XLII

23.1K 3.1K 255
                                    

Para el almuerzo, ambos jóvenes estaban visiblemente avergonzados, y se ruborizaban de más si alguno de los padres Park los miraban, con esa expresión rara que les dedicaron toda la mañana, como si supieran su mayor secreto.

Jimin estaba como un tomatito, y se iba con Jungkook, escondiendo su rostro en él cada vez que su madre o su padre hacían una pregunta referida a lo que había ocurrido en la noche.

Para cuando se sentaron a almorzar, los padres Park ya se habían resignado a preguntar por lo ocurrido, y la señora Park fue la que rompió el silencio.

— En el hotel donde nos quedamos estaban ofreciendo trabajo de botones. Podrías ir a dejar tu currículum, Kook. No queda muy lejos de aquí y el lugar es bonito.

El pelinegro asintió, escuchando a su madre postiza darle las indicaciones de cómo llegar.

— Cuando pregunté me dijeron que hacían turnos de seis horas— continuó la mujer—. Y pueden arreglar para que el horario sea en la tarde o noche... ¿Pasa algo, Minnie? — de detuvo para ver a su hijo.

Sólo bastó esa pregunta para que todos los presentes se voltearan a ver al chico.

Jimin estaba con una expresión notoriamente molesta, su ceño estaba fruncido y un ligero mohín se plantaba en sus labios.

Jungkook se acercó un poco más a él, tomando su mano, haciendo que el chico lo mirara.

El pelinegro ya sabía lo que ocurría.

— Jiminie, ya hablamos de esto— habló con suavidad, el pelirosa sólo asintió.

Jimin quería a Jungkook, su tiempo y su presencia, sólo para él, le parecía injusto que unas estúpidas valijas, hoteles y turistas le quitaran a su novio.

Pensó que si tan sólo le pagaran por quererse, ya serían millonarios.

LOUD -Kookmin- 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora