Sentado ante cuatro
rostros cuadrados y blancos
que se miran uno al otro
formando un cúbico cuarto.
Silencioso medito
bajo el nimbo de un bombillo,
la taciturna noche
desde afuera palpita
algunos ruidos se filtran
como rayos de luna
en mi tejado
o como fulgores de astros
a través del espeso celaje.
Mi pluma avanza flemática,
se calca en mi faz
la sombra...
de faenas apagadas
de horas muertas.
Abre sus nardos
el crepúsculo de la rutina
llama el lecho
por mi nombre
y me invita al Taj Mahal
del tranquilo descanso;
mas yo continuo charlando
con mi novia la escritura.
El canapé endrino
que sostiene mi cuerpo
habla en tono engreído
cual pretencioso cuervo:
"¡Largo! ¡A tu yacija!
ya dormitan los seres ajenos
¿por qué lucubras despierto
como si esta sala fuese
una sacra ermita?
"Calla canapé
no ves que estoy
con mi novia dialogando"
"Perturbas mi sueño"
respondió el mueble
de blando cuero,
"deja de estar divagando
navegando en ilusorios veleros,
las horas te están afectando
y enloqueces...
igual que el sombrerero
y la liebre de marzo.
Aquí solo estás tú,
no hay nadie diferente
la chica con la que hablas
está solo en tu mente
¿No ves que te cayó un alud
de fantasías dementes?
vete a seguir volando
bajo tu edredón azul.
"Animal mueblerino
no sabes lo que dices,
mi princesa me acompaña
cual sílfide de papel
y estamos tejiendo
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INSOMNIA
PoesíaHa todos nos ha pasado alguna vez que el sin sentido de la vida se anida en nuestra alma y hace un nido de huecos existenciales. Ha todos nos ha pasado que la melancolía, la soledad y el dolor han traspasado los muros del pecho para dejar esparcidos...