21 De Julio 2018

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San Ignacio Chile.

-¿Tengo que ir a ese tema?
-Si Camila, debes ir a todos los temas del campamento porque todos son importantes.
-¡Uy! Está bien.

Caminé por el oscuro y largo pasillo, no tenía ánimo de estar con un grupo de gente que no conocía escuchando a un hombre hablar sobre profesiones y todo aquello que mágicamente no me llamaba la atención.
Entré al salón, lo primero que vi fue mucha gente aburrida, algunos entusiasmados porque querían estudiar lo mismo que había estudiado el monitor. Y luego lo vi a él, vi esa encantadora sonrisa, esos ojitos brillantes y esa estatura perfecta.

Sin pensarlo tomé asiento y empecé a "poner atención" en realidad no podía dejar de mirar esos ojitos cafés que me habían logrado enamorar con una sola mirada.
Creo que de todos los hombres que había en el campamento para mí ese monitor era el más guapo, es que su estatura me mataba y su sonrisa perfecta me hacía tocar el cielo.

-Hola mi nombre es Jorge, tengo 23 años, soy fonoaudiólogo y vengo aquí a orientarlos un poco sobre que quieren estudiar o que elegir. Quiero que se presenten y que digan la carrera que quieren estudiar.

Además de alto, tenía una voz tan sensual que me hacia sentir que estaba en el espacio y que todo giraba en torno a él.

Empezaron a presentarse, él no había notado mi presencia y yo no quería presentarme, siempre me ha dado mucha vergüenza hablar en público y más ahora que me había flechado este monitor.

Llegó mi turno:

-Hola, mi nombre es Camila tengo 18 años, soy de Coihueco, soy estudiante de técnico en párvulo pero quiero postular a Gendarmería.

-Tienes buen porte para gendarmería. Me respondió.

En ese momento me sentí observada porque según yo, él no me había visto al entrar así que no podía saber cuál era mi estatura, tampoco podía deducir al verme sentada porque yo estaba atrás y el solo podía ver mi cabeza.

-Ya chicos, lo primero que vamos a hacer hoy será anotar todas las cualidades que ustedes creen que tienen para la carrera que les gusta.

Nos pasó una hoja en blanco y un lápiz a cada uno, habían pasado diez minutos y lo único que tenía anotado en la hoja era, "tengo el porte para gendarmería", sabía que la actitud no la tenía y mucho menos la garra para poder aguantar todo lo que se vivía dentro de una cárcel.

-Se acabó el tiempo chiquillos ahora quiero que cada uno me diga las cualidades que anotó en su hojita.

Escuché atenta todas las cualidades que los demás decían, necesitaba sacar ideas para agregarlas a mi hoja, no podía decir solo una cualidad, es más ni siquiera estaba segura si ser alta era una cualidad.
Ya habían terminado todos y solo faltaba yo.

-Ya Cami te toca. Me dijo

-Soy alta.

-¿Eso nada más?

-Sí.

-Está bien.

En ese momento sentía como mis mejillas se ruborizaban, estaba demasiado nerviosa y no sabía cómo controlar los nervios.
No le puse atención al resto del tema porque se trataba de carreras universitarias y yo quería otra cosa que nada que ver, así que me dedique a mirarlo, en más de una ocasión cruzamos miradas o nos quedábamos viendo fijo.

-Bueno chiquillos ese fue el tema, espero les haya gustado y si tienen alguna duda yo estaré hoy y mañana aquí.

Dejé que todos salieran del salón y me fui a sentar al lado de la estufa, sentía mucho frio y la combinación de los nervios con el frio en mí no era muy buena.

-Holi.

Me di vuelta asustada porque pensé que estaba sola, al voltear me di cuenta que era él.

-Hola.

-¿Cómo estás?

-Bien ¿y tú?

-Bien también, así que quieres postular a gendarmería, y ¿Cuándo empiezan las postulaciones?

-En octubre.

Estaba tan nerviosa que ni yo misma me reconocía, no me salían las palabras, mis respuestas eran vacías, sentía que en cualquier momento se separaría de mi lado y se iría a otro lugar con mejor compañía, pero no fue así el siguió hablando y preguntando cosas.

-¿Y qué va a pasar con tu técnico? ¿Te vas a salir o lo vas a terminar?

-Es que no sé, porque no estoy segura de postular y tampoco me gusta el técnico.

-Pero como, entonces ¿Porque estudias eso?

-Porque me gustaba, pero en la práctica me di cuenta que no era lo mío.

-¿Porque no te gustó en la práctica?

-No sé, yo creo que fue más por el trato que las demás técnicos tenían hacia los niños.

-Comprendo, igual es fome que las técnicos sean así.

-Sí, y lo que más rabia me da es no poder decir nada porque al final salgo perjudicada yo.

-Bucha, ojalá cambie la situación y termines tu carrera.

-Ojalá.

-Oye y ¿De dónde eres?

-De Coihueco y ¿tú?

-Mira que buena, estamos cerquita, yo soy de Chillán.

En mi cabeza solo se repetía una pregunta: ¿Cómo un hombre tan guapo como él podía vivir tan cerca mío y yo nunca haberlo visto? Siempre pensé que Dios y la Connie me pusieron en ese lugar por algo, pero no sé, sabía que no pasaría nada, que era una ilusión pasajera, que al finalizar el campamento no volvería a saber de él, me había pasado miles de rollos con él, quizá fue porque ningún hombre nunca se había acercado a mí para hablarme.

-Y ¿Dónde trabajas?. Tenía que hablar o dejar que él se fuera y lo último que quería era eso.

-Hago clases en la Universidad y además trabajo en un colegio.

-Que Bacan, ¿te puedo hacer una pregunta?

-Obvio dime.

-¿Estudiaste Fono porque te gusta o por estudiar?

-La verdad es que siempre quise estudiar algo relacionado con la salud, tenía muchas opciones y al final me quede con fono.

-Ah, igual es buena carrera, también lo tenía en mi lista, pero bueno aquí estamos.

-Solo te diré que todo lo que quieras lo podrás alcanzar, con esfuerzo, paciencia y dedicación podrás llegar lejos.

-Dios te escuche y el diablo se haga el sordo.

Me despedí y me dirigí al otro salón, ahora venía otro tema, tenía más ánimo, de alguna manera hablar con él me había alegrado.

Entre al salón y me senté en un rincón, como siempre, nunca he tenido la personalidad de sentarme adelante cuando hay mucha gente, me da miedo que los demás se rían de mi o digan comentarios pesados así que solo me senté y empecé a escuchar, pero sabía que mi mente estaba en otra parte, mi mente estaba consumida en esa sonrisa perfecta y en esas manos gigantes que me hubiese encantado entrelazar con las mías.

El tema había finalizado, teníamos que ir a buscar nuestras cosas para luego bajar a cenar, ya era tarde estaba un poco cansada y lo único que quería era dormir bien, subí a la pieza y saque mis cubiertos, me acosté un rato, sentía como mis lágrimas corrían por mis mejillas, me sentía tan fea, tan inferior al resto, sentía que jamás lograría mantener una conversación con alguien porque el miedo que sentía de que esa persona se riera de mi era más grande.

Baje a comer, recuerdo que solo comí lechuga porque la comida que había no me gustaba, estaba de lo mejor comiendo cuando la Vale y la Elba empezaron a sacar fotos, era increíble como en un segundo se había revolucionado todo, fotos iban y venían, yo creo que las chiquillas tenían la galería llena de vendías mías y del resto, en cambio yo tenía muchas fotos de él y algunas fotos feas por si debía cobrar venganza.

Mientras te olvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora