School Of Boys.

6

La semana paso jodidamente bien... Ignoren mi vocabulario, mis amigos se la pasaban diciendo groserías y se me contagian.

¡Ya les podía decir amigos! Hace unos días me pidieron por favor que vaya a ver su entrenamiento de futbol, querían convencerme de inscribirme, pero apenas pise la cancha un idiota se acerco a mí y se rio de mi físico. Charles y Sam se acercaron para defenderme, sus palabras exactas fueron "No te metas con nuestro amigo". El chico no tuvo otra opción que pedirme perdón e irse.

¡Ser popular es genial! Te da ventajas en todo, soy una persona intocable. Me hace sentir débil y algo humillado que siempre me tengan que defender ellos, pero me han dicho que soy como un pichón que aun no abre las alas. Pero están orgullosos de mi talento con las chicas, sobre todo porque me han pillado hablando con Aldana más de una vez.

Ella y yo quedamos en encontrarnos en una cafetería cerca del instituto, pero me pidió que vaya como Emily para poder conocerme mejor, acepte inmediatamente. No se dan una idea de lo que extraño ser yo misma, ya casi se va a cumplir un mes desde que me hago pasar por Matt y nadie sospecha de mi.

—Joder, Matt. Tu jodido teléfono esta jodiendome el sueño, ¿Te molestaría responder? —La voz de Trevor me saco de mis pensamientos. Estábamos solos en nuestra habitación, él intentaba dormir la siesta mientras que yo estaba terminando mis tareas de la semana.

Ni siquiera escuche mi teléfono.

Matt: Emily.

Matt: Responde.

Matt: Te extraño.

Matt: Hermanitaaa.

Matt: Se que me extrañas, recuerda que puedo sentir lo que sientes.

Matt: Es lo que los gemelos hacen, sentir las cosas del otro.

Emily: Mierda, Matt. Sabes que nosotros no podemos hacer eso, lo hemos intentado miles de veces.

Emily: ¿Qué quieres?

Matt: Auch, que agresiva.

Emily: No te conté, Trevor esta aquí.

Mi hermano no respondió, pero vio el mensaje. Decidí no prestarle atención y ordenar todos mis cuadernos. No pasaron más de cinco minutos cuando mi celular volvió a sonar, pero esta vez era una llamada.

— ¡Joder, Matt! Pon en silencio esa mierda. —Gruño Trevor.

Al parecer a alguien le gusta mucho la palabra joder.

—Joder, Matt. Tu jodido teléfono me está jodiendo mi jodida siesta, joder de los jodedores. —Me burle imitando su voz.

Tome mi celular y salí de la habitación para tener un poco de privacidad. El pasillo estaba completamente vacío, así que podía responder.

— ¡Emily! ¿Cómo es eso de que Trevor está ahí? —El grito agudo de Matt me obligo a alejar el celular unos centímetros.

—Sí, es mi compañero de habitación y todo. —Murmure.

— ¡¿Qué?! ¡Te vuelves para acá! ¿Y si te golpea por pensar que soy yo? ¡No puedo permitir esto!

—Deja de chillar, me estas aturdiendo. Tranquilo, mis amigos me defienden todo el tiempo, además no ha intentado nada en estas semanas. —Respondí. La voz de alguien acercándose me puso en alarma rápidamente. — Alguien viene, tengo que irme. Te amo.