Capitulo 2

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Al acercarme a la chica sucedieron dos cosas, lo primero que había notado era que tenía un corte en la pierna izquierda y lo segundo era que al acercarme a ella me había arrojado una piedra a la cabeza. Menuda puntería tiene esta tipa.

-¡Auch!

-¡Aléjate!

La mire desconcertada por su repentina acción, aunque solo la puse más nerviosa lo mejor sería tener mi distancia.

-mira yo no vine a hacerte daño, al contrario quería ayudar.

Dije en un intento de tranquilizarla, hice otro intento para acercarme, pero ella retrocedía a medida que yo avanzaba. Cuando choco su espalda con un árbol cercano enfunde mi espada y camine hasta estar enfrente de ella con una distancia de cinco pasos.

No tenía mal aspecto, piel clara, cabello negro, ojos plateados y buen cuerpo. Lo que llamaba mi atención era su extraña ropa, un uniforme de cuello alto blanco con líneas rojas verticales, pantalón gris con la funda de su espada sujeta a su cinturón y botas de cuero negro. Además de que un símbolo extraño en su hombro izquierdo.

Era como la cabeza de lobo aullando sobre una medialuna de color violeta, enmarcado en forma de diamante. Estaba tan concentradaestudiando el símbolo que no me di cuenta que me estaba acercando. Ella reacciono tomando otra piedra que estaba cerca.


-¡Espera!, no voy a lastimarte solo quiero ayudar.

Dije en un intento desesperado, pero ella levanto la piedra así que me cubrí con los brazos, aun que pude notar cierto esfuerzo. Espere al inminente ataque, pero que nunca llego. Intrigada y a la ves asustada por una posible contusión cerebral me asome para ver qué pasaba.

-¿Que eres?

Me pregunto con un tono más frió que su mirada, me sentía pequeña en ese momento, como una hormiga. Seguía sosteniendo la piedra en alto lista para arrojármela ante el más mínimo movimiento.

-Me llamo Xero, si así tratas a tu salvadora no me imagino que le arias a tu enemigo.

Aún seguía cubriéndome por algún posible ataque, pero ella solo me miraba. De pronto ella empezó a bajar la piedra poco a poco, creo que al fin se dio cuenta de que era inofensiva o que solo se estaba desmallando por la pérdida de sangre. Me inclino más por la segunda opción.

Me acerqué rápidamente y comprobé su pulso, si se había desmallado. La tome en brazos y me encamine hacia la cueva.

                                                                                     (#_#)

Luego de calmar a mi madre en su ataque de nervios pase a explicarle sobre la nueva invitada. Sugirió que la llevaran a un cuarto para que sea atendida, yo por mi parte le dije que estaba bien, como sea, entregue el jabalí que había recogido de camino a una sirvienta y me fui a la herrería.

Ya estando enfrente de la entrada de la herrería no pude evitar contemplarla, era de madera, a diferencia de las otras casas que eran de piedra, pero aun así es más grande, ya que es el lugar donde se hacen las armas que protegen al reino.

Al entrar se podía percibir el olor del hierro y hollín del horno de piedra. Sin duda es la herrería de Harper. Una chica con una personalidad tan dura como su martillo, por experiencia propia, me alegra no ser una de sus aprendices.

-¡Vamos!, hasta abuela es más rápida que ustedes.

Al parecer llegue en un mal momento y eso no es una buena señal. Harper tenía a todos ''trabajando '' duro, aunque creo que esa no sería la palabra correcta, yo diría que esclavizando seria la que más se acerca.

-¡Xero!

Joder casi me cago del susto, menudos pulmones tiene esta mujer. Harper se acercó a toda prisa esquivando barriles de agua y yunques. Al estar frente a mi levanto la cabeza mirándome a los ojos, eso se debe a que ella solo me llega a los hombros.

No pude reprimir una risilla, pero esta desapareció al igual que el aire de mis pulmones cuando ella me había propinado un golpe en el estómago. Acabó de romper la regla número uno, no reírte de su estatura.

-Agh.

-recuerda que tengo más años que tu cachorrita.

-Grrr.

Harper me gruño de vuelta para después irse a su rincón de trabajo, que solo era un yunque, un horno y un barril de agua, y se puso a trabajar con una pieza de metal.me recupere como puede del golpe y me dirigí hacia ella. A pesar de su estatura Harper puede dar mucho miedo y hay que admitir que a pesar de su carácter tiene su encanto.

Cabello de un tono arenoso, piel canela, ojos ámbar y buena complexión física, creo que eso se debe por trabajar por años en una herrería. Sus orejas y cola cafés contrastaban con su cabello asiendo que se note más.


-Si bienes a buscar tu extraño escudo esta por allá.

Dijo señalando con el dedo a unos estantes donde estaban colgados escudos de diferentes tamaños y formas. Asentí con la cabeza y de dirigí a ellos, con pasos firmes pero emocionados.

Al estar frente a la estantería empecé a buscar desesperada mi escudo, el cual yo había diseñado y entregado a Harper. Pasee mi vista por cada fila hasta encontrarlo en una esquina más arriba pude verlo, me estire para tomarlo y al tenerlo en mis manos lo contemple como a si fuera una obra de arte.

Eso es porque a simple vista parecía un simple guantelete recubierto de metal, pero que en realidad se puede transformar en un escudo y eso es gracias a la gema que tiene incrustada en el lado externo de la muñeca. Rodeada con un aro de metal que está unido a otra pieza de metal rectangular que se acopla a la forma del guantelete.

Me lo puse en el brazo izquierdo y cuando amarre la coreas que lo sujetan a mi brazo lo moví para probar su peso, no era muy pesado así que podría moverlo con facilidad en una batalla. Decidí que mejor sería probarlo cuando este a solas por ahora me iré a descansar porque ya había anocheció. También veré si nuestra invitada se encuentra mejor mañana.

Así que con una corta despedida y un agradecimiento a Harper, me encamine hacia el castillo. Esperando que sea un día tranquilo.

Aros del Destino(pausada Por Reparación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora