«La luna siempre fue del cazador»
Jimin no sabe en que momento sucedió, si fue en el primer momento en que se vieron, o si era algo dentro de él que reconocía al mayor incluso sin conocerlo. Es básico pero difícil de definir; Min YoonGi es un enigma...
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—¡NO TIENES QUE HACERLO!—Gritó intentando hacer entrar en razón a su mayor. —¡POR NINGÚN MOTIVO TE DEJARÉ HACERLO!
—No se trata de algo que me dejarás hacer o no JungKook, no es de tu incumbencia, ya lo decidí así. —Gruñó molesto sin dejarse convencer por las palabras del menor. JungKook lo observó fijamente, la molestia era claramente visible en sus orbes.
—Si llegas a salir de esta casa, te juro por lo más sagrado que tengo, que maldeciré su nombre por el resto de mi vida. —YoonGi simplemente tomó su chaqueta negra y salió de su habitación, importándole muy poco las lágrimas furiosas que caían libremente por el rostro de su menor.
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JungKook despertó sobresaltado con la respiración acelerada y con el sudor corriendo libremente por su rostro, se llevó ambas manos a la cabeza y frotó bruscamente desordenándose aún más el cabello, después de algunos minutos en la misma posición, decidió levantarse y salir de la habitación en donde estaba. Vagó en silencio por toda la sala hasta llegar a la habitación del mayor de los dos, YoonGi dormía despreocupadamente con la sabana apenas cubriéndolo, JungKook rió entre dientes y como era su costumbre, caminó en puntillas hasta llegar a la cama y se dejó caer al lado del rubio, inmediatamente el cuerpo de YoonGi se acercó a él, como si fuera un reflejo y el menor terminó por ser abrazado por el rubio, a JungKook aquella acción no le molestaba, desde que tenía uso de razón habían sido así, siempre dependientes el uno del otro, sabiendo con claridad lo que atormentaba al otro y así juntos buscar la mejor solución posible.
—Hyung. —Llamó en voz baja observando el ceño fruncido del rubio mientras dormía, llevó su mano derecha hasta la frente del mayor y con delicadeza, deshizo las pequeñas arrugas que se habían formado en ésta. —Yo solo quiero protegerte de todo lo malo. —Susurró ido en sus pensamientos. —No quiero volver a perderte, simplemente no. —Aquello fue dicho con un pequeño avistamiento de dolor en su calmada voz. —Te amo mucho hyung.
—Yo también. —Medio susurró entre sueños el rubio, mientras lo apretaba fuertemente en su abrazo. —Siempre juntos. —Una pequeña "sonrisa" se dibujó en la cara del mayor.
—Siempre juntos, hyung. —Correspondió el menor mientras peinaba los cabellos del mayor. —Siempre. —Afirmó nuevamente mientras cerraba los ojos y se dejaba ir al mundo onírico nuevamente.
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Cuando YoonGi despertó aquella mañana se dio cuenta de dos cosas, una era que iba demasiado tarde para su trabajo, y que seguramente esa hora ya estaba perdida, la otra era que JungKook prácticamente estaba encima de él y no lo dejaba moverse con libertad.
—Kook. —Llamó. El menor frunció la nariz graciosamente, pero no hubo alguna señal de que fuera a levantarse. —JungKook, la casa se está quemando. —El menor ni se inmuto. YoonGi negó mientras reía, JungKook había sido como una sanguijuela en su vida, pero una sanguijuela a la cual amaba mucho. — Kookie. — Llamó cariñosamente esta vez mientras se removía debajo del cuerpo del menor. ¿En qué momento JungKook había crecido tanto?
