Conociendo al enemigo

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Hakyeon

Con su mano derecha agarra la pequeña toalla que estaba puesta encima de su mochila secándose el sudor de su rostro y cuello. Tomó algunos tragos de la botella de agua que traía desde casa y suspiró; sin duda había sido un día agotador.

Guardó las cosas que tenía fuera de la mochila dentro de ella y deslizó el cierre  cerrándola con pesadez.
Estiró un poco sus brazos hacia arriba de forma en que sintiera relajarse, había estado ensayando alrededor de 5 horas casi sin parar, su cuerpo le pedía descanso y un baño con agua caliente.

Desde hace poco, le ofrecieron una gran oportunidad de trabajo, un empresario extranjero de la industria del entretenimiento muy adinerado lo vio bailar en un concurso de talento, quedando embelezado con su presentación.

"Tu aura, tus expresiones  y tus movimientos en el escenario son únicos; hacen que el verte sea un deleite para los sentidos" es lo que le dijo aquel hombre.

Tras esas palabras ese empresario decidió patrocinarlo empezando su actuación en eventos y papeles pequeños hasta que de poco en poco se convirtió la sensación naciente dentro de los espectáculos extranjeros; claro está, no sin antes hacerle unos favores con su propio cuerpo.

No le agradó la idea de haber tenido que acostarse con su director, pero no le importó demasiado si por esa única vez conseguía el éxito. Después de todo ya ha tenido varios novios y alguna que otra aventura de una noche; no le daba miedo el que las personas se acercaran a él con segundas intenciones porque él decidía con quién acostarse.

Llegó a lo que era su casa, apenas rentada desde hace unos meses, no sabía cuanto tiempo iba a quedarse en este país; dejó su mochila en la sala mientras sacaba su teléfono celular que estaba sonando.

— Good night my precious star ~~~
Estaba empezando a pensar que ignorabas mi llamada por que te tardaste en contestar. - sonrió sarcástico al saber que era su fastidioso jefe.

— Nada de eso señor, justo tenía las manos ocupadas y no podía contestar rápidamente, lamento eso.

—¡Oh! Con qué era eso honey~, entonces está bien. Dejando eso de lado quería saber ¿Qué tal te sientes? Ya mañana es tu primera presentación es este país.

— Pues a decir verdad estoy tranquilo, un poco cansado.

— Ya veo baby — frunció el ceño ante alcanzar su límite de paciencia con su director y su "carácter carismático" y cariñoso con él. —Yo sólo quiero que descanses y te relajes el resto de tiempo que te queda, sabes que confió en tus habilidades para que seas un éxito en este recital y mostrar tus encantos a los importantes invitados de la noche.

— Seguro señor, no dude que quedarán extasiados.

—Me alegra escuchar eso, nos vemos mañana cariño— presionó el botón para colgar la llamada al despedirse y ansioso por dejar de escuchar la voz de su director.

Escogió su ropa de dormir, entró al baño y se desnudó comenzando a entrar en la tina para tomar su anhelado baño relajánte para después de secarse el cabello quedar profundamente dormido.

••••

-Sales en treinta minutos- le dijo un miembro del Staff al entrar en su camerino cuando las estilistas aún le daban los últimos toques al traje que llevaba, al maquillaje y a su peinado.

— De acuerdo, gracias. — se levantó de la silla en la que estaba siendo arreglado para poder ponerse el arnés de cuero negro sobre su camisa blanca.

Empezó a mover su cuerpo haciendo unos pocos ejercicios de estiramiento de una manera suave para evitar que el pantalón negro ceñido a sus piernas tuviera algún problema justo antes de su actuación .

Salió del camerino y subió tras el escenario cuando ya era hora de empezar   la función. Las luces bajaron de intensidad; clara señal del inicio, se quitó los zapatos dejándolos abandonados y caminó lentamente al escenario descalzo, pero con gracia; la clave de su actuación era atrapar al espectador con cada movimiento que creaba; lográndolo con pasos elegantes, con soltura, llenos de belleza, delicados pero firmes y dando el toque devastador con sus expresiones.

Esas sonrisas, guiños y sobretodo, su mirada, era el arma mortal de su actuación. Al iniciar la música empezó su ritual artístico fijando sus ojos en algunos comensales. Notando inmediatamente el interés que le tomaban al verlo cuando se quedaban estáticos y anonadados.

Sonrió desde el fondo de su ego al terminar su acto mirando fijamente a los ojos a su última persona de la noche. Esta persona, un chico alto, bien parecido con traje negro elegante que lo hacia destacar, se levantó de su asiento justo mientras le sonreía.

Se silenció la música y se apagaron las luces, su parte estaba hecha.
Regresó complacido a su camerino, empezaba a desabotonarse las mangas de su camisa para relajarse cuando alguien tocó la puerta.

Volteó ante el sonido y se acercó a ella abriéndola. Era ese chico apuesto con quien terminó su acto mientras cruzaban miradas.

—¿Qué deseas? - dijo en una sonrisa ladina.

Cuando el otro chico le correspondió la sonrisa, sabía que jugaban a lo mismo. Miró expectante al contrario cuando éste dio otro paso dentro del camerino aún sin haberle concedido el permiso.

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