BABY TIGER 1 || Remus Lupin ||

Capítulo 4

Esmeralda estaba confundida, la relación que tenía con su hermano había estado tensa desde hace semanas, solo podía tener una conversación normal si los demás merodeadores estaban.

La chica columpiaba sus pies en el lago hasta que sintió un peso recargarse en ella, ese olor hacia que Esme riera, tenía tanto tiempo conociendo a Remus que podía distinguir el chocolate a kilómetros.

-¿Cómo estás?

Remus sabía cómo estaba.

-Rem, eres más listo que yo... -

-¡Pero que tenemos aqui! A la hermano del 4 ojos y al bebe lobo. - Snape se había caracterizado los últimos meses por acosar a Esmeralda, todo había comenzado como un juego al ver que a su hermano y grupo de amigos les molestara, ahora quizá si tenia ganas de tener algo ella.

-Callate Snivellus, ¿En donde dejaste a Lily? - Jaque mate, la ganadora de esa discusión aparentaba ser la leona, Snape, con una carta totalmente seria comenzó a apuntar a la leona poniendo aún más pálido a Lupin, quien nunca le gustaron los problemas.

-Cru...

-¡Expulso! - La chica miro hacia la dirección del hechizo y sonrió, ahí estaban sus amigos con las varitas levantadas y apuntadas al enemigo.

-¡Que pasa Snnivellus! No eres tan valiente cuando no están tus amigos ¿no?

Snape, quien estaba de cabeza dejando ver su ropa interior solo nos fulminaba con la mirada. Si, definitivamente esos eran sus amigos.

Los merodeadores pasaron un Sábado agradable bajo los rayos del sol y la fría agua del lago, la tensión de ambos hermanos parecía haber desaparecido después de la pelea con Snape.

-Tenemos que celebrar.

Todos miraron confundidos a canuto.

-¿Celebrar que?, perro sarnoso- Agregó Esmeralda con una sonrisa, ambos sabían que odiaba que dijera eso.

-Celebrar que ustedes se arreglaron, trige de circo.

Los merodeadores se dirigieron a los dormitorios sin importar que escurrieran agua por los pasillos. Una vez en el cuarto de los chicos se sentaron en un círculo y Sirius sacó de detrás de la cama una botella de whisky de fuego.

Las risas a causa del alcohol sólo se escuchaban en la habitación de los muchachos.

Remus y Esmeralda, quienes se habían abstento al alcohol, solo reían de las estupideces que sus amigos decían.

-Te lo juro Jamie-Menciono un Sirius abrazando a su mejor amigo- La tengo a mis pies, en poco dormirá en mi cama.

-Esa chica si que esta hermosa, no tanto como mi hermana... Pero ella esta prohibida - El hipo de James hizo que todos rieran.

-¿Y tu que tal Lunático? Ya ha pasado alguna chica por tus brazos o sigues esperando a la indicada.

-Escuche que una Slytherin te anda dando vueltas.

James y Sirius comenzaron a saltar de felicidad, Esmeralda no podía sentir la gracia de ese comentario, fue como si de repente hubieran apagado una luz que no sabía que estaba encendida.

-Apuesto 50 galeónes a que Remus consigue una novia antes de que salgamos de Hogwarts.

-¿Yo para que quiero 50 galeónes?, pero esta bien, acepto.

-Los galeónes se los daremos a Remus, para que se motive a conseguir una novia.

Remus había bajado la mirada y 3 de sus amigos estaban demaciado ebrios para saber lo que sucedía.

La madre de remus había enfermado gravemente y el tratamiento era caro. Esmeralda sabía cómo se sentía, quería ayudarla y darle ese dinero para que estuviera mejor, pero ambos sabían que la actitud de Remus con las chicas no era la más valiente.

Algo tenía que hacer Esmeralda, su corazón le dictaba eso, y desde ese momento firmó con los sentimientos un acta de amor que no descubriría hasta dentro de algunos meses.