¿Friends? - Minsung

04

S-si... puedes, hyung —balbuceó tímidamente. Sintiendo su corazón acelerarse al notar como Minho le rodeaba la cintura y con toda la ternura del mundo, terminaba con la distancia entre ambos.

Con el solo hecho de sentir el suave tacto de su boca sobre la suya, un escalofrío recorrió toda su espina dorsal. Notando como todos sus sentimientos hacia el castaño se reafirmaban. Suspiró con pesadez cuando el mayor comenzó a mover sus labios de manera lenta, como si no tuviera prisas y estuviese intentando disfrutar cada momento. Levantó su brazo para comenzar a acariciarle el cabello, y pudo sentir como una leve sonrisa amenazaba con interrumpir aquel beso.
Por suerte, no fue así, y continuaron transmitiéndose todo el amor que se tenían, hasta que la falta de aire se hizo presente.
Cuando volvieron a mirarse a los ojos, no pudieron hacer más que sonreír y abrazarse sonrojados. Se quedaron en esa posición, con algún que otro beso de por medio, hasta que el cansancio los venció a ambos.

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Un sentimiento de calidez invadió a Minho al despertar, sentimiento que se desvaneció al instante al notar que se encontraba completamente solo. ¿Acaso había sido un sueño? ¡Pero si se sintió tan real! Imposible, su imaginación lo hacía volar muchas veces, pero de ninguna manera podría haberse montado toda esa escena de la nada. Aún podía sentir los labios de Jisung sobre los suyos, mientras éste le rodeaba el cuello y le acariciaba el cabello... no, definitivamente eso había pasado.

El mayor se pasó el día planteándose si lo de la noche anterior había sucedido. Indignándose por completo al notar que el peliazul se había dedicado a evitarlo hasta ese entonces. Mas no se animaba a simplemente ir y preguntarle qué ocurría. Y es que ¿como iba a hacerlo? ¿Y si acaso el menor se había arrepentido de lo sucedido? ¿Y si estaba asustado? ¿Confundido? ¿Siquiera había pasado? ¡Necesitaba una señal! No podía ir a planteárselo sin más, mucho menos con sus compañeros en esa habitación. Qué vergüenza, claro que no lo haría.

El mal humor que cargaba el bailarín pareció mejorar automáticamente cuando Chan le dijo que habían comprado pastel de postre. Aunque la culpa por romper su dieta lo agobió unos instantes, no pudo resistirse a aquel bizcochuelo con crema y fresas que parecida tener su nombre escrito en él.
Luego de varios bocados, inconscientemente, le dió de comer uno a Jisung, como tantas veces había hecho antes. Al ver cómo éste lo aceptó sonriéndole, abrió los ojos como platos al percatarse de su acción. Se desconcertó tanto con lo sucedido, que terminó manchándose la nariz con crema al pretender seguir comiendo con normalidad. Frustrado, intentó quitársela con la lengua mientras escuchó como la risa de su dongsaeng favorito se iba acercando cada vez más.

—Déjame ayudarte hyung. — el menor Agarró una servilleta y le limpió, notando que había quedado un poco en la comisura de sus labios. Luego de verlo por varios segundos, lo quitó con el dedo y se lo llevó a la boca.
Antes de siquiera reaccionar un Minho completamente avergonzado lo tomó de la muñeca, dándole a entender que esta vez no iba a lograr escapar.

—Hablemos —Murmuró. Asintió dándose por vencido y ambos se dirigieron hacia el living, para sentarse en el sofá.

—Hyung, lo siento si hoy me comporté raro... —Atrapó la mano del contrario al notar que éste no lo había soltado y buscó entrelazar sus dedos. —Por favor no pienses que me arrepiento de algo de lo que ocurrió ayer. Solo... ash, esto es difícil. No sabía cómo actuar hoy frente a ti, ¿si? No sabía si seguiría todo como antes o... nos trataríamos diferente ahora.

—¿Diferente? ¿A qué te refieres? Tú... ¿Quieres que te trate de otra manera?

—N-no lo sé. Solo... creí que como ahora los dos sabíamos de los sentimientos del otro y... no hay problema con ello... quizás nos dejaríamos llevar más. Y... ya sabes, lo del pastel... era una teoría hyung. Pero si no quieres lo entiendo... —Jisung cortó sus divagaciones cuando notó que el mayor lo alzaba para sentarlo arriba de sus piernas.

—Dejarnos llevar... —Repitió el castaño mientras lo tomaba del mentón y se acercaba. —¿Justo así? —Y sin más rodeos volvió a unir sus labios. Esta vez con más intensidad que la última, pero sin dejar de trasmitirle todo el amor que le tenia.

Se mantuvieron así, compartiendo besos y caricias durante un rato, hasta que Minho notó que el menor se estaba quedando dormido. Lo arropó con una manta que se encontraba cerca y cuando estuvo a punto de irse, sintió como alguien lo jalaba de la muñeca.

—Hyung, creo que hoy también voy a tener frío, ¿podemos dormir juntos otra vez? —El nombrado asintió y ambos sonrieron, presintiendo que esto sería el inicio de algo muy bonito.

Luego de ese día, se convirtió en su rutina compartir las noches y poco a poco ir perdiendo la vergüenza y creando más recuerdos.
No sabían qué les depararía futuro o cuán lejos podían llegar. Pero por ahora, la compañía del otro era lo único que necesitaban.

Fin.

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Bueno, hasta acá llegó este pequeño proyecto. Espero que les haya gustado. Muchísimas gracias por leer y por el apoyo, en serio. ♡

Hasta la próxima. 🌼