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Regresamos de las vacaciones a nuestras vidas habituales...bueno, esta vez era diferente, estaba vez no queriamos separarnos, desde esa noche, nos besábamos cada que podíamos y teníamos sexo de la misma manera, en mi casa, en tu casa, en algún motel de paso, eramos como dos lapas. Todo esto en secreto claro, tú no querías que nadie se enterara y la verdad es que a mi tampoco me apetecía mucho, lo que arruina las relaciones es la gente que se cree con derecho a opinar sobre ellas y ambos pensamos igual sobre esto. A los ojos de todos, tú y yo éramos enemigos mortales, a mis ojos tú eras la creación mas hermosa del universo y a lo tuyos, yo parecía ser magia.

Ambos estamos estancados, al menos así lo sentíamos, nos lo confesamos en alguna plática (las cuales se habían vueltos mas profundas), contigo podía hablar de todo, de trabajo, de música, de teatro, de libros, de filosofía, del tarot incluso (descubrí que sabías leerlo), eramos sumamente compatibles (tomen eso astros), así que ambos nos ayudamos mutuamente a salir del estancamiento en el que nos sentíamos, tú eras muy capaz de hacer lo que quisieras y yo a tu lado sentía que por fin tenía un rumbo y comencé a enfocarme mas en mis proyectos, volviste a la escuela, yo termine mi carrera, pusiste un pequeño invernadero (te encanta las plantas, incluso mas que yo), yo puse mi propio negocio, la vida parecía sonreírnos...estábamos completos.

Con la luna en SagitarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora