Mi pregunta mas recurrente era: Como logro no sentir remordimiento o culpa?
Era algo sumamente importante debido a la tarea que iba a realizar porque no era nada fácil el arrebatarle la vida a alguien sin sentirme mal, sumado a eso que tengo que idear algo para que me mantenga anónimo y si he de morir que sea después de acabar con todos estos privilegiados hipócritas.
Con ese pensamiento me dirigí hacia donde estaba mi "amo" el señor Javier Steins, un hombre bastante alto que apesar de su edad estaba fornido, con un cuerpo en un muy buen estado, tampoco he de negar que el señor de muy buen parecer además de que manejaba a la familia mas rica de todo Kohlstein. La mansión de la familia obviamente era inmensa, mas de doce habitaciones exceptuando el comedor, la sala de estar, el despacho del señor, la cocina, el cuarto de lavado entro otras mas; estando en el comedor que era donde estaban todos al momento en que yo entre de manera muy rara y curiosa toda la familia estaba reunida: Su esposa la señora Kari Olvier de Steins, sus dos hijas Karin y Olivia Steins y su hijo primogénito Javier Steins II. Su esposa era una mujer exageradamente bella, era casi imposible no cruzar la mirada con ella, rubia, de tez blanca, ojos verdes que a la luz se tornaban esmeralda, mediana estatura y de proporciones bastante increíbles a mi parecer, he de añadir de que sus hijas eran iguales a ella en todo sentido exceptuando el carácter y su aceptación ya que de las tres solo Olivia me acepto cordialmente; entre sus hijos no había mucha diferencia de edad: Javier tenia 22 años, Karin tenia 20 años y Olivia tenia 18 (cabe destacar que la mayoría de edad en ellos fue a los 16 años). Al momento en que entre al comedor como era ya una costumbre salude al señor Javier y de una manera muy rara o al menos así lo sentí yo salude de igual manera a la demás familia, después de eso pude ver como fijaron todos los miembro de la familia su mirada en mi mientras que el señor Steins ni se inmutaba ante tal atmósfera:
- Padre, (dijo Karin) porque el tiene que estar aquí con nosotros?
- Que tiene de malo (dijo Olivia)
- Es que no tiene nada que hacer aquí, tendría que estar trabajando.
- Él esta trabajando (dijo el señor Steins)
- Como que esta trabajando? Yo solo lo veo allí parado al lado tuyo como si fuera tu amigo.
- Y que si lo es? Ademas, porque te aflige que el este allí.
- Porque no debería de estarlo si el ve que estas con nosotros, tu familia.
- Pero desde que el vino, se dio cuenta que ustedes no desayunaban conmigo así que un día el me pidió permiso para quedarse a hacerme compañía y obviamente le dije que si.
- Pero ahora estas con nosotros. Nicola o como te llames, te puedes retirar. Muchas gracias.Realice la reverencia como se me había enseñado pero justo en ese momento una mano se poso sobre mi hombro izquierdo, era la mano del señor Steins quien al terminar mi reverencia me vio fijamente a los ojos como si me dijera que me quedase en aquel lugar.
- Mi señor, creo que lo mas prudente es que me retire, para no incomodarlos.
- Nicola, tu te quedas, desde que llegaste has sido mi compañia en las mañanas, es como si fuera una costumbre el que estés aquí ya sea parado al lado mio o como es costumbre sentado a la mesa conmigo.Después de aquellas palabras toda la familia se levanto de golpe y salio del comedor, era obvio que me odiaban pero aquello iba a cambiar muy pronto.
Aun tenia la duda de saber como podía no sentir remordimiento si asesinaba a un miembro de esta familia, días antes estaba con los granjeros y les dije que me enseñaran a matar a los animales para ver si así podía perder algo de conciencia ante tal acto lo cual creo que funciono en menor medida.Tenia decidido que en esta noche daría el primer paso hacia mi objetivo pero me faltaban dos detalles que al menos yo creía importantes: algo para que no me reconocieran y una firma, algo con lo que dejar huella en todo esto. Así que cree una mascara de madera bastante liviana de aproximadamente 3 mm de grosor, pintada de blanco y sin ninguna expresión facial lo cual creo yo que seria algo muy agradable de ver siendo el caso que seria la última expresión que verían mis víctimas y como si fuera una revelación divina o maligna depende del punto de vista pude visualizar como acabaría con la vida de quien espero yo cauterice mi conciencia y después de eso ya no sentir dolor.
Era ya muy entrada la noche, dos de la mañana para se exacto, me levante de mi cama y entre nerviosismo y emoción inicie mi transformación en lo que seria mi nueva vida. Me coloque una capucha del estilo inquisitorial como si realmente fuera un verdugo, he de decir que era fácil caminar, correr, saltar entre muchas otras maniobras que creí necesarias. Y me coloque la mascara que había creado, era como ver a la misma muerte, un ente de negro completo que se puede esconder en lo oscuro y temeroso de la noche con un rostro inmutable, inexpresivo que podría dejar con trauma a cualquiera que la encuentre. Me dirigí hacia la cocina y para evitar el que usaran mis huellas dactilares me coloque guantes de tela negros en las manos seguido de ello tome el cuchillo de carnicero mas grande que había en aquel lugar y me dirigí hacia donde posaba en pleno sueño nocturno mi víctima. Al llegar a aquella habitación iluminada únicamente por la luz de la luna aquello era suficiente para poder caminar en esa habitación. Era demasiado sencilla para ser tan grande, lo único que había era obviamente una cama la cual tenia una mesa de noche al lado, un closet bastante grande, casi media pared abarcaba aquel mueble, un baño y una televisión que estaba anclada en la pared.
Camine de manera sigilosa hasta llegar al lado izquierdo de aquella cama y allí estaba la vida que al momento de expiar daría inicio al cumplimiento de mi propósito, acabar con todos aquellos que oprimieron a los que son como yo. Al llegar al lado de la cama pude ver como estaba el cuello descubierto por lo que inicie la tortura haciendo una leve presión en su cuello, él se despertó de golpe y mostró un rostro de miedo, un rostro de pánico al ver que no podía gritar debido a la presión que tenia sobre su cuello, su hablar eran como susurros que solo yo escuchaba.
- Ha llegado el momento de que este país, esta sociedad se de cuenta que el sistema en el que viven acabara por mi propia mano.
- Quien eres? - Dijo en un susurro debido a la leve asfixia inducida por mi mano.
- El verdugo de Kohlstein, la muerte de todos aquellos que creen que el sistema en el que estamos es el correcto. Cuales son tus últimas palabras escoria de humano.
- Si has de acabar con todos los de esta casa hoy... te pido que no lo mates a él. - Dijo casi ahogándose.
- Quien?
- En la habitación de abajo, la única que hay en esa planta duerme un joven de cabello negro, largo y es de piel morena y ojos cafes... A el no lo mates.Esa descripción, detrás de aquella mascara inexpresiva estaba yo con asombro.
- Eso ya lo decidiré yo.
Empecé a cerras mas mi mano por lo que se podía sentir una gran tensión en el cuello de él, pero se rehusaba a morir así que manteniendo aquella asfixia alce mi otra mano con la cual sostenía con firmeza aquel cuchillo mientras tanto podía escuchar el sollozo de de alguien que sabia que serian sus últimos minutos de existencia
Coloque el cuchillo en debajo de una de las puntas de las costillas y lo enterré lentamente, como si disfrutara de ver el sufrimiento de aquella persona pero no me vasto con eso, algo dentro de mi deseaba ver aun mas aquella agonía, así que comencé a girar levemente el cuchillo y el efecto era hermoso. Él se retorcía de dolor sumada la impotencia de no poder pedir ayuda, ya no podía seguir mas tiempo llevaba ya una hora en aquella faena así que sostuve con mas fuerza aquella arma y como su fuera un trazo de pincel corte de un solo tajo el torso dejando ver el interior de él con lo cual murió de manera instantánea después de tantos minutos de agonía, después de aquella satisfactoria y horrible escena con la punta del cuchillo deje el grabado de lo que seria mi alias: "HATE" . Sali de la habitación y volví a mi cuarto. Limpie, desinfecte e inhodorice la vestimenta para evitar sospechas, después me recosté en mi cama pero no podía dormir por dos motivos:
1. Porque pidió por mi protección.
2. Acabo de matar una manera muy sádica a mi señor, a James Steins.Una lagrima se asomó por mis ojos pero aquella perdida era un precio que estaba dispuesto a sufrir si con ello cumplía mi propósito además de que creí que después de aquello mi conciencia y con ello mis sentimientos estaban muertos pero me equivoque rotundamente
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Memorias de un Asesino
ActionExisten muchas razones por las cuales una persona puede cambiar de una manera tan radical. Al punto de odiar la existencia de otros, cambiar de manera brusca un sistema regido por la burguesia pero alguien tenia que hacerlo. Ese alguien era Nicola...