Volviéndote loco

2.Primer día.

En la mañana siguiente, me levanté más temprano de lo normal por los estúpidos nervios. Casi no pude dormir nada. Me bañé, me maquillé y pensé en dejar mi pelo suelto, para que secase al aire libre. 

Luego preparé la mochila y me puse unos leggins de cuero negro, una blusa blanca y un kimono moderno con un estampado floreado que me llegaba hasta la pantorrilla. Para cuando bajé, mi familia ya estaba desayunando, salvo que esta vez, estaba el equipaje de mamá, ya que ella vino sólo a ayudarnos con la mudanza y supongo que hoy se irá a New York con su otra familia.

-Hoy llevaré a Helem al aeropuerto, así que pueden ir en el Jeep.-  confirmó mi padre la suposición y Ezra asentía con toda la comida en su boca. Hice una mueca de asco, a lo que mi hermano abrió su boca, mostrando el resto de su comida.

-¡Ezra! ¡Cierra la boca! Asqueroso.- Ezra riendo, se llevó un vaso con jugo a sus labios, haciendo que se atragante con todo. Mi padre le daba palmadas en su espalda.- Te pasa por hacer el tonto, idiota.- Le dije sacando mi lengua.

-¿Tú no desayunas?- preguntó mi madre mirándome.

-Nunca lo hago, mamá.

-Nunca lo hace, desde hace ya algunos años. No sé cómo hace para aguantar durante todo el día con ese cuerpesito.- se  burló mi hermano.

- Lo que pasa es que tú me tienes envidia.-dije tirando mi cabello hacia tras, como si fuera toda una diva. Mi hermano me copió el gesto, tratando de hacer una cara burlona.  

Miré el reloj que tenía en la muñeca derecha, el cual, combinaba con mi conjunto- Ya es hora de irnos, hay que pasar por  la oficina del director a buscar los horarios y las llaves de nuestro casillero. 

Él asintió con la cabeza, se despidió de nuestros padres al igual que yo y salimos de la casa hacia el auto que estaba estacionado en frente nuestro. Me subí en el lado del acompañante, me abroché el cinturón al igual que mi hermano y me acomodé en mi asiento. Cuando encendió el auto conecté inmediatamente mi celular a través de bluetooth. Puse Staring de Tipling Rock y comenzamos a cantar, en mi caso, a sacudirme en mi asiento, moviendo mi pelo con el viento y haciendo el paso de baile ochentoso, el del amor y paz. 

Cuando estábamos por llegar, comenzó a sonar Demons de Imagine Dragons. Con Ezra nos miramos al mismo tiempo y empezamos a cantar como locos a todo pulmón mientras estacionábamos por  ahí. Respiré hondo antes de bajar y me dije: Todo saldrá bien si piensas en positivo.  Bajé del auto y le eché a mi hermano -quien también estaba fuera, cerrando su puerta- una mirada nerviosa. Él me sonrió y se puso a mi lado, comenzando a caminar  a paso seguro, mientras que yo...bueno, estaba tras Ezra. Al entrar, la mayoría concentraba su atención en nosotros, los nuevos. Mi hermano me sacó de mi mundo agarrando mi brazo cuidadosamente y poniéndome a su lado. Me aferré a su brazo como haría una niña pequeña, él me sonrió desde lo alto -ya que me sacaba una cabeza- y me despeinó el pelo con su mano libre mientras caminábamos.  Siempre fui más pegajosa con mis hermanos que con mis padres, a pesar de que ahora tenga dieciséis y vaya a segundo de preparatoria. 

Ethan Brown:

¿Alguna vez vieron que cuando una perra nueva aparece en la jauría y todos los machos van tras ella?  Bueno, fue exactamente igual. Cuando la vieron entrar, la mayoría de los chicos clavaban la mirada en ella. Al ser pelirroja y bonita... algo que no se ve mucho por esta época, ya que la gran mayoría de las chicas se tiñen el pelo en tonos más claros, rubios, degrades y todo aquello que hace que el pelo se queme con esos químicos que en vez de mejorar el cabello lo empeora. No nos salgamos del tema. Ella parecía ser pelirroja natural ya que sus cejas eran del mismo tono, pelo largo y liso, le llegaba hasta la cintura. Sus ojos eran...¿azules? no los logré diferenciar desde donde estoy. Tiene buen gusto por cómo se viste. Parece incómoda por llamar tanto la atención, hace tan sólo unos segundos se escondía tras alguien que se parecía mucho a ella, debía ser su hermano o algún familiar cercano.