Los Guerreros del Sol-Capítulo 18

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Llegaron a una choza totalmente diferente de cómo era la taberna. El interior era austero pero acogedor, al fondo se apreciaba una sencilla chimenea hecha de ladrillos, la base era de piedras de montaña y dentro de la fogata colgaba una olla con agua hirviendo. Frente a la chimenea había varios cojines ovalados, parecían pequeños nidos de pajaritos, eran de diferentes colores, cualquier cliente que lo deseara podía sentarse en ellos para entrar en calor.

En el vestíbulo, al otro extremo de la chimenea, estaba la posadera, no era más que una humilde ratoncita, vestida con un delantal celeste y zapatos de madera, se veía muy concentrada limpiando el estante de las llaves. Junto a ella estaban dos pequeños ratoncitos que parecían ser sus hermanos menores, la ayudaban con el aseo y a tratar con clientes. Sobretodo ayudaban a subir sus bolsos o equipaje al segundo piso.

-Vayan a la chimenea, iré a hablar con la posadera -dijo Evan.

Sofía se hundió entre los cojines, sintió el cansancio del día en sus hombros y mientras veía el fuego flameando en la chimenea, recordó las oscuridad que acabó con el jardín de las pupas. Tomó un cojín y lo estrechó con fuerza.

Todos estaban sentados cómodamente frente a la chimenea.

- Para serles sincero... yo tampoco creía en la existencia de ese monstruo -dijo el tigre con su gruesa voz.

-Yo tenía entendido que se les envió unas cartas de advertencia a todas las villas, pueblos, comunidades y nómadas en el bosque de los Mil Alerces -respondió Kopu.

El zorro llegó con algunas provisiones que le dio la posadera y se unió a la conversación.

-¿La información solo se difundió en el sur? ¿Qué pasa con el norte? ¿El Triángulo Erudito no llevó la noticia a Atama, el valle de la luna y el castillo de cobre? -preguntó Evan.

-¿Los Guardianes de Roca del mar estarán al tanto de la situación? -añadió Anker.

Alegría y Sofía se miran sin entender nada de lo que hablan.

-Estoy seguro que la noticia se difundió por toda nuestra tierra -respondió Kopu.

-¿Ustedes niñas, cómo es que llegaron hasta aquí? -preguntó Anker.

-Bueno... es una larga historia... -suspiró Alegría.

Las chicas contaron todo lo sucedido, desde que activaron el libro hasta el encuentro con Lácarus.

- El libro... -susurró Sofía.

Tomó su mochila y sacó el libro "Viajero del Tiempo".

-¿Con ese libro llegaron hasta acá? -preguntó Evan.

-Recordé que Epu nos dijo que este libro nos guiaría en este mundo. Debería comenzar a leerlo para entender más cosas.

-A sí que Ánazgan ¿Eh? -dijo irónico el zorro- otra leyenda urbana, a él sí que nadie lo ha visto.

-Pero... ¿debe existir, no? Alguien creó este libro para viajar en el tiempo -aseguró Alegría.

-Créeme, ningún animal en este mundo puede crear algo así -contestó Anker.

-¡No puede ser! ¡Aquí existen los camahuetos! -exclamó Sofía, sin estar pendiente de la conversación.

-Deben tener cuidado con esos animales si van a la playa, su cuerno es mortal para cualquier criatura -advirtió el zorro.

-Sofía, lee el libro después -dijo Alegría.

-Espérame un poco, que esta parte esta buena.

-Por otro lado ¿Qué hace un tigre dientes de sable en una villa como esta? -preguntó Kopu.

Alegría y SofíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora