I - Desconocidos

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Siento la arena que yace bajo mis pies, veo como se acerca y me susurra— este es tu destino Lila..

Despierto agitada, me encuentro en mi habitación igual que todas las mañanas, se repite el mismo escenario.

Me levanto y extrañada del inmenso silencio al igual que el inusual calor que ronda la habitación, y en ese momento me doy cuenta que mi don se ha activado, como un escudo de piedra. Poco a poco parece que pequeños fragmentos de él se van quebrando, para cuando me levanto de mi cama ya ha desaparecido totalmente.

Abro la puerta dirigiéndome a la cocina pero, lo que me encuentro me deja shockeada por unos segundos, puesto que no hay nada, solo tierra a donde mires, es como una habitación en medio de la nada, miró hacia todos lados dándome cuenta del también raro color de la tierra, mejor dicho arena, igual a la de mis numerosos sueños. Lo que me asusta de todo esto es lo que podría significar.

Camino, me dirijo a algún lugar inhóspito pues neblina arénica abarca todo el lugar, una de color morado intenso y por otras pequeñas parte de rojo o rosa pálido, sin llegar a ser discriminativo pero lo suficiente para bajarte el autoestima.

Cómo estúpida ando por el lugar a sabiendas de que deseguro me he perdido, pero extrañamente algo me llama, no sé que es pero lo hace. Es en ese momento cuando encuentro un cuerpo a lo lejos. Al menos eso pensaba hasta que me acerque, ahí no me encontré ningún superviviente o esqueleto, sino a un pequeño peluche. Inmediatamente lo agarre y volví con mi camino. Cómo si fuera eso a protegerme, tal vez si, fue imbécil salir de mi alcoba a la nada, ¿pero exactamente qué es la nada?, pues si me quedaba seguramente sí lo descubriría y prefería arriesgarme a tener fe en un peluche mientras camino a ser una  ignorante e insegura quedándome sola.

Tonta, esa palabra me define a la perfección. Uno de los significados de este adjetivo es el poco entendimiento o inteligencia de una persona, y si, suelo perderme en la conversación más simple de la historia, y si, tampoco es que sea muy inteligente ni me plantee las cosas pues aquí estoy, sin ningún plan caminando a la deriva. En cambio, su otro significado no se acerca ni un poco a mi, talvez por mí aspecto creas que si, pero no, de ingenua no tengo nada, y ese es el otro significado, la ingenuidad y carencia de malicia, y yo, decir que soy mala es poco.

Seguí, seguí por horas sin encontrar nada, llegue hasta pensar que me encontraba en el Sáhara, ya que no había nada, talvez esto si era la nada, pues todo era igual, y no había nada que me ayude a sobrevivir.

Repentinamente veo algo a lo lejos, y corro lo más fuerte que puedo, y lo que me encuentro abandona todas mis esperanzas, es mi habitación, mi punto de partida, había vuelto al lugar donde empecé.

Me recuesto y abrazo aún más fuerte al peluche, no sé que lógica podría hacerme ver el porqué un peluche de oso estaba en medio de la nada, pero me importa un bledo en estos momentos, no quiero, no quiero este destino, y lo peor, parece que veré los ojos a la muerte, y si los ves, ya no hay salvación, entonces el fin llega, no, no, no quiero verlos, no debo verlos de nuevo, lo tengo prohibido, por favor piedad.

Abrazo aún más fuerte el peluche, queriendo descargar todos mis sentimientos en el, yo no lloro, cualquiera que me conozca te lo diría, pero es que es eso, puede que todo el que me conozca este ya muerto. Yo pensé que el terror había cesado y por fin tenía un nuevo comienzo en ese humilde pueblo, pero parece que siempre habrá mierda para joderme.

Y ahí con esos pensamientos rondando mi mente las lágrimas empiezan a caer y el llanto parece no querer parar.
Me duermo tirada, demacrada y olvidada, en medio de la nada, esperando mi final ya que, sino tengo la fortuna de ser encontrada, ya estaré perdida.

Abro los ojos con lentitud intentando situarme. Me incorporo sentándome en un, he de recalcar, comodísimo colchón, ¿es un sueño verdad? Si, ya los conozco, ya conozco hasta que límites puede llegar mi creatividad y esperanza al igual que mi crueldad y vulnerabilidad.

Entonces lo veo nuevamente, el chico que siempre me acompaña, y como tantas otras veces vuelvo a preguntarle: ¿quien eres?

Su respuesta, ese ansioso acertijo del que soy indigna de saber  nunca me es revelado, y como siempre, tu respuesta es la misma.

—Un amigo, un buen amigo —extrañamente pareces dudar está vez— estoy más cerca que nunca linda, aún no podrás liberarme pero,  recuerda mantener la esperanza al abrazarme, quien sabe, talvez crees un milagro —finalizas, dejando un mar de dudas, aún mayor al que sueles darme, pues hoy me diste mucha más información.

He de expresar y admitir, que estoy profundamente deseosa de tu calor. He de confesar que cada que te veo me pierdo en tu mirada, y cada que tu voz sale, las hermosas cuerdas vocales que tocan me hacen suspirar. Asi qué guapo te pregunto: ¿estoy loca?

—Jaja, talvez lo que sientes simplemente es el deseo de experimentar, y las ansias de dominar al mismo tiempo que en ti se  empieza a encender la chispa de la curiosidad, pero lo que más creo que te afecta, es saber que yo seré el único con el poder de calmarte y despedazar cualquier ápice de maldad  en el momento decisivo, así, arrebatándole tu hipocresía y llevándote a la salvación, presentándote a Arcair frente a ti.

Tu inmensa y perdiente respuesta me deja confundida como tantas otras veces, tienes un don para eso. No sé si lo haces aposta pero, algo que te distingue es tu falsa poesía, porque pese a que lo único que haces es enlazar adecuadamente las palabras para una respuesta acertada, siento que tus discursos son hermosos versos, impactantes que perduran toda una vida en el santuario.

Me voy acercando, no te vas ni te alejas, solo te dejas hacer. Siento que quieres la cercanía  al igual que yo, como imanes que se atraen pese a ser posiblemente polos opuestos o tan iguales que, la dinamita se prendería sin dudar.

Estoy a punto de tocarte, acercando mi mano, es en ese momento que mi sueño termina. Todo sueño tiene su final, el cuento de hadas siempre tendrá que finalizar.

Pero dato curioso, estoy en la misma posición, en una cómoda cama, y acariciándole la cara a un apuesto chico, el mismo chico.

—Realizaste un milagro hermosa.

Y solo soy capaz de suspirar.




Carlos

La agitó esperando a que sus ojos se abran, lleva más de una semana ahí, sin despertar, solo respirando y alimentada mediante un tubo. Me estoy hartando realmente pues podría quedarse así, igual a un vegetal.

—¡No! —pronuncia agitada entre sueños—

Es por estas pequeñas cosas que le suceden mientras está inmersa en el mundo de los sueños que tengo la esperanza de que pueda salir a delante. Pues sumergida y atrapada, luchando mejor dicho, parece estar la pobre, y yo conozco el sentimiento, ese jodido sentimiento de vulnerabilidad.

Por décima vez este día salgo de la habitación dándole su espacio aún esté dormida.




Drama I

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2019 ⏰

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