«La luna siempre fue del cazador»
Jimin no sabe en que momento sucedió, si fue en el primer momento en que se vieron, o si era algo dentro de él que reconocía al mayor incluso sin conocerlo. Es básico pero difícil de definir; Min YoonGi es un enigma...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
YoonGi sabe que debe detenerlo ya que JungKook podría llegar en cualquier momento, pero cuando su cintura es apresada de forma violenta por las piernas del menor y cuando la fricción entre ambos sexos se hace presente, sabe que está jodido. Y Jimin, Jimin sabe perfectamente que está tomando demasiado pero realmente le importa una mierda, sentirse debajo de YoonGi y como éste simula embestidas que lo hacen jadear en necesidad se había convertido en su meta del día.
El menor de ambos no tiene tiempo para pensar con claridad, no cuando una extraña necesidad lo domina y lo empuja a buscar lo que quiere.
Él quiere a Min YoonGi.
Lo ha querido desde siempre, aunque no tenga consciencia absoluta de ello y apenas lo estuviese conociendo, y lo querrá hasta el último de sus suspiros, porque así estaban condicionadas sus vidas, se buscaban; se anhelaban y se tenían en el eterno bucle en donde estuvieran sumergidos. Todo en un perfecto orden dentro de una atmósfera que en varias oportunidades se había visto fracturada pero que la razón de aquello escapaba de él en ese preciso momento. Y cuando la ropa ya no es un impedimento y la primera intromisión es ruda, Jimin solo puede gemir gustoso entre la curvatura del mayor mientras sus manos se encargaban de dejar marcas en la pálida espalda de su hyung. Jimin se había convertido en un desastre de jadeos y respiraciones entrecortadas y YoonGi sabe que aquella vista lo podía llevar al mismísimo infierno y subirlo directamente al paraíso.
Ambos estaban jodidos desde el primer momento en que se habían visto y hasta el momento en el que se encontraban ahora. Y con absoluta determinación podían decir que les importaba una mierda todo su alrededor en ese momento.
Mientras uno se había encontrado anhelando aquella sensación desde hace tiempo. El otro simplemente se encontraba luchando con el terremoto de emociones que había ocasionado Min YoonGi con su presencia.
La vida había sido justa después de todo, YoonGi quiere creerlo de esa forma.
...
— Mierda. — Siseó JungKook mientras se veía en el espejo. Las ojeras adornaban su rostro y sus ojos se veían notablemente hinchados por el llanto de horas atrás. — Las cosas son diferentes. — Susurró mientras su mirada se posaba por la habitación, algunos cuadros de sus hermanos y él se encontraban adornando la estancia, cuadros que había hecho el mismo cuando las pesadillas no lo dejaban en paz y el único consuelo que había encontrado para no preocupar más a sus mayores había sido trasnocharse en medio de dibujos de un pasado que se empeñaba en estar presentes incluso en otro entorno completamente diferente.
Salió de la habitación en completo silencio y dejó una pequeña nota pegada en la nevera agradeciéndole a Jin por haberlo dejado pasar la noche con él y por el desayuno que habían tenido juntos. Sabía que no debía presionar más de la cuenta a Jin, pero él realmente estaba interesado en saber que más había soñado.
