🌸Cerezos🌸

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Para Cardiaki

Peko y Fuyuhiko se hallaban sentados, bajo los cerezos, cuyos pétalos caían por la primavera.

-Joven maestro, amo su comida-Dio otro bocado al pastel de queso que su amigo de la infancia había preparado.

-Sabes que no me gusta que me digas así, Peko-Se rascó la cabeza el rubio.

-Lo entiendo, señor Kuzuryu-Se disculpó la espadachina.

-Fuyuhiko-La corrigió su amigo con un rubor en las mejillas que ella notó.

-Fuyuhiko-Repitió la de ojos rubí, sonriendo.

El joven yakuza se sorprendió. No era habitual verla sonreír. Sin embargo, cada vez que lo hacía, lo hacía sentir inmensamente feliz.

-¿Y los demás?-Preguntó Peko limpiándose las migajas con un pañuelo blanco.

Le había mentido a su amiga. Era un cobarde. Solo había tenido que pedirle directamente una cita y no lo había hecho.

-No vendrán -Dijo en voz baja el yakuza.

La de ojos rubí se sorprendió por el tono de sus palabras. Tomó su espada, que descansaba a su lado, y se levantó.

-¡¿A quién debo matar por usted, joven amo?!-Frialdad en su voz-. Traeré a nuestros amigos sanos y salvos. Si debo golpear a Junko otra vez, lo haré.

Fuyuhiko respiró profundo. Le sonrió con cariño.

-No necesitas hacer eso, Peko-Deslizó sus dedos con delicadeza a la empuñadura de la espada y la retiró de las manos de su amiga-. Respecto a Junko, nuestra kohai no dará más problemas. Ella ha sido suspendida y se encuentra en un lugar para que sus ideas se reacomoden bajo la supervisión de un ex alumno, Munakata.

-Ya veo, Fuyuhiko-Se relajó la espadachina.

-Veamos los cerezos juntos-Tomó su mano e hizo que se sentara nuevamente -. Peko, yo...

-Esto es una cita ¿cierto, joven amo? Pues estamos solos.

-Sí, lo es-Le confirmó el rubio apartando la mirada sin soltar su mano-. Te amo, Peko.

-Y yo a usted, joven amo-No dudó en responder.

-No, Peko. Lo que quiero decir es que te amo. Amor de amar-Le explicó.

-¿Usted me ama?-Duda en su voz.

-Siempre lo he hecho, Peko-Le confesó, escondiendo su rostro bajo su sombrero negro.

Su amiga no podía reaccionar. Lágrimas se escaparon de sus ojos, al notarlo, el yakuza, se alarmó.

-No-Limpió sus lágrimas con un pañuelo -. No quería que llorarás, Peko. Nunca te lo hubiera dicho si sabía que reaccionarías así. Seguro que no puedes corresponder mis sentimientos y te sientes mal por eso. Lo entiendo, Peko. No necesitas...

Fue silenciado por un beso.

-Yo también lo amo, joven maestro-Dijo Pekoyama.

Nanami e Hinata los veían, mientras Mahiru tomaba un par de fotos de los cerezos y captaba el momento en una de sus fotos.

-Dos personas repugnantes estando juntas-Dijo Saionji frunciendo el ceño-. Supongo que está bien -Agregó al ver que su amiga pelirroja la regañaba con la mirada.

-Sin duda, un amor lleno de esperanza-Agregó Komaeda con una sonrisa-. Porque la esperanza...

Sus palabras se perdieron entre los murmullos de sus compañeros de clase que no querían que la pareja advirtiera su presencia.

Ikigai [Kuzupeko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora