Bright eyed, beautiful girl [Louis]

Bright eyed, beautiful girl.

[Leer con la canción Bright eyed, beautiful girl - Jeydon Wale o el shot no tendrá sentido.

Shot dedicado a @StaringAtTime.]

Te conocí en diciembre, cuando la nieve caía sobre tu abrigo rojo y pequeños copos besaban tu cabello color canela, y junto al brillo de tus ojos ambarinos; recuerdo pensar nunca haber visto algo mas hermoso que tu rostro coloreado por la helada de Invierno en Navidad.

Era un dia de poco sol, con el frío colandose hasta los huesos. Estaba trabajando cuando te vi entrar al café. Tu mirada se veía cansada mientras tomabas asiento junto al gran ventanal. Solo te sentaste allí a leer aquel libro que nunca entendí. Me acerqué con la excusa de tomar tu orden; no me miraste y solo hiciste tu pedido. Siempre hacias lo mismo, siempre llegabas y escogias la misma mesa, y siempre leias ese mismo libro.

Yo solo te observaba; te apreciaba con detalle a distancia. Me maravillaba con tus facciones dibujadas y labios cincelados, tu piel marfil y esas hermosas pestañas que aleteaban al parpadear. Tus mejillas siempre se encontraban ruborizadas levemente, y eso solo te hacia lucir mas perfecta de lo que eras para mí.

Pero tu mirada continuaba igual.

Mi chica hermosa de ojos brillantes, ¿cual era el dolor que pesaba en tu interior? Tus heridas se muestran, pero tú las ocultas.

Las personas dicen que una sonrisa es la mejor mascara del sufrimiento interior. ¿Es por eso que siempre sonreias? Tus labios se curvaban hacia arriba, pero el mensaje nunca llegaba a tus ojos. Y quizá ellos lucian vacios y heridos, pero eran tan hermosos para mí como el sol que disipaba las nubes de un cielo afligido.

Mi hermosa chica de ojos brillantes, vivimos en un mundo tan frío y carente de calor humano, pero tú nunca lo dirás.

Habia practicado mis palabras toda la semana. Me veía al espejo e intentaba varios saludos, fingiendo verte en mi reflejo. Era tan estupido hacerlo, pero yo solo no queria arruinarlo cuando llegara el momento. Me vesti con unos jeans y mi camiseta de la suerte, que solo era una que me habia regalado mi madre para mi cumpleaños pasado y tenia algo de suerte, supongo, ya que con ella habia obtenido mi empleo en café. Quería verme bien, y eso era algo que no me sucedia a menudo. Nunca me he encontrado atractivo por mas que mi hermana me dijera que lo soy, ella decia que mi cabello castaño y ojos azules me daban cierto aire de misterio y nunca he sabido decir si eso era verdad.

Llegué al cafe en mi turno del mediodia porque sabía que te encontraria, y tú ya estabas allí. Ese dia no debia trabajar, por suerte era mi día libre, aún así camine hacia el mostrador y saludé a mis compañeros. Solo intentaba hacer tiempo, estaba tan nervioso que me sentí traicionado por mi propia cobardía. No se supone que sería asi, no se supone que me arrepintiera a último momento.

Y no se supone que te vería llorar cuando volteé en tu dirección en busca de algo de valentía para mis acciones.

Mi chica hermosa de ojos brillantes, no se que debo hacer; un sentimiento crece dentro de mí y solo quiero ayudarte.

Una lágrima siguió a la anterior, y esta a la anterior, pero reaccionaste rápido y apartaste la mirada barriendo tu propio dolor. Una mano peinó tu cabello hacia atrás y hacia un lado, ocultando tu hermoso rostro debajo.

Todo lo que practique, mis saludos y lo que diría, nada de ello apareció en escena porque en el momento en que mis pies me acercaron a ti, solo la pregunta mas absurda se desprendió de mi boca.

«¿Estas llorando?»

Me sentí estúpido al instante en que lo dije.

Sin embargo, esas dos palabras tan idiotas, habian conseguido captar tu atención y giraste la cabeza con lentitud hasta que tus ojos almendrados conocieron los mios, y me perdí en ellos por completo. Tus ojos eran de esos mieles con un salpicado verde y tan claros, tan trasparentes que podia verme a través de tu mirada confundida.