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Camila

Mi mamá nunca me avisaba cuando hacía estos planes y era algo que verdaderamente me aburría.

Además teníamos que ir con el Benjamín y mi primito, obligadas.

Según mi mamá ellos eran los adultos responsables.

—Acuérdate Camila. —me dijo mi mamá cuando paramos al frente de un centro recreativo. Todos se bajaron excepto yo porque mi mamá me agarró del brazo antes de bajarme. —Me llamas cualquier cosa, pásenla bien y toma nota con el Benja.

¡Tan linda que eres mami!

—Chao tía. —le dijo la Nacha sonriendo. —Gracias, que llegue bien.

Mi mamá le guiñó el ojo con una sonrisa.

Algo se planeaban éstas dos.

—¡Chao tía! —le gritaron al mismo tiempo los chiquillos.

Realmente salir con ellos es como una tortura.

¿Por qué?

Bueno primero que todo, el Luan se lleva pésimo con la Nacha; Segundo, yo odio al Benjamín y él me odia a mí.

Creo que eso es todo.

Terminamos de bajar las cosas y mi mamá se despidió otra vez.

—¡Los quiero!

Le hicimos un gesto de despedida, pero no nos dijo nada, creo que no cachó.

—¡Hasta que respondes el teléfono! —exclamó mi mamá frunciendo el ceño. Supongo que estaba hablando con la tía Luna por teléfono, como acostumbraba. —Vamos a tomar café, lleva a la Anto nomás. —se quedó callada unos segundos y luego volvió a hablar. —El Tomás y el Samuel iban a almorzar por el trabajo, te paso a buscar en una media hora.

—Mamá. —la llamé.

Me tenía que pasar las entradas aún.

—Ya los vine a dejar. —le dijo sin pescarme aún. ¿Está sorda o qué? —Si yo también quiero que éstos cabros se junten, se verían muy lindos juntos. —sonrió. —Imagínate a la Cami con el Benja o al Luan con la Nachita.

Miré a los chiquillos queriendo que la tierra me tragara, rogando a qué ojalá no hayan oído nada.

Miré al Benjamín y me estaba mirando con una sonrisa burlesca.

Gracias mamá

—¡Mamá! —le grité.

Pegó un salto y miró hacia mi lado.

Por fin me había pescado

—¡Ay cabra de mierda! —exclamó con la voz agitada. —Me asustaste Camila.

Y tú me pusiste en vergüenza

Rodé los ojos. —Las entradas.

—Cierto. —me dijo haciéndose la loca, mientras sacaba los cuatro tickets de su cartera para pasármelos. —Ahora si me voy.

Quería evadir mis preguntas.

—Aquí están las hueas. —dije evitando mirar a todos. Se las pasé al Luan que estaba en las mismas que yo y el silencio reinó entre nosotros. —Vamos.

Ellos adelantaron el paso, yéndose adelante de nosotras, mientras hablaban entre ellos como era de costumbre.

—Tu mamá creo que se fue en volá. —me dijo la Nacha riendo. —Quizás estaría con el Luan, pero el hueon es muy desagradable, aunque igual hago que el deseo de mi querida suegra se cumpla.

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⏰ Última actualización: Nov 03, 2023 ⏰

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