Capítulo 2.

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Estrella estaba sentada en el suelo, con las piernas cruzadas. Katy estaba sentada en el regazo de Steve, el cual jugueteaba con su largo pelo negro. George se dedicaba a trenzar el cabello dorado de Anne, la cuál tenía una sonrisa tímida y sus mejillas sonrosadas.

Estrella se dedicaba a juguetear con un mechón de su cabello violeta, mientras miraba como al otro lado de la explanada de césped en la que pasaban los recesos, el chico de la Polaroid, Calvin, escribía algo en un cuaderno, escuchaba música y movía su pie derecho al son de esta, mientras se daba cuenta que llevaba unas gafas de cristal cuadrado y de pasta negras. Y que era zurdo.

Estrella casi ni pudo evitar esbozar una sonrisa.

-Eh, Estrella, ¿te gusta el rarito? -rió Katy.

-Dios, Katy, no digas bobadas -contestó ella, con una sonrisa.

Su sonrisa se desvaneció en un abrir y cerrar de ojos cuando vio como una chica a la que Estrella le podía sacar una cabeza perfectamente, de cabello tan rubio que parecía blanco, perfectamente cortado en una melena por los hombros, con unas grandes gafas y vestida como si acabara de salir de los 50s.

Ambos hablaban, la chica tenía una sonrisa tímida y Calvin una gran y blanca sonrisa que parecía de algún anuncio de dentífrico.

Estrella se giró hacia George y Anne. Cogió un mechón de pelo de Anne y lo trenzó, distrayéndose un poco.

-Me vais a dejar el pelo hecho un cuadro -susurró Anne, con una sonrisa.

Estrella rió. Anne era de esa clase de personas con grandes mejillas sonrosadas y pellizcables, que al sonreír le salían unos adorable hoyuelos y desearías que sonriera siempre.

Pero Estrella conocía a Anne demasiado bien y sabía lo que se escondía bajo las mangas largas de sus camisetas con gatitos.

Estrella dirigió su mirada hacia Katy. Ella era preciosa; bajita (1'50 seguramente), con cabello azabache, liso y largo, acompañado por unos grandes ojos verdes, vientre completamente plano y, como Steve decía, "una gran delantera."

Steve era alto, medía 2'01 metros exactamente. Tenía cabello pelirrojo y alborotado, con ojos almendrados y pecas por toda la cara. Él solía vestir camisetas viejas y desgastadas de muchos colores, vaqueros rasgados y Converse del año de la polka.

Y George...era un cliché. Típico-quarterback-que-está-bueno-con-ojos-azules-y-pelo-castaño. Era simpático, pero su ego aplastaba su simpatía. Además, era demasiado obvio que moría por Anne.

Y, por último, pero no menos importante, estaba ella, Estrella Polar. (Cuyo verdadero nombre por ahora será secreto). Ella, con su pelo violeta, sus ojos azules, sus manos llenas de anillo, siempre una cadena extraña plateada coronando su cabeza y sus botas de agua amarillas. Ella era muy extraña, pero era tan bonita que nadie jamás diría una palabra en contra suya.

Estrella era algo parecido a una celebridad en aquel pueblo de poca monta. Incluso había salido alguna que otra vez en el periódico, por el simple hecho de que pasaba sus tardes sentada en la calle tocando la guitarra y cantando, y la gente iba a verla.

Estrella notó como su vista se nublaba y caminó hacia el interior del antiguo edificio de piedra. Corrió por el pasillo con sus botas amarillas resonando contra el suelo de mármol y dándole dolor de cabeza. Entró al baño y se encerró en la cabina del medio.

Rebuscó en su bolsillo y sacó una pequeña cajetilla de metal. La abrió y metió una pequeña pastilla azul con una 'A' grabada bajo su lengua. La tensión e ira acumulada en su cuerpo, poco a poco, se desvaneció. Estaba harta de aquella enfermedad.

Salió del cuarto de baño y allí estaba Katy, mirándola con tristeza.

-¿El síndrome de Amok*? -preguntó.

Estrella asintió y, con lágrimas en los ojos, se agachó un poco para abrazar a Katy.

-Es horrible, Kat. Siento...siento que podría hacer verdadero daño a alguien. A cualquiera. Tengo miedo -susurró.

-Estrella, llevas diez años con esta mierda. Tú puedes -la animó Katy.

-Pero estoy cansanda. Cansada de ser yo.

n/a: y vosotros pensaréis. "joper, leid, estaba escribiendo una jopida historia normal y ya estás metiendo cosas extrañas. te vamos a matar." pues matadme, porque no puedo hacer una historia normal.

ahora, el síndrome de Amok. es una enfermedad mental severa que lleva a las personas que la padecen a sufrir una ira ciega y ser capaz de matar a alguien.

"DIOS, LEID, ERES MALA."

i know, i know.

eso, que espero que os guste.

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ahora, la canción.

the good times are killing me de modest mouse.

si me conocéis un mínimo, sabréis que este es mi himno. y ahora, también el de estrella.

disfrutad de esta canción, porque realmente es una parte de mí.

xxxxx

-leid.

Estrella Polar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora