La Villa-Capítulo 17

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Ya estaba oscureciendo, Kopu descendió para poder descansar.

Las niñas se bajaron de su espalda, Sofía se sentó en el suelo apoyándose en un árbol. Alegría mientras tanto, encendía una fogata. Hubo un largo silencio.

Kopu se echó en el suelo muy agotado y se lamió una pequeña herida.

-Ese era Lácarus... -dijo el puma mientras se lamia.

-Se equivocaron...-susurró Sofía-...nosotras no somos las elegidas, yo no pude ayudarte Kopu, no pude ayudar a nadie.

Varias lágrimas cayeron de sus mejillas.

-¡Ya estás llorando de nuevo! ¡Así no solucionaras nada! -exclamó Alegría.

Alegría estaba muy frustrada por lo ocurrido, movía bruscamente la leña en la fogata.
Poco a poco comenzó a calmarse y suspiró fuerte, miró a su amiga. Sofía seguía llorando, mientras ocultaba su rostro en sus piernas.

-Sofi, perdóname, no debí gritarte así.

Alegría se apoya en el suelo para consolar a su amiga.

-Perdón Sofi...estoy muy frustrada. Yo también creo que no somos las elegidas...

-No digan eso. Yo estoy seguro que ustedes lo son.

Sofía le tomó la mano a su amiga.

-Si sé Ale, sé que estás enojada... -contestó entre sollozos.

-Yo... yo también quería proteger a los animalitos... no pude hacer nada.... -dijo Alegría derrumbada.

La atmósfera no era muy favorable, ambas niñas estaban muy deprimidas y Kopu tenía algunas heridas en su cuerpo.

Sofía poco a poco se secaba sus lágrimas. Sacó su mochila, buscó algunas vendas y desinfectante.

-Kopu, perdón por dejarte atrás. Déjame ayudarte con esas heridas.

-Si fuera necesario, yo daría mi vida por ustedes. Son buenas personas y sé que son las salvadoras...

-Kopu... -suspiró Sofía con tristeza- ...no digas eso. Tienes que cuidarte por favor.

Sofía aplicó el desinfectante en sus heridas, mientras pensaba en cómo poder ayudar en esta misión, pero, por más que pensaba, no encontraba la respuesta.

-Sofi ¿te fijaste en las espadas que llevaba?

- Sí, pero me llamó más la atención ese báculo ¿Qué cosa era? ¿Cómo nos pudo empujar así?

-Espadas, báculo, poder oscuro que pudre todo... tenemos muchas desventajas.

-¿Qué tenemos nosotras? -preguntó Sofía.

-Tengo un cortaplumas, mi honda, unos petardos, la cerbatana con dardos tranquilizantes que ocupé con Stefy...

Sofía levantó una ceja.

-Claro, de seguro que podremos enfrentarlo con eso. Y yo tengo dulces y los bollitos que nos dio la pequeña pudú en la torre de cuarzo.

-¡Comida! ¡Sácala!- exclamó Alegría.

-¡Cierto!

Olvidando un poco el mal rato. Los tres comenzaron a comer frente al fuego.

-Tenemos que recuperar energías, así que comamos harto -exclamó Kopu para animarlas.

-¡Sí! -responden juntas.

Sofía miraba a través de los árboles, estaba todo muy oscuro, pero pudo notar que había dos hileras de luces en el suelo, lejos de donde se encontraban.

Alegría y SofíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora