Estrella bajó dando saltitos los escalones del autobús amarillo. Avanzó por el camino de piedra hasta el porche, revisando antes que el coche de Samuel no estuviera ahí.
Entró por la puerta principal, blanca y fina como el papel, ya que su barrio no era el mejor de la ciudad.
-¡Mamá, ya estoy en casa!
Estrella escuchó a su madre sorber la nariz y decir con voz temblorosa:
-¡Vale!
Avanzó por el pasillo estrecho, compuesto por aquellas paredes que en algún momento fueron blancas. Llegó a la cocina y vio como su madre, con su pelo largo y rubio recogido en una cola de caballo, recogía unos trozos de platos rotos y trozos de carne del suelo. Levantó la vista y la miró, fingiendo una sonrisa.
-Sue, hola.
-Mamá, no me llames así...-masculló Estrella agachándose, recogiendo algunos pedazos de vajilla blanca y estofado.
-Oh, me olvidaba, claro -dijo, muy distraída.
-¿Ha sido Samuel? -susurró Estrella.
Su madre asintió ligeramente y rompió a llorar.
-Mamá, vete a dormir un rato o a ver la tele con Joshie, o Mike, o Lissa. Yo recojo esto -susurró Estrella.
Su madre se levantó y, mientras susurraba algo, desapareció por el pasillo. Estrella recogió todos los pedazos de plato, trozos de carne y zanahorias del suelo, y los tiró a la basura, resoplando.
A su madre le costaba muchísimo cocinar ese estofado, y gastaba la poca carne que conseguían a la semana, y aquel tío lo tiraba. Estrella quería golpearlo en la cara, pero no podía. Ni siquiera podía defenderse cuando él se le acercaba.
Ojalá pudiera activar la mierda esa de síndrome cuando le daba la gana.
Estrella suspiró y se encerró en su habitación, donde se sentó en el suelo, cerca del estéreo, donde puso una de las viejas cintas del padre de Katy, el cual se las regaló. En el reverso ponía una lista de canciones, escritas con la casi ilegible letra de Alan, el padre de Katy, y sin artista;
How Soon Is Now?
Asleep.
In Bloom.
Heart-Shaped Box.
Eleanor Rigby.
Crime of the Century.
Penny Lane.
Heroes.
Girlfriend in a Coma.
My Michelle.
Estrella a penas sabía quién era quién, pero amaba esas cintas más que a nada en aquel mundo. Eran sus verdaderas amigas y las que estaban en lo bueno y en lo malo.
De repente, mientras las primeras notas de How Soon Is Now? comenzaban a sonar, la imagen de aquel chico, Calvin, vino a su mente.
Agitó la cabeza y, en el momento que la puerta de la pequeña habitación que compartía con Lissa, Joshie y Mike se abrió.
Estrella, asustada, se levantó de golpe, perdiendo el aliento. Pero, al ver que su hermana de tan sólo tres años, de cabello rubio rojo rizado, con su dentadura mellada y sus ojos celestes, era quién entraba, sonrió.
-Hola, Lissa.
-¡Estrella, Estrella! -dijo Lissa, sonriendo y abrazando a su hermana mayor.
-Venga, Lissa, ve a jugar un rato, que tengo que salir -dijo Estrella.
-Claro -contestó la niña, mientras se marchaba dando saltitos.
Estrella sonrió, pensando en lo feliz que se debía ser teniendo esa edad, sin saber nada sobre nada.
Apagó la música, sacó la cinta y la guardó en el bolsillo de su vestido negro, ya que siempre la llevaba encima, por si a Samuel le daba por registrar sus cosas que no encontrara nada que fuera importante para ella.
Con las notas de Asleep resonando en su cabeza, comenzó a caminar por la calle, hacia la casa de Katy, esperando que tuviera galletas, o chocolate.
Llegó a la pintoresca casa celeste de dos plantas, con la valla blanca perfectamente pintada, el verde césped pulcramente cortado, y aquel gnomo de cerámica, con su gorro rojo.
Aquello, le hizo pensar en su casa, que alguna vez fue roja, pero su pintura estaba descolorida por el sol, con aquel césped marrón, con un balón pinchado que llevaba más de dos semanas ahí, pero que nadie quitaba, y no sabía por qué.
Abrió la valla, caminó hasta la robusta puerta de madera lacrada en blanco, y pegó al timbre junto a esta.
La madre de Katy, Suzanne, con su cabello negro perfectamente peinado abrió la puerta, con su sonrisa perfecta y blanca.
-Estrella, pasa, cielo -dijo la mujer, dejando paso.
La casa olía a pastel de calabaza, y estaba fresca y limpia. De fondo, se escuchaba la televisión, conversaciones y risas.
Katy, su padre, Alan, y su hermano, Robbie, estaban sentados a la mesa, comiendo pastel y tomando café mientras conversaban.
-¡Estrella!-exclamó Katy al verla.
Toda su familia sonriente y feliz acogió a la chica, le dieron tarta y café, y la hicieron sentir normal, por una vez.
n/a: ya era hora de que actualizara.
siento haber tardado tanto, lo siento. pero ya lo he hecho.
creo que nunca os he agradecido lo suficiente lo qie hacéis por mí, leyéndome, dándome una voz, una identidad.
lo mejor que puedo hacer es marcaros con mis palabras, es mi propósito, y me alegro de conseguirlo.
os quiero demasiado.
-leid f.
canción: colors - halsey.
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Estrella Polar.
RandomContradicciones, adicciones, metáforas, estrellas y lluvia, todo en una misma persona.