No soy la clásica cenicienta #PurpleAwards2019

Capítulo 1- "New house new beginnings"

L. A, la ciudad mas extensa y poblada de todo el estado de California. Atrae a millones de personas de todo el país, pero para mi que he vivido toda mi vida aquí no es tan atractiva.

Las personas que viven aquí son muy acogedoras y hospitalarias, pero obviamente eso no aplica para los estudiantes de la preparatoria Bervellegoon que con solo 17 años son aptos para ser autores intelectuales de crímenes terroristas.

El Valle de San Fernando donde el lujo es el lema de las colinas, es donde vivo con mi papá Benjamin Rotersmeene, su ahora nueva esposa Jennerif Westom Rotersmeene y mis dos ultrapopulares hermanastas de 17 años Bethany y Victory, claro y el pequeño Sweethy.

Por cierto, mi nombre es Stornie Rotersmeene y algual que mis hermanastras tengo 17 años, y había vivido sola con papá desde hace 11 años cuando mi madre murió. Hasta hace un mes solo éramos nosotros, pero papá, empresario dueño de Rotersmeene House decidió que una figura femenina me vendría bien para ocupar su lugar mientras hace sus incontables viajes de negocio. Para ello escogió a la ex modelo más superflua de toda California, que en pack completo venía con sus aún más escalofriantes hijas.

Hoy nos mudamos a una nueva casa más grande aún que en la que vivíamos con mamá. Parece un templo intocable en la cima del Valle con todo L.A a los pies.

Estoy en el closet de mi nueva habitación acomodando las cosas que Jennerif se encargó de convencer a mi papa que necesitaba para verme como la hija de un magnate, cuando percibo mi reflejo en el enorme espejo que hay ocupando toda una pared.

Soy rubia natural con algunas mechas platinadas también naturales que cae en ondas hasta mis hombros, lo piel muy blanca, demasiado. Tengo ojos celestes en rostro en forma de corazón igual que el de mamá, soy delgada, pero no tanto como lo era ella, a mi me delata su sangre latina con una pequeña cintura, pecho y trasero voluptuosos y unas largas y fuertes piernas. Soy consciente de que no una chica fea, al contrario. Siempre me ha gustado parecerme a mamá eso hace que la sienta más cerca de mi, como una especie de conexión entre nosotras que no se romperá con el tiempo o la ausencia

Un fuerte ruido me saca de ese lugar en mi mente cuando Bethany y Victory irrumpen en mi habitación , son bellísimas, el hecho de que sean unas completas perras no va de la mano con su físico. Nadie se atrevería a competir con eso y si lo hicieran ya ellas se encargarían de que no tuviera un día tranquilo nunca más.

-Ahh!!! Quita a esa cosa asquerosa de encima mio!!!- gritó Victory refiriéndose a Sweety. A veces me pregunto si habita alguna neurona bajo esa melena negra. Su cabello es muy brillante le llega por debabajo de la cintura y contrasta perfectamente con sus ojos esmeralda. Es más alta que yo, aunque atribuyo eso al echo de que casi siempre lleva unas sandalias Manolo de casi veinte centímetros de alto que ni mi mejor amiga podría aguantar. Es delgada en el punto perfecto y luce como una modelo de Victoria Secret's incluida la sensualidad y la poca ropa que suele usar.

-Ven aquí pequeño-llamo a Sweety temiendo por lo que le puedan hacer y le tomo en brazos-tranquilo bebé- digo achuchandolo contra mi pecho.

-Uhhg!!!! No se como puedes tocar a esa cosa peluda y apestosa- replica la gemela número dos. Yendo en contra de la madre naturaleza que quiso que fueran dos gotas de agua Bethany lleva el cabellos en capas que le caen como cascada hasta la mitad de su espalda en un tono Borgoña muy brillante y liso, tiene facciones mucho más finas que las de su hermana, que obviamnete consiguió con el cirujano de su mamá y el dinero de mi padre. Sus ojos para su pesar tienen el mismo tono esmeralda de su copia al igual que el tono tostado de piel. Es más baja que yo a pesar de los enormes zapatos que usa y delgada aunque debe de usar una copa D cortesía nuevamente del cirujano de su madre-aunque bueno nos es que se diferencie mucho de ti-termina de hablar mientras me mira despectivamente.