Cierto día me encontraba en la parada del autobus con dirección a mi casa, cuando me la crucé. Ella estaba ocupada enviando un audio por Whatsapp y cuando casi se acerca a mí, pasó de largo y se quedó a unos metros de distancia, con la mirada puesta hacia adelante solamente. Yo pensé por un momento y quise acercarme a saludarla simplemente, pero algo me detuvo, y ese algo se llama "memoria".
La verdad que al verla en persona, como ver sus fotos en las redes sociales me llena de tristeza porque sino fuera por las estupideces que hemos cometido antes, seguiríamos juntas hasta envejecer. Si no fuera por haberme cerrado en mí misma, yo habría estado en todas sus fotos junto a ella, mi amiga.
Es como cuando tienes a un gato de mascota y de un día para el otro ya no está ahí, sientes ese hueco, ese espacio vacío en la casa donde tu mascota solía estar pero ya no lo está porque se fue, y te sientes tan mal y tan culpable y piensas '¿Por qué no lo quise un poco más? ¿Por qué no le di toda la atención que merece?' Bueno, mis memorias se llenan de preguntas que jamás podrán ser contestadas. Preguntas como '¿Por qué no la defendí cuando ella lo necesitaba? ¿Por qué no acudí a ella cuando necesitaba de alguien con quien contar? ¿Por qué no aproveché de su amistad cuando servíamos juntas en la iglesia?'
Y es que ya son cosas que quedan atrás. Muchas personas me dicen que me acerque y les pida perdón pero, hay un problema con eso. Ya lo hice, ya pedí perdón, y déjenme decirles que lo he hecho muchas veces. Pero todo sigue igual, ella ya tiene una vida hecha y es muy feliz. No puedo darme el lujo de volver a aparecer y decir 'hola, tanto tiempo', porque el tanto tiempo merece ser mencionado cuando éstas jovencitas quinceañeras se crucen de verdad, porque lo sucedido entre estos 10 años es pura falacia e ingenuidades de tontas queriendo ser grandes.
Cuando nos conocimos era lo más. Ella siempre se acordaba de mí y me escribía cartitas para que cuando nos volviéramos a ver se lo leyera delante de ella en voz alta, porque así era más divertido cuando ella le hacía el agregado de notas a pie de página oralmente. Además que ensayábamos las coreografías de High School Musical, escuchábamos música en la radio, veíamos MTV y además que aunque no había Internet en su casa, ella se grababa en un CD imágenes de nuestros actores preferidos como Jack Gyllenhaal, Zac Efron, Joel Madden de Good Charlotte, o Billy Joe Armstrong de Green Day. Ella era muy buena grabando música en CDs para luego escucharlo en el estéreo, escuchábamos a nuestra favorita Hilary Duff por la serie de Disney Channel "Lizzie McGuire".
Sin embargo, todo cambió cuando me mudé a la ciudad. Lo que quiero aclarar ahora es algo que ocurre en la vida. Si no tomamos las buenas decisiones, podemos hacer daño a una o a muchas personas amadas en nuestro círculo, y todos, incluyendo a nosotros mismos, quedamos marcados de por vida.
Ella era para mí una de mis mejores amigas. La apreciaba mucho, pero si algo reconozco en mí es que jamás aprendí a compartir y a ser una amiga leal. Era muy celosa, no había entendido hasta tiempo tardío, que al igual que ella, todos tienen cosas qué hacer y otras personas con qué relacionarse. Yo me volví cerrada, peleaba constantemente con ella y estaba muy enojada, porque..¿cómo mi amiga no le importaría nuestra amistad?
Nuestros caminos ya eran diferentes, y yo nunca maduré acorde a mi edad. Comencé a juntarme con personas totalmente diferentes por el simple hecho de tener muchos amigos (que no lo eran en verdad y más tarde terminé por abandonarlos). Y así fue cómo nuestros caminos fueron totalmente diferentes. Creo que nunca tuve amigos permanentes, jamás he aprendido a tratar con ellos, porque, cuando quise volver a juntarme con ella después de la secundaria, vi que ambas teníamos formas de pensar diferente, opiniones diferentes, gustos diferentes. Me juntaba con ella y su grupo de amigas por querer ser igual a ellas, populares. Pero había algo raro ahí, y es que en realidad ellas no querían que yo estuviera con ellas, y yo tampoco, pero no quería quedarme sola de nuevo.
Mi falsedad no duró mucho tiempo, no quería ser otra persona, solamente quería ser yo.
Recuerdo una vez en la que ella estaba muy triste porque nuestra amiga en común nos mentía plenamente, y yo por querer restaurar nuestra amistad me sostuve en la mentirosa. En cuanto a ella, no la sostuve cuando lloraba, simplemente dejé que se marchara. Estupideces de adolescentes tontas queriendo ser grandes.
En el último tiempo cuando servíamos juntas en la iglesia, ella se cansó de mis quejas sobre las amistades y que me dejaban sola, ya teniendo veintitrés años. Me dijo que la razón por la que dejaron de juntarse conmigo fue por mi inmadurez, mi mal temperamento y porque en vez de estar con ellas me la pasaba encerrada con la computadora. Tenia toda la razón, y a partir de ahí nos separamos completamente.
En conclusión, soy muy mala con las amistades porque no sé tratar con ellas, porque no aprendo en confiar en ellas. Fui estúpida y quisiera cambiarlo pero...ya es demasiado tarde. Por más que llore un recuerdo, por más que pida perdón mil veces, jamás estaré en paz conmigo misma, porque es algo que cometí y que jamás me lo perdonaré.
Pienso en esto y es como si me clavara una estaca en el corazón. Eramos amigas muy cercanas, y hoy parecemos dos extrañas.
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La Vida en Cuentos
NouvellesRelatos sucedidos a lo largo de una vida antes del rol de adulto. Historias que, en cada personaje se hallan las emociones que conectan a todo ser humano, el desamor, la pérdida de seres queridos, la caída y la depresión.