vista para observar unos papeles. — Pero no tengo registrado a alguien llamado Freddie en el hotel, y ésto que hay pocas personas.

John resopló con fuerza haciendo que un poco de polvo que estaba en el estante se levantara.

Sí, por supuesto que había entrado al maldito hotel, no se detendría ahora hasta poder asegurarse que estaba bien el moreno. Todo el trabajo y estrés estaba aumentando pero se vería recompensado, mínimo quería una sonrisa de parte del pelinegro, era por lo que estaba luchando.

— ¡Espera! tengo a un tal Farruko acá. — Chilló el viejito administrador del hotel leyendo los registros mientras ajustaba sus gafas.

John se acercó a leer y se dió cuenta que decía "Farrokh". Aprovechó para ver toda la lista más de cerca y aquel nombre era lo más cercano al que buscaba pues los demás ni siquiera tenían la misma inicial.

— ¿Conoce a ese Farrokh? — Preguntó curioso, el señor cerró el libro y asintió.

— Ese niño es muy amable pero bastante extraño. Sin embargo alquila la habitación desde hace dos meses.

John tragó nervioso y le dió una ojeada al lugar para reconsiderar si sería buena idea buscar a ese muchacho. El hotel por fuera se miraba pequeño y maltratado, con paredes manchadas, muros dañados y  los vidrios de algunas ventana rotas.  Y Por dentro era casi similar, el tapiz de la pequeña recepción se caía de lo viejo y húmedo, había un sofá incómodo, una polvosa planta en una esquina, y al centro un pequeña estante donde un señor canoso estaba sentado leyendo.

Volviendo en sí le agradeció al señor su amabilidad y le dijo que solo saludaría al dichoso inquilino y se iría de ahí, el señor le dió el número de la habitación y John rápidamente se encaminó por los estrechos y oscuros pasillos.

Y al llegar a la puerta sintió un escalofrío en sus manos y un pequeño temblor en su labio inferior comenzó. Y cerrando sus nudillos helados tocó tres veces sobre la puerta.

¿Qué estaba esperando ver cuando la puerta se abriera? No tenía respuesta para su propia pregunta. 

— ¿Qui... quién es? — John sintió su corazón acelerarse cuando reconoció la voz del pelinegro detrás de la puerta.

Y como si hubiese perdido la voz se quedó callado, pues los nervios le ganaron.

Unos segundos pasaron y la puerta de la habitación fue abierta con cuidado. John se tensó y se decidió a mover sus pies para salir corriendo de ahí. Pero, Freddie fue más rápido al verlo y abrió  completamente la puerta para ver de pies a cabezas al castaño.

De por sí el tono de piel del castaño era muy claro, en ese momento parecía que su rostro era más blanco y frío que la nieve, sus ojos se abrieron un poco más ante la sorpresa de ver al moreno salir ante él.

Freddie, oh cariño.

Lo primero que John había visto fue el par de ojos oscuros del pelinegro estar rojos e hinchados, luciendo como si no hubiese parado de llorar día y noche, siguiendo no favorecía el hecho de tener unas oscuras y profundas ojeras bajo ellos, en especial bajo el ojo izquierdo donde resplandecía un gran morete de colores rojos y morados. El interior de de John estaba retorciéndose, no quería seguir viendo, pero se vió obligado y observó como tenía pequeños golpes y sangre seca alrededor de la nariz abultada, como si tuviera el tabique desviado.

No supo que fue lo que dijo, pero sus manos automáticamente se posaron cuidadosamente sobre el cuello del pelinegro acariciándole, quién al sentir el tacto jadeo caminando para atrás en la habitación, dándole paso al castaño.

Dentro John se separa un tanto y rápidamente comenzó a soltar preguntas algo estúpidas vagas sin esperar respuesta.

¿te duele la nariz? ¿puedes respirar? ¿estás consiente? ¿te sientes bien?

Freddie había cerrado la puerta atrás de él, con doble seguro, y había ignorado las preguntas de John dirigiéndose a la pequeña cama que se encontraba en una esquina, se sentó, aparentemente muy tranquilo observando con curiosidad como John perdía los estribos preguntando.

John hablaba y observaba completamente el lugar, que eran cuatro pequeñas paredes sucias que lo hacían querer salir corriendo de ahí, con cierta claustrofobia volvió a posar su vista en el pelinegro y está vez se dió cuenta que éste comenzó a lagrimear mientras lo observaba.

El corazón de John se encogió al ver al persa sollozar ante él tapándose el rostro y su pequeño y delgado pecho que le elevaba rápidamente mientras su respiración se detenía. John corrió a sentarse junto a él preocupado y con miedo a dañarlo o herirlo colocó sus brazos alrededor de su pequeño cuerpo y poco a poco lo atrajo hasta el suyo.

John decía que abrazar extraños era incómodo y hasta un punto molesto, pero sabía que de alguna forma estúpida él y Freddie no eran desconocidos. ¡Sí! Joder que eso pensaba. Tal vez en su vida pasada, sus ancestros habían estado juntos, o tal vez en alguna vida paralela, y ahora de alguna extraña y bizarra manera volvían unirse milenios o dimensiones después.

Sí, pese al hecho de que no fueran absolutamente conocidos al punto de saber los gustos del contrario, el cuerpo del pelinegro encajaba tan bien con el suyo, como si hubieran sido hechos el uno para el otro, y era la primera vez que John lo sentía así con alguien, tan jodidamente bien, por primera vez el ritmo de su corazón acelerado era placentero al igual al sentimiento de la gran cantidad de agujas atravesar su pecho.

Con cuidado tomó el perfilado rostro del moreno en sus largas manos y apartó con cuidado los mechones oscuros que caían sobre sus cristalizados ojos, no quería crear algún daño más en él así que con lentitud limpió las lágrimas que comenzaban a escurrise por sus abultadas mejillas y sin poder evitarlo, y casi completamente obligado por sus instintos se acercó a besar la frente del moreno.

Freddie tomó la mano de John y comenzó a hablar entre lágrimas.

Al escuchar lo que le había sucedido, John también comenzó a sentir sus propias lágrimas llegar y su corazón marchitarse en pena.

Solo escuchaba el quiebre de la voz el pelinegro, contando lo que le había dejado más herido, el como "le habían robado la dignidad"

John ahora se encontraba preguntándose si existía la justicia, y todo le hacia sospechar que no.

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publico dos capítulos hoy porque éste ya estaba listo y lo tenía ahí jdjs.

no sé, si se dió a entender que fue lo que hizo paul, igual en el otro cap se explica, a veces siento que la narración enreda y no entienden no sé ¿?

pd,, sí publicaré mi fic kncerigeno ¿
en un rato

emerald bar  ⸙┆ deacuryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora