Stornie
El sol comienza a esconderse en L.A y no se qué duele más, si mis pies por el calzado erróneo para una tarde de compras con Camille, o mi brazos de cargar tantas bolsas en ellos. Sólo yo puedo haberme creído que solo íbamos a comprar un atuendo digno para la fiesta. Manolos, Channel, Gucci, Prada y Hasta ua bolsa con tantos conjuntos de Voctoria que solo serán admirados por mi pobre y traumado Sweety son algunas de las bolsas que cargo conmigo como si fueran pesas de un día de fuerza en un gimnasio.
*Ser virgen apesta*
Gracias por el acotamiento conciencia, casi no estaba deprimida hasta hace un segundo. Son las 7 de la noche y la mayoría de las tiendas han cerrado sus puertas, pero eso no impide que Camille tire de mi brazo de un lugar a otro, alegando que no puedo ser conformista, a pesar de que hace aproximadamente dos horas encontramos el atuendo perfecto, y nuestros reflejos en el espejo, abogaban claramente que no iban a ser sustituidos así corriéramos por todas las tiendas existente en L.A.
Cuando mi pie se dobla mientras Cam pretende entrar a uno de esos almacenes llenos de productos multimarcas sé que es el momento de detenerme, así que como la mujer madura que soy, y haciendo honor a mis próximamente adquiridos 18 años, clavo mis piernas en el suelo mientras libero mi brazo de su agarre para cruzarlo junto a su compañero sobre mi pecho, y hacer un puchero lastimero hacia mi mejor amiga.
-Ya no aguanto más Cam. Me has tenido corriendo todo el día- digo y para darle fuerza al asunto pongo mi mejor cara de asco-No miento si te digo que tengo sudado hasta mi trasero.
-iuuu Rotersmeene, información innecesaria y absolutamente asquerosa- se sacude como si estuviera a punto de vomitar.
-Vámonos a casa porfis-pongo mi mejor cara del gatito de Shrek a ver si cuela con el demonio de las compras.
-Prometiste que gastaríamos el dinero que ingresó tu padre Stornie- dice acusadoramente.
-¿Bromeas no?, Quemamos ese dinero en la segunda tienda que entramos Cam ¿Olvidaste el precio de los Gucci que cargas ahí?
-Bueno yo invito, no todos los días accedes a ir de compras conmigo.
-Y acabo de recordar por qué.- susurro y me mira con una ceja arqueada como incitándome a repetirlo, y rayos si lo pienso repetir. Camille con el demonio de asistente de compras en su cuerpo es realmente aterradora-Cami te juro que como me obligues a entrar a otra tienda me ahorcaré con el parche al que llamas braga que me obligaste a comprar y no tendrás cumpleañera para celebrar la fiesta.
-Al menos les darías un uso a las bragas-ataca entrecerrando los ojos en mi dirección y yo le saco el del medio provocando que suspire y deje caer sus hombros derrotada- De acuerdo, si quieres verte mal en tu fiesta de dieciocho. Solo asegúrate de que al ver la sorpresa, no olvidar que te lo advertí.
-Asumo completamente la responsabilidad. Ahora vámonos de aquí- digo mientras pienso “patrañas” con todo lo que me obligó a comprar hoy, no hay sorpresa en el mundo que me pueda tomar desprevenida, solo está siendo la reina del drama que es siempre.
Luego de jugar al tetris con las bolsas, al fin logramos meter todo en el auto de mi amiga, dejando el espacio justo para entrar las dos en los asientos delanteros, sin ser disparadas contra el parabrisas, aunque la caja que se me encaja en la nuca cada que paramos me hace dudar de que el objetivo fuera logrado con éxito.
Casi a las 8 de la noche estamos girando en la pequeña fuente que hay a la entrada de la urbanización donde vive Camille, y creo que escucho cantos celestiales cuando veo al final de la calle como se alza la propiedad que es como mi segunda casa, o quizá la referencia más sólida de hogar que he tenido en mi vida, "la mansión Moore". Camille estaciona en la entrada y como si fueran acciones automáticas la tía Lorrein sale como un remolino de brillantina corriendo por la puerta principal, antes de saltar sobre mi y acogerme en un abrazo dulce y maternal.
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No soy la clásica cenicienta #PurpleAwards2019
Fiksi RemajaÉrase una vez en un Reino muy lejano..... Ok no Los Ángeles, California siempre ha sido el hogar de Stornie para quien la insignia de Hollywood y el Rodeo Drive son el día a día. Dinero, lujos y la libertad que te deja tener un padre ausente es el...