Querido Crush

Capitulo 3 // Nota 76-77 // Fin

Hoy me cambié cincuenta veces en una hora.

Así de pendejo me tienes, James Smith.

Llegué a la cabaña, James todavía no llegaba; me tocó esperar aproximadamente diez aburridos minutos.

James llegó y esta hermoso, impecable, divino y perfecto.

Él solo saludó primero e hice lo mismo.

Estábamos fuera de la cabaña sentado mirando el cielo.

Estaba oscureciendo rápidamente y se empezaban a ver nueves rosadas.

Ambos en silencio, pero a diferencia de los silencios normales este era cómodo y se sentía bien aunque admitó que prefiero mil veces escucharle hablar.

—¿Quieres comer algo? — preguntó el pelinegro ojos azules.

— Un poco nada más. —respondí realmente hambriento.

Entonces se levantó y me ayudo a levantarme también.

Había traído comida, mejor dicho frutas y vegetales.

Odio la obsesión que tiene James por las frutas y vegetales.

Quiero papas fritas, hamburguesa o pizza.

No se como alguien puede ser adicto a las frutas y vegetales.

¿Comidas saludables? No lo entiendo.

—No te preocupes sé que no te gustan las frutas o vegetales, ¿quieres hacer papas fritas conmigo? — preguntó. Y eso me hizo feliz.

—Chii cheñool. —respondí y el solo rió.

Sacó una libra y media de papas, también pollo en una bandeja ya estaba sazonado. Rico. Sí, todo eso tenía en su carro.

Rarito.

Empezamos a cocinar en seguida, aunque realidad el hizo todo. Yo no sabía mucho de cocina, a decir verdad: nada, no sabía nada de cocina. Tal vez lo básico; freir huevos.

Aunque prefiero tus huevos... fritos los míos siempre salen quemados.

Terminó de preparar todo y estaba delicioso.

Aunque solo porque él las haga ya son delisiosas como él.

—¿Recuerdas que te dije que te diría algo importante? —mencionó derrepente mientras comíamos. Él sus frutas y yo mis papas con pollo frito.

—Si lo recuerdo. —le respondí.

Respiró ondo antes de hablar.

—Bueno, lo que pasa es q-que b-bueno mira la verdad es q-que y-yo. —se trababa debido a lo nervioso que se encontraba. —Tsk, estuve practicando todo los días esto frente al espejo y no me sale ahora. —murmuró molesto para si mismo. Es gracioso y tierno.

Ahora mismo estaba decidido, quería dejar claros mis sentimientos.

—James, tú me gustas. — declaré en ese momento. No pregunten de donde salio tal valentía porque no lo sé. James me miró por varios minutos con sus ojos muy abiertos. —James, deja de mirarme así, me asustas. —sonreí de forma nerviosa.

— Es lo que yo quería decir, porque tu también me gustas. — declaró también pero en seguida corrigió. —No, no es verdad, a ti te amo. No quería aceptarlo por miedo, no quería ser rechazado por la sociedad por eso buscaba estar con otras chicas. — añadio, todo esto debería sorprenderme pero no lo hacía.