Cap 2

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Me desperté confundida, ya que no había sonado la alarma. Aún tapada totalmente por las mantas decidí no darle importancia, tal vez hasta podría safar de gimnasia si no me obligaban a levantarme. Sin embargo me sonaba extraño que no haya venido mi madre a despertarme ya que rara vez me deja faltar a la escuela. Además, tanto silencio no era propio de mi casa, teniendo en cuenta lo alterada y ruidosa que se despierta Yuki todos los días. Así que a regañadientes decidí destapar mi cara lo suficiente como para poder ver. Uh? Que extraño que se veía mi cuarto sin los pósters.... ¡¿¿SIN LOS PÓSTERS??! Un momento.... ESTA NISIQUIERA ES MI CASA!!! Qué está pasando aquí?? Ya totalmente despavilada y sentada sobre la cama observé mi alrededor. Me encontraba en un cuarto de considerable tamaño. No llegaba a ser de mansión, pero sin duda estaba cerca. No comprendía que hacía allí, mi pieza apenas medía lo suficiente como para poner la biblioteca y mi cama. Entonces alguien abrió la puerta. Era una muchacha joven, aunque un par de años mayor que yo. Hiba vestida con un vestido largo, con un delantal por encima. Su notablemente larga melena color naranja estaba recogida en un rodete alto, y sus ojos verdes combinaban perfectamente con los detalles de sus botas.

-Señorita Naomi le traje su desayuno- dijo la chica haciendo una reverencia. "Naomi"? Mi nombre es Isumi! Y quién era esta joven?

-Etto... creo que se están confundiendo de persona...- dije tímida- mi nombre es Isumi. Dónde estoy?

-Eh? Isumi...?- dijo la chica extrañada. Luego se echó a reír- mi señora, pensé que odiaba ese nombre. Usted misma me dijo que la llamara por su segundo nombre, me extraña que haya cambiado así de parecer.

Qué rayos le pasaba a esta tipa? Con quién me confundía? Yo no tengo segundo nombre, desde el principio fuí tan solo Isumi y siempre seré Isumi! Estaba por decirle que se equivocaba y que se estaba confundiendo de persona, pero me contuve. Todo esto me llamaba mucho la atención y quería aberiguar que hacía allí, así que decidí seguirle la corriente.

-Bien -dije - lo hice para ver qué tan atenta estabas. Por supuesto que soy Naomi.

-Ya sabía que se estaba comportando algo raro. En fin, le traje el té- dijo inclinando la cabeza y dándome una taza de porcelana que tenía pinta de ser importada de algún lugar. Bebí de la taza y cuando hube acabado se la devolví. Después de eso decidí entrar a la acción.

-Emm... perdona pero.... cómo era que te llamabas?- pregunté.

-Eh? Que despistada que está hoy! Me llamo Kumi, mi señora. Que extraño...- murmuró.

-Q-qué cosa?- dije. Tal vez se habían dado cuenta de que no era esa tal Naomi, en tal caso estaría en problemas.

-No se abra golpeado la cabeza, verdad?

-S-si -mentí- no recuerdo muy bien cómo. Perdona, creo que me golpeé demaciado fuerte y por eso no puedo recordar- dudaba mucho que Kumi se creyera la historia, pero de todas formas lo intenté. Si caía podría ayudarme a saber dónde estaba, quién era con quién me confundía y que hacía yo en su lugar.

-Oh, señorita Naomi, eso es terrible! Por qué no me lo había avisado antes? Sus padres se van a preocupar mucho...- dijo ella, claramente preocupada. Bien, al menos ella se la había creído- venga, tienen que verte. Está lo suficientemente fuerte como para caminar?

-Si -respondí. Traté de pararme, pero mis piernas se habían adormecido. Si Yuki estuviera aquí seguro diría algo así de irritante como: "lo ves? Por no hacer ejercicio", "eso por estar todo el día viendo el anime ese", "hermana, eres tonta?" Y cosas así. Cómo papá se la pasa diciendo lo infantil que soy, que debería madurar y bla bla ahora mi hermana se cree que es mayor que yo. Lanzé una silenciosa maldición hacia ella y me levanté con la ayuda de Kumi. Nos dirigimos a un largo pasillo y caminamos por él hasta llegar a la habitación de puerta más grande. Entramos y allí pude ver a una señora y un señor que hiban vestidos con trajes ridículamente grandes. Ambos de pelos lacios y oscuros, con una mirada tan letal que podías sentir su filo al verte llenos de superioridad. Deduje que se trataba de mis "padres" y un escalofrío recorrió mi espalda; aquellos no se parecían en nada a los míos, que eran dulces y gentiles. Entonces Kumi hizo una reverencia y les explicó el problema. Relató mis dificultades para recordar su nombre y cómo luego había confesado haberme golpeado el día anterior. Ellos escucharon atentos cada una de sus palabras, sin interrumpir en ningún momento.

-Naomi, hija- dijo mi padre cuando terminó- es verdad lo que cuenta?

-Así es...- respondí, aún con escalofríos.

-Entonces no queda más remedio- suspiró mi madre- tendremos que ayudarte a recuperar tus conocimientos, al menos los básicos, rápidamente. Con suerte para el sábado estarás lista.

-Lista? Lista para qué?- pregunté- que hay el sábado?

Al principio mis padres parecieron ofenderce, pero luego suspiraron molestos y me respondieron al unísono:

-Para la gala en la mansión Phantomhive.

Te escuché, te miré, me enamoré (Kuroshitsuji).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora